Recientemente, se hizo pública la noticia de que el Rey Carlos III había sido diagnosticado con cáncer. Aunque no se específico con qué tipo de cáncer cuenta el monarca, sí se anunció que el médico de cabecera encargado de su tratamiento sería Michael Dixon, defensor de la hemeopatía, una práctica alternativa no avalada por la Organización Mundial de la Salud.
Si bien el rey Carlos acaba de regresar a Londres para continuar con su tratamiento en una clínica, la elección de su médico ha generado muchas dudas entre el público, pues esta práctica no es aceptada por múltiples profesionales y organizaciones de la salud. Para una mayor familiarización con el tema, en Bienestar El Comercio, conversamos con dos especialistas, quienes nos explicaron en qué consiste esta práctica, por qué las personas suelen optar por ella y las razones por las que no cuenta con el respaldo de la comunidad científica.
“La hemeopatía fue desarrollada por Samuel Hahnemann hace casi 200 años, en Alemania. Está basada en el principio de la similitud, es decir, ‘lo similar cura lo similar’. En gran medida, este método es inconsistente con los conceptos científicos actuales y carecen de evidencia, además de contradecir los principios médicos y físicos. Sin embargo, en muchos países occidentales, la popularidad de este tratamiento ocasiona que algunos lo consideren un método seguro”, estableció el Dr. Manuel Arias, médico especialista en Medicina Interna de SANNA Clínica San Borja.
En esa línea, el Dr. Juan Manuel Jiménez León, médico internista del Servicio de Emergencia de la Clínica Ricardo Palma, afirmó que, debido a la poca certeza alrededor de este método, el concepto del mismo ha ido cambiando su definición a través de los años. “Anteriormente, la Real Academia de la Lengua Española (RAE) la definía como un sistema curativo que se basaba en aplicar dosis mínimas de medicamentos que -en dosis más altas- podían curar la enfermedad”, afirmó.
Posteriormente, debido al avance de la ciencia y con la demostración de que no están confirmados sus efectos curativos, la Academia cambió su significado en 2019. “Ya no se le considera como un sistema curativo, sino como una práctica”, agregó el experto.
Práctica sin aprobación médica
“No hay ninguna prueba científica que valide esta práctica, por lo que no se le puede considerar un método científico. A pesar de ello existen algunos profesionales que creen en la hemeopatía y la aplican, pero sin la aprobación de un consenso o guía de práctica clínica”, resaltó el Dr. Jiménez.
“Una revisión sistemática informó que hasta el 9,2% de los adultos en países, principalmente occidentales, han dependido de remedios homeopáticos durante los últimos 12 meses. Según un informe de investigación de mercado, el mercado mundial de productos homeopáticos alcanzó los 5.500 millones de dólares en 2018, con la mayoría de las ventas en el Norte, Estados Unidos y Europa”, especificó el Dr. Arias.
“El Consejo Nacional de Investigación Médica y de Salud de Australia concluyó que, según una evaluación de 57 revisiones sistemáticas sobre 68 condiciones, ‘no existen condiciones de salud’ para lo cual exista evidencia confiable de que la homeopatía es efectiva. Luego de ello, múltiples instituciones en la Unión Europea y el Reino Unido han emitido declaraciones similares que respaldan esta postura”, recalcó el experto de SANNA Clínica San Borja.
Jiménez León explica que pese a no ser un método avalado científicamente, las personas suelen modificarlo a su favor para aplicarlo en dolencias o males crónicos, como la gastritis o la artritis. “En la práctica médica, nos hemos dado con la triste sorpresa de que el médico es la última opinión que busca el paciente”, añadió.
El especialista indicó que esto se debe a que el paciente suele guiarse por la opinión de los amigos, los foros de internet o las publicaciones de opinólogos sin base científica, lo cual puede llevarlo a la automedicación o a tratamientos alternos a la medicina tradicional.
¿Por qué las personas recurren a la homeopatía?
En palabras de Manuel Arias, las personas suelen acudir a estos tratamientros porque, de alguna manera, rechazan las terapias médicamente aceptadas que se les propone porque, en ciertos casos, les cuesta aceptar su enfermedad. Sea cual sea el motivo, optar por esta práctica puede empeorar la situación del paciente notoriamente.
“Recibir medicina homeopática para un cáncer es seguir un tratamiento no validado por las guia de tratamiento médico y sin respaldo cientifico”, sostuvo.
Por ello, la recomendación principal del Dr. Juan Jiménez es que, ante cualquier dolencia, lo primero que se debe hacer es acudir a la atención médica. “No se automedique, no tome dosis de recomendaciones de la farmacia o la botica”, recalcó.
Del mismo modo, afirmó que no siempre lo que le hace bien a un amigo o familiar también tendrá efectos positivos en uno. “No todas las dolencias ni los organismos son iguales, por lo que es necesario que se atiendan con médicos para lograr una evaluación correcta”, finalizó.
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