Un grupo de investigadores del Hospital General de Massachusetts, afiliado a Harvard, realizó un estudio sobre cómo las marcas de crecimiento en los dientes de leche puede ayudar a identificar a los niños en riesgo de depresión u otros problemas de salud mental a largo plazo.
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Este artículo, publicado en la revista JAMA Network Open, podría desencadenar una herramienta de valor para reconocer a los pequeños que fueron expuestos a adversidades en temprana edad, ocasionando problemas psicológicos.
Erin C. Dunn, epidemióloga social y psiquiátrica e investigadora de la Unidad de Genética Psiquiátrica y del Neurodesarrollo del MGH, es considerada autora principal del origen de dicha investigación, ya que viene estudiando desde hace años los efectos de la adversidad infantil.
Según la especialista, es importante enfocarse en el momento de estos episodios desfavorables y descubrir si existe períodos sensibles durante el desarrollo infantil y determinar si la exposición es “particularmente dañina”.
Por otro lado, Dunn reconoció que ella junto a otros científicos no disponen de las herramientas necesarias para cuantificar la exposición a la adversidad infantil como entablar diálogo con los padres o apoderados de los menores sobre sus experiencias dolorosas a temprana edad.
“Los dientes crean un registro permanente de diferentes tipos de experiencias de vida”, explicó la epidemióloga social.
El problema está en los dientes
La malformación del esmalte dental puede estar asociada a estrés físico, una mala nutrición o una enfermedad, dando como resultado líneas de crecimiento pronunciadas dentro de los dientes -líneas de estrés- similares a los anillos de un árbol.
Las líneas de crecimiento de los dientes pueden variar, según el entorno y las experiencias, como el grosor de los anillos de crecimiento de los árboles conforme al clima que los rodea. De acuerdo al estudio, presentar líneas de tensión más gruesas denotan condiciones de vida con mayor índice de estrés.
Erin C. Dunn concluyó que el ancho de una línea neonatal (NNL, por sus siglas en inglés) serviría como indicador de que la madre de un bebe desarrolló estrés psicológico durante el embarazo a niveles muy elevados y, además, en las primeras semanas del nacimiento.
La especialista junto a dos coautores principales, la investigadora postdoctoral Rebecca V. Mountain y el analista de datos Yiwen Zhu, lideraron un equipo que examinó 70 dientes recolectados de 70 niños registrados en el Estudio Longitudinal Avon de Padres e Hijos (ALSPAC).
Durante el estudio surgieron dos patrones claros: “Los niños cuyas madres tenían antecedentes de depresión grave u otros problemas psiquiátricos de por vida tenían más probabilidades que otros niños de tener NNL más gruesos” y “Los hijos de madres que recibieron un apoyo social significativo poco después del embarazo tendieron a tener NNL más delgados”.
“Nadie está seguro de qué causa la formación de NNL”, dijo Erin C. Dunn, quien espera estudiar cómo se forma el NNL.
“Entonces podemos conectar a esos niños con las intervenciones, para que podamos prevenir la aparición de trastornos de salud mental y hacerlo lo antes posible en la vida”, finalizó.
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