Los efectos de la resaca pueden variar dependiendo de la persona, pero existen ciertos síntomas que se mantienen en la mayor parte de los casos. Estos son: fatiga, deshidratación, dolor de cabeza, náuseas, ansiedad, diarrea, vómito y desgano.Seguir a @tecnoycienciaEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Todos los síntomas mencionados son el resultado de distintos procesos que ocurren en el cuerpo después de haber tomado demasiado. Explicaremos algunos de estos.
Cuando el alcohol pasa a través del hígado, aparecen dos enzimas, las cuales se encargarán de transformarlo en partes más simples.
La primera, la ADH, transforma el etanol en acetaldehído, un compuesto orgánico. Luego, la segunda enzima, la ALDH, convierte el acetaldehído en acetato, un tipo de sal.
Estudios han revelado que un exceso de acetaldehído puede provocar deterioro cognitivo, pérdida de memoria, cansancio, boca seca y sentimientos depresivos.
Para evitar esos síntomas se recomienda comer huevos. Este alimento posee altos niveles de un aminoácido llamado cistina, el cual ayuda al cuerpo a eliminar el exceso de acetaldehído y a reducir parte de los efectos negativos del alcohol.
La deshidratación es uno de los peores síntomas de la resaca, pues provoca agotamiento, mareo y dolor de cabeza. Esto ocurre porque el alcohol evita la producción de una hormona llamada vasopresina, la cual regula la cantidad de agua que los riñones pueden almacenar.
Al haber poca concentración de vasopresina, los riñones hacen que las personas arrojen sus reservas de agua a través de la orina. Es por eso que cuando uno toma mucho alcohol suele ir muy seguido al baño.
Para evitar esto, se recomienda tomar un vaso de agua por cada bebida alcohólica que uno tome. Mientras más cantidad de agua haya en el cuerpo, menor va a ser el riesgo de una deshidratación severa.
Las ganas de querer dormir y la mala calidad del sueño también son dos síntomas clásicos. Y es que el alcohol interfiere con dos neurotransmisores del cerebro: GABA y Glutamato. El primero se encarga de limitar los procesos neurales en el sistema nervioso central, y el alcohol aumenta su efecto.
Por otro lado, el Glutamato aumenta la actividad neuronal en el cerebro. En este caso, el alcohol hace que este neurotransmisor disminuya su efecto.
Por tal motivo, y para tener una mejor calidad de sueño, se recomienda no tomar ninguna bebida alcohólica una hora y media antes de dormir.
El alcohol también reduce la capa mucosa que tiene el estómago, lo que provoca las típicas náuseas y diarreas. Por tal motivo, se aconseja siempre consumir alimentos pesados antes de tomar.
Fuente: Reactions