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Europa lanzará durante la madrugada del martes 23 el segundo satélite de su programa Copernicus, una ambiciosa misión de observación de la Tierra.
El satélite óptico Sentinel-2A será utilizado para controlar tierras emergidas y costas, además permitirá analizar los terrenos, los cultivos y los bosques.
La información que recoja será útil para el medio ambiente, la agricultura y la seguridad civil, informó la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).
Desde desde la Guayana francesa, la compañía francesa Arianespace lanzará el aparato el lunes a las 22:51 (20:51, hora peruana), con un cohete Vega.
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El primer satélite de la familia Sentinel entró en órbita en abril del 2014, y su radar puntero le permite ver la superficie de la Tierra noche y día, incluso cuando el cielo está nublado.
Sentinel-2 “está equipado con un instrumento multiespectral que ofrece varias ventajas”, asegura François Spoto, responsable de proyecto de la ESA.
“Destaca por la amplitud de su toma de vista (290 kilómetros), su extenso espectro de colores y su resolución (10 metros)”, explica.
Este dispositivo “permitirá al programa Copernicus 'ver en color' al ofrecer imágenes ópticas en el espectro de lo visible y del infrarrojo”, indica Airbus Defence & Space, la compañía que lo fabricó.
Dará una vuelta a la Tierra cada 100 minutos y observará cada 10 días la totalidad de las superficies emergidas, las grandes islas, las aguas interiores y costeras.
En mayo de 2016, cuando el Sentinel-2B alcance su órbita, el plazo para ver todas las superficies emergidas disminuirá a cinco días.
“Mejor gestión de la agricultura”
Estos satélites ayudarán a llevar a cabo “una mejor gestión de la agricultura y de los bosques”, destaca Spoto. Permitirán saber si un suelo necesita agua o pesticidas, añade.
La Comisión Europea dispondrá así de un “instrumento para comprobar la realidad de los cultivos”, agrega.
Los satélites darán indicaciones sobre la salud del dosel forestal, la parte alta de los bosques.
También proporcionarán información valiosa para la seguridad civil al analizar la naturaleza de los suelos. En caso de fuertes lluvias, por ejemplo, mostrarán el camino que sigue el agua y su velocidad de absorción por el suelo, lo cual permitirá emitir recomendaciones antes de urbanizar una zona. Resultarán, asimismo, útiles en caso de incendios y corrimientos de tierra.
En conjunto, Sentinel-2A y 2B costaron unos 350 millones de euros (unos 397 millones de dólares).
“Copernicus es el programa de observación de la Tierra más ambicioso hasta la fecha”, destaca Spoto. Lo dirige la Comisión Europea en cooperación con la ESA.
En el futuro, seis tipos de sátelites Sentinel observarán la Tierra desde el espacio. El Sentinel-3 recabará datos sobre el entorno marítimo, los Sentinel-4 y Sentinel-5 estudiarán la atmósfera y el Sentinel-6 analizará el aumento del nivel de los océanos.
“La Unión Europea y la ESA han dedicado al menos 5.000 millones de euros para desarrollar la familia de Sentinel y para las operaciones de puesta en órbita en un plazo de 20 años”, recuerda Spoto.
Fuente: AFP