En el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se celebra cada 11 de febrero, es esencial recordar el papel fundamental que las mujeres han desempeñado a lo largo de la historia en el ámbito científico, a menudo subestimado u olvidado. Por ello, compartimos las historias de científicas que desafiaron las barreras para contribuir y cambiar al mundo.
Antes de empezar repasemos el panorama. De acuerdo con una encuesta de la organización benéfica Teach First, la mitad de personas consultadas no pudieron mencionar al menos a una científica. Mientras tanto, en el Perú de cada tres investigadores peruanos, solo uno es mujer, según Concytec. En este sentido, se evidencia que existe una brecha significativa en el reconocimiento y representación de las mujeres en la ciencia.
Bajo este contexto, a continuación, presentamos cuatro historias, que quizás no conocías, de mujeres pioneras en el campo científico que lograron el éxito en la investigación e innovación.
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Marie Tharp, primera en mapear el suelo del océano Atlántico
Tharp fue una geóloga y cartógrafa nacida el 30 de julio de 1920 en Ypsilanti, Michigan. A temprana edad se introdujo en la cartografía gracias a su padre, quien trabajaba para el Departamento de Agricultura de Estados Unidos haciendo mapas de suelos.
En cuanto a su historial académico, ella obtuvo el grado de máster en Geología en la Universidad de Michigan. Los hombres estadounidenses, al ir a la guerra, dejaron vacantes académicas que se necesitaban ocupar, por ello la casa de estudios abrió sus puertas a las mujeres.
Es así que en 1948 se convierte en la asistente de investigación de Maurice Ewing, un geofísico y navegante estadounidense. También se sumó al equipo el geólogo Bruce Heezen, y juntos empezaron a desarrollar el mapa de los fondos oceánicos.
No obstante, en los barcos de investigación no se admitían mujeres, por lo que Tharp tuvo que trazar sus mapas con los datos que traía Heezen de sus expediciones. Así se convirtió en la primera persona en crear los mapas científicos del fondo del océano.
Pero su hallazgo iría más allá, puesto que descubrió una fosa tectónica en medio del océano Atlántico, comprobando así la teoría de las placas tectónicas. Sin embargo, su colega Bruce Heezen desestimó esto como “cosas de mujeres”. Tiempo después admitió, ante las pruebas, el descubrimiento de su compañera.
Finalmente, en 1959 publicaron el mapa hecho a mano del fondo del Atlántico Norte. En 1961 revelaron el del Atlántico Sur, y en 1964 llegó el del Océano Índico.
Caroline Herschel, primera en descubrir un cometa
Nació en Alemania en 1750 y fue criada en la ciudad de Hannover junto a sus hermanos. Ellos fueron educados en materias de matemáticas, música y astronomía por su padre. Mientras que Caroline, por nacer mujer, no podía ser educada, pero su padre la ilustró a escondidas.
Años más tarde, su vida da un cambio inesperado al ser llamada por su hermano mayor William, quien se encontraba en Inglaterra ejerciendo como músico. Allí se convierte en cantante bajo la dirección de su hermano.
Pero, la creciente afición de William por la astronomía lo llevó a dejar la música para dedicarse completamente a esa carrera. Por consecuencia, Caroline se dedicó a ser su asistente para luego convertirse en la primera mujer en descubrir un cometa en 1786.
Mientras trabajaba con él, Herschel también descubrió tres nuevas nebulosas, cúmulos de estrellas y galaxias espirales e irregulares. Y entre 1786 y 1797, descubrió hasta ocho cometas.
Se convirtió, además, en la primera mujer astrónoma aceptada en la sociedad científica Royal Society. Y aunque fue la primera británica en recibir remuneración por su trabajo científico, su sueldo fue de 50 libras al año, una cuarta parte de lo que cobraba su hermano.
En 1846, dos años antes de su muerte, el rey de Prusia le otorgó la Medalla de Oro para la ciencia.
Ada Lovelace: la primera programadora informática
Nacida el 10 de diciembre de 1815 en el Reino Unido, fue hija del famoso poeta Lord Byron. Por petición de su madre, Ada recibió educación en lógica, ciencias y matemáticas. Y desde pequeña tuvo un gusto especial por las máquinas.
Su salto a la historia se dio cuando conoció en 1833 al inventor e ingeniero mecánico, Charles Babbage. Y ambos formaron una amistad.
Él tenía planes de construir un dispositivo llamado ‘Motor Analítico’ y Lovelace de inmediato se interesó por la idea. Si bien nunca se construyó, los diseños encontrados tenían lo necesario de una computadora actual.
Ada estudió los planos del motor y escribió varias notas sobre el funcionamiento de aquel aparato. Y entre el conjunto de sus escritos, se encontraron los primeros programas informáticos. También, creó un mecanismo para que el motor pueda repetir una serie de indicaciones. Actualmente en informática se conoce como ‘bucle’.
Asimismo, definió cómo se podrían crear códigos para que la máquina maneje letras, números y símbolos.
De acuerdo con la BBC, el trabajo de Ada inspiró a Alan Turing en su trabajo sobre las primeras computadoras modernas en la década de 1940.
Por desgracia, las contribuciones de Lovelace a la informática no fueron descubiertas hasta mucho después de su muerte.
En 1980, el Departamento de Defensa de Estados Unidos denominó, en su honor, ‘Ada’ a un lenguaje de programación.
Peggy Whitson, primera científica jefe de la Estación Espacial Internacional
Nacida en una comunidad rural de Iowa en 1960, es una investigadora bioquímica estadounidense.
Su historia hacia las estrellas comienza cuando tenía nueve años. Pues por aquella época, los primeros astronautas Buzz Aldrin y Neil Armstrong llegaron a la Luna. Y al ver estas primeras transmisiones, empezó su sueño por ser astronauta.
Al terminar su secundaria en 1978, la NASA seleccionó a sus primeras mujeres astronautas como Sally Ride, la primera mujer en ir al espacio. Y tras esta noticia, Peggy vio más factible la posibilidad de hacer su sueño una realidad. Así se propuso a conseguirlo.
En 1981, logró un doctorado en bioquímica en la Universidad Rice de Houston, y luego trabajó como investigadora en el Centro Espacial Johnson en Houston. Más tarde, se desempeñó como bioquímica en uno de los laboratorios de la NASA. De a pocos, Peggy se iba acercando a su sueño.
Finalmente, en 1996, Whitson fue seleccionada como candidata a astronauta y empezó su entrenamiento para los viajes en el espacio.
Fue en 2002 cuando tuvo su primer vuelo a la Estación Espacial Internacional y, mientras estaba a bordo, fue nombrada científica jefe. Ella pasó en el espacio 184 días, 22 horas y 14 minutos.
Pero sus hazañas no terminaron ahí. En su segunda expedición Peggy Whitson estuvo en el espacio durante 191 días, 19 horas y 8 minutos. Y desde tierra, informaron que se había convertido en la astronauta mujer con más horas espaciales acumuladas en la historia de la NASA.
Y los récords no pararon. En la Expedición 50/51 con 56 años de edad se convirtió en la mujer más vieja en volar al espacio. También logró ostentar el mayor tiempo acumulado en caminatas espaciales por una mujer, según informa los Guinness World Records.
Peggy se retiró con honores de la NASA en junio de 2018.
Pero existe una brecha
“Las mujeres hemos estado siempre presentes a lo largo de la historia de la ciencia. Claramente con menos protagonismo, pero por ejemplo la matemática Gladys West, desarrolló modelos matemáticos de la forma de la Tierra que sirvió como base de la tecnología GPS que hoy todos conocemos, entre muchas más mujeres brillantes”, subraya Yamilet Serrano, directora de las carreras de Ciencia de Datos y Sistemas de Información de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC).
Sin embargo, la especialista indica a El Comercio que, a pesar de las importantes participaciones y descubrimientos que hemos repasado en la presente nota, “las mujeres aún representamos solo el 33% (UNESCO Science Report) de investigadores a nivel mundial y menos del 4% ha sido galardonada con un Premio Nobel”.
"Hoy en día, en el Perú, solo un 18% de mujeres alcanzan un grado de bachiller en Ciencia de la Computación, Sistemas o afines"
Para Serrano, el cambio se da desde la currícula escolar incluyendo nuevas profesiones como Ciencia de Datos, Ciencia de la Computación y más. Ello sumado con una mayor visualización de las mujeres inmersas en la Ciencia y Tecnología para que así se conviertan en figuras referentes para las más pequeñas.
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