Cuando llegan las fiestas de fin de año, la nutricionista Lorella Barbi acostumbra hacer una recomendación inusual a sus pacientes.
“Digo que se olviden que existo, que finjan que no me conocen y que se harten de comer tostadas”, cuenta entre risas.
Y dice que este año el consejo es incluso más necesario.
“La gente ha sobrevivido a muchas cosas, entonces tenemos que disfrutar de la fecha y celebrar, comer lo que nos gusta sin pensar mucho en ello”.
Barbi, investigadora de la Universidad de Lisboa, en Portugal, argumenta que aunque la alimentación tenga la función de nutrirnos, tiene también otro papel que no debe ser ignorado.
“La comida tiene una función social y cultural. No va a ser un gran problema si alguien se olvida de su dieta por dos días si va a comer bien el resto del año”.
La nutricionista Luiza Mattar va por la misma línea y recalca que nadie debe preocuparse si exageró en una cena.
“Nuestro cuerpo es resiliente. Lo que la gente gana en Navidad, lo pierde fácil después. Es una noche y un día, no es una semana o el año entero”.
Por eso, ella dice que no hay que tratar de compensar después de haber comido mucho, y mucho menos cerrar la boca de manera anticipada.
Un riesgo para aquellos que lo hacen es caer en la compulsión.
“Guardar tu estómago para la cena no es una buena estrategia y no es saludable”, recomienda.
“Hay personas que se ponen a dieta uno, dos o tres meses, o que pasan Navidad sin comer, y luego abren las compuertas. La persona pasa a no poder controlarse porque se estaba restringiendo mucho antes”.
La nutricionista dice que está en contra de las dietas, no solo en Navidad, sino a lo largo del año, porque no cree que funcionen y dice que la gran mayoría de las personas pierde el peso que ganaron en muy poco tiempo.
“No es bueno perder peso pensando en el fin de año y engordarse nuevamente después. Es malo para el cuerpo. Es mejor pesar un poco más y ser capaz de mantenerlo.”
El nutricionista Carlos Nogueira de Almeida explica que las dietas son solo obligatorias para aquellos que tienen alguna restricción por problemas de salud.
En otras palabras, los diabéticos no deberían ingerir azúcar ni los celíacos deberían comer comidas con gluten, tampoco ahora a final de año.
Para estas personas, dice el nutricionista, abandonar la dieta, incluso por un par de días, puede enviarlos al hospital.
Pero si las personas solamente quieren perder peso, pueden comer un poco más sin mucho riesgo en estas épocas, dice Almeida, que es profesor en la Universidad Federal de San Carlos en Brasil.
“Si estamos hablando de dieta en el sentido médico, las personas tienen que cuidarse incluso en la cena, pero si es una dieta en el sentido popular, no creo que fin de año sea el momento adecuado porque tiene los componentes social y de placer que también son importantes”, argumenta.
Actualmente, hay una gran cantidad de consejos en internet para hacer las cenas de Navidad y Año Nuevo más saludables.
O recetas “fitness” de platos tradicionales. Incluso hay consejos sobre cómo perder peso o ganar músculo con la cena.
Pero esto podría ser una trampa, advierte Barbi.
“A veces, estos productos fit son incluso peores porque están llenos de conservantes, colorantes… Entonces, la persona saca la crema de la leche pero se llena de aditivos”, dice la nutricionista.
“Nadie tiene que hacer pudín de chía. Puede ser la misma leche condensada. Aunque tampoco tiene que comer hasta tener ganas de vomitar”.
En otras palabras, puedes probar todos los postres si quieres, pero lo ideal es comer un poco de cada uno.
La nutricionista Andrea Pereira, presidenta del Instituto de Obesidad Brasil, recuerda que es importante encontrar un término medio entre privarse de cosas y exagerar.
Esto es cierto no solo para los alimentos, sino también para las bebidas, especialmente las alcohólicas.
“Este año, después de estar aislados debido a la pandemia, la gente van a tener un motivo para perder un poco el control, aunque no necesita beber todo lo que tengan al frente”.
El nutricionista Víctor Hugo Rosa de Oliveira dice que una buena alternativa para quien va a beber es no mezclar el alcohol con bebidas dulces, como las energéticas, los jugos o las gaseosas.
También recomienda no tener demasiados días de exceso, pero dice que no se debe parar de socializar por miedo a engordar.
“No es necesario tener la mente cerrada. He tenido casos en los que esta preocupación se ha convertido en un desorden psicológico”, dice el nutricionista.
Luiza Mattar coincide en decir que cuidar la dieta es dañino si se convierte en algo excesivo o en una obsesión. “La salud también incluye la salud mental”, dice.
“La Navidad y el Año Nuevo son para comer lo que te gusta, divertirse, no pelear y agradecer que estamos vivos”.
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