Científicos argentinos lograron un avance importante en la lucha contra el cáncer, al descifrar por qué algunos tumores son resistentes a terapias convencionales y describir una forma de bloquear el mecanismo de escape tumoral.
El director del Laboratorio de Inmunopatología del Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme), Gabriel Rabinovich, y su equipo descubrieron uno de esos mecanismos que los tumores usan para evadir un tipo de tratamiento convencional y ya están desarrollando una terapia para que no se vuelvan a liberar, informa la prensa local.
Su investigación, que contó con la colaboración de los argentinos Enrique Mesri, en la Universidad de Miami, y Carlos Bais, de la empresa Genentech, fue publicada en la portada de la revista científica “Cell”.
“Los tumores emplean varias estrategias para hacer metástasis. Una de las que descubrimos nosotros y estudiamos durante muchos años es la evasión de la respuesta inmune. Otra muy importante es formar nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis)”, precisó Rabinovich durante la presentación de su investigación en Buenos Aires junto con el ministro de Ciencia y Tecnología argentino, Lino Barañao.
“Hay un gran problema con los pacientes que tienen tumores que resisten a los tratamientos, y nuestro trabajo intenta aportar una explicación y una posible herramienta como terapia potencial para hacer que los tumores respondan y el cáncer pueda controlarse”, señaló Rabinovich al diario “Clarín”.
TRATAMIENTO TRADICIONAL
Cuando un tumor se desarrolla, necesita de nutrientes y oxígeno para crecer. Y se inicia un proceso de proliferación de las células cercanas -llamadas endoteliales-, que forman los vasos sanguíneos e irrigan al tumor en expansión.
Ese proceso ocurre gracias a que se libera una proteína -conocida como factor de crecimiento endotelial vascular- que manda la señal para que se puedan construir los vasos sanguíneos que favorecen al tumor.
Desde hace diez años están disponibles terapias antiangiogénicas que actúan sobre ese proceso: son anticuerpos monoclonales que sirven para bloquear la producción de vasos sanguíneos en pacientes con cáncer. Pero esas terapias no son eficaces en todos los pacientes porque los tumores escapan.
“Descubrimos que los tumores que son sensibles a la terapia antiangiogénica convencional tienen un escudo dentro de las células endoteliales que impiden que la proteína galectina-1 actúe. Entonces, cuando se aplica la terapia antiangiogénica convencional, el tumor se reduce. En cambio, en los tumores resistentes a la terapia, el escudo no está presente y esto posibilita que la galectina-1 induzca la formación de vasos sanguíneos porque puede unirse al receptor de las células endoteliales. Así, el cáncer continúa desarrollándose o reaparece en los pacientes tiempo después”, explicó Rabinovich.
El hallazgo se realizó a partir de experimentos con tumores de pulmón, linfoma de células T y cáncer de páncreas, que empezaron en el 2006. Y tiene implicancias no solo para la comprensión de los diferentes tipos de cáncer, sino para otras enfermedades en las que ocurre una producción anómala de vasos sanguíneos, como la degeneración macular asociada a la edad y la retinopatía diabética.