En lo que va de año 2022, se han diagnosticado 34.722 nuevos casos de cáncer de mama en toda España y si bien la franja de edad en la que se encuentra una mayor incidencia de esta enfermedad se sitúa entre los 50 y 69 años (46%), cada vez más mujeres entre 40-49 años se ven afectadas. Este rango de edad no se encuentra dentro del programa de detección precoz del cáncer de mama.
En México, cada año se diagnostican con esta enfermedad a 30.000 mujeres y, de ellas, 8.000 mueren. De acuerdo con las autoridades del país, entre un 70% y un 80% de los casos se diagnostican en etapas avanzadas.
Marissa Bravo Cañón, encargada del servicio de imagen mamaria en CT Scanner de México, explicó a EFE que el cáncer de mama sigue siendo la primera causa de muerte en mujeres entre los 30 y 54 años de edad en el mundo.
El diario El Mundo detalla que en España se realizan dos tipos de cribados (pruebas médicas) para detectar un posible cáncer de mama. El cribado oportunista, que se realiza cuando una persona va a consulta y los médicos aprovechan para pedirle una mamografía con indiferencia de la edad; y el cribado poblacional, que se corresponde con el programa de detección precoz del cáncer de mama (45/50-69 años) y que detecta cánceres en etapa temprana que probablemente en otras circunstancias no se hubieran puesto ni de manifiesto, según dicen los especialistas.
¿Y por qué el cribado poblacional no se realiza en franjas de edad más jóvenes? Los expertos dan principalmente dos respuestas: la baja incidencia del cáncer de mama en mujeres menores de 40 años (4-10%) y la baja eficacia de la mamografía en mamas jóvenes y densas.
“En las pacientes jóvenes, debido a que la mama glandular no está completamente desarrollada, la mamografía no es tan eficaz y solemos hacer una ecografía. El problema de hacer este tipo de prueba es que se necesita un profesional más cualificado”, explica la oncóloga del Hospital General Universitario de Valencia y miembro de la Fundación Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), Vega Iranzo.
Sin embargo, para Javier de Santiago, presidente de la sección de Ginecología Oncológica y Patología Mamaria de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), el problema responde a la falta de recursos.
“Lo mejor es acotar la franja de edad entre los 50 y los 69 años. En algunas comunidades se hace a partir de los 45. No es que no tenga eficacia en mujeres más jóvenes, sino que la eficacia es mayor en este rango de edad y se necesita ahorrar costes. No se pueden hacer mamografías a toda la población porque no hay suficientes recursos”, dijo.
La mastografía contrastada
Bravo Cañón asegura que la mastografía contrastada es una eficaz herramienta para detectar oportunamente cánceres no visibles en un examen convencional y que posee una precisión de hasta 98%.
“Se ha demostrado que sí, se tiene un mayor valor predictivo, positivo y de certeza diagnóstica, no estamos viendo solo morfológicamente, sino también estamos viendo funcionalmente la valoración de la mama y eso al conjunto te da mucha mayor sensibilidad diagnóstica, hasta en 98%”, dijo a EFE la especialista.
Se trata de un método innovador para la prevención y detección de cáncer de mama, que consiste en inyectar vía intravenosa un medio de contraste que revela dos imágenes, una de alta energía y una de baja.
La de alta energía permite ver al especialista la densidad mamaria, mientras la imagen con baja energía sustrae el tejido mamario y solo hace visibles las lesiones.
El estudio tiene una duración de unos 10 minutos aproximadamente y arroja un diagnóstico más preciso y en México tiene un precio accesible.
La especialista explicó que la técnica de contraste no sustituye a la mastografía convencional, “es más bien un estudio de extensión y apoyo para un mejor diagnóstico en pacientes específicos”.