La Copa de Licurgo es un utensilio que se encuentra en el Museo Británico, en Londres. Es de origen romano, data del siglo IV y tiene una particularidad: puede cambiar de color de acuerdo a la posición en la que se coloca el observador. Eso quiere decir, también, que los romanos fueron unos pioneros en el uso de la nanotecnología.
Según informa el Instituto Smithsoniano, los científicos del museo analizaron algunos fragmentos de esta copa de cristal y encontraron pequeñas partículas de oro y plata cuyos tamaños rondaban los 50 nanómetros.
Estas partículas son las que permiten no solo el cambio de luz de acuerdo a la posición del observador: también hacen que la pigmentación del cristal cambie según el líquido que se coloque en la copa.
Esto último solo ha sido comprobado en laboratorio, pues nadie puede arriesgarse a colocar agua en tan valioso objeto.