El asma es una enfermedad crónica que afecta las vías respiratorias, haciendo que las paredes de estos conductos se inflamen, se estrechen y reaccionen fuertemente a los agentes alérgicos. Tal reacción provoca que los pulmones reciban menos aire.
Si bien no todas las personas sufren los mismos síntomas, entre los principales se incluyen respiración con silbido, tos en la mañana o en la noche, presión en el pecho y dificultad para respirar.
Para los que padecen de este mal, es de gran ayuda llevar un control diario para manejar síntomas y prevenir ataques. Un plan de acción escrito es especialmente importante para quienes tienen asma moderada y grave. Debido a que el mal varía según la persona, tendrás que desarrollar junto a tu médico un plan personalizado para ti.
A continuación, las recomendaciones de los profesionales de la Clínica Mayo de EE.UU. sobre cómo comenzar.
1. Haz el seguimiento de los síntomas del asma. Tendrás que llevar la cuenta de signos y síntomas, además, registrar cuando estos interfieren con las actividades diarias, como el trabajo, el ejercicio y el sueño.
También puedes registrar la frecuencia con la que usas el inhalador de acción rápida, como salbutamol (ProAir HFA, Proventil HFA, Ventolin HFA u otro), para aliviar los síntomas.
2. Registra las lecturas de flujo máximo. Puedes usar un medidor de flujo máximo para el seguimiento diario del asma. Este sencillo dispositivo manual prueba qué tan bien funcionan los pulmones.
3. Evalúa el control del asma. Tener un sistema para comprender la información que registras es de gran utilidad. Algunos planes usan, por ejemplo, un modelo de “semáforo” con zonas verdes, amarillas y rojas que corresponden a los síntomas de empeoramiento.
4. Medicina. Asegúrate de comprender qué medicamentos usar, cuándo y cómo usarlos y qué esperar.
5. Reconoce y trata un ataque de asma. El reconocer los síntomas te ayudará a detectar un ataque, en tal caso debes usar los medicamentos de acción rápida u otras medidas para controlar los síntomas.
6. Saber cuándo buscar atención médica de urgencia. Algunos ataques de no se pueden tratar en casa. Usa el plan de acción para reconocer los signos del asma que empeora rápidamente.
7. Evita los desencadenantes del asma. Esta es una sección bastante importante. Los desencadenantes varían según la persona, algunos ejemplos son el ejercicio, el aire frío, el polen, los ácaros del polvo, el moho, la caspa de las mascotas, la enfermedad por reflujo gastroesofágico, las infecciones respiratorias y el humo.
8. Mantén tu plan de acción a la mano. Ten tu plan de acción a la mano y comunica a un amigo a familiar que pueda ayudarte en caso de emergencia. Incluye en tu plan los números de emergencia de médicos y hospitales.
9. Visita a tu médico con regularidad. Trabaja de la mano de tu médico para mantener actualizado el plan de acción. El asma cambia con el tiempo, por lo que el plan puede requerir ajustes periódicos.
Recuerda que el asma no tiene por qué limitar tus actividades, interrumpir el sueño o hacer que te preocupes constantemente por tener un ataque. Si sigues cuidadosamente un plan por escrito, puedes mantener el asma bajo control y reducir al mínimo las alteraciones que provoca.
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