Para esconderse de unas mortíferas moscas, los grillos de dos islas de Hawái no sólo no “cantan”, sino que ya no son capaces de hacerlo. Hace diez años, con dos años de diferencia, aparecieron en las islas Kauai y Oahu machos con alas alteradas.
Normalmente, los grillos frotan sus alas para producir el sonido característico que atrae a las hembras. Pero las investigaciones muestran cambios en las alas silenciosas que surgen de mutaciones separadas en cada isla, según publica la revista especializada “Current Biology”.
Esto hace que los grillos mudos de Hawái sean un nuevo ejemplo de “evolución convergente”. Sus enemigas, las moscas parasitarias, tienen la habilidad de localizar a los grillos por el sonido.
Tras encontrar a su víctima –un grillo macho que “canta” para atraer una hembra– la mosca rocía con sus larvas al insecto. Estas se meten en su cuerpo, se alimentan y emergen una semana después dejando atrás sólo la cáscara del infortunado grillo.
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Mira cómo los grillos frotan sus alas para generar su sonido característico.
La presencia de estas moscas de América del Norte ha puesto a los grillos, llegados ellos también hace relativamente poco tiempo desde Australia, bajo una gran presión para adaptarse.
En menos de 20 generaciones, una mutación que deja a los machos incapaces de cantar alcanzó a más del 90% de los grillos en la isla de Kauai. Como son mudos, estos grillos machos de alas planas están ocultos de las moscas parasitarias y escapan de sus voraces larvas.
Pero ese triunfo tiene un costo: es difícil encontrar pareja sin una voz.
Como estrategia, los grillos silenciosos merodean cerca de los pocos machos que aún cantan para interceptar a las hembras. Dos años después del descubrimiento de Kauai en el 2003, también se hallaron grillos con las mismas alas a más de 100km, en Oahu.
EVOLUCIÓN VELOZ
Los científicos primero asumieron que los grillos mudos simplemente habían recorrido esa distancia con algo de ayuda.
“Un huevo dejado en el suelo podría haber viajado a dedo en la bota de alguien”, dijo Nathan Bailey, cuyo equipo de la universidad escocesa de Saint Andrews llevó a cabo el nuevo estudio. La idea de que el peculiar rasgo hubiera evolucionado dos veces y casi al mismo tiempo parecía inverosímil. “Aún me parece asombroso”, le dijo Baily a la BBC.
El primer indicio fue la observación de que las silenciadas alas mutantes tenían diferente forma en las dos islas.
Luego, al hacer experimentos cruzados con los grillos mudos, los investigadores confirmaron que los dos tipos de alas surgieron de un solo gen en el cromosoma X. Finalmente, la comparación de muchos otros marcadores genéticos entre los dos grupos ofreció evidencias convincentes de que las dos mutaciones ocurrieron de forma independiente.
Según explica Bailey, hasta que no vio el diagrama que muestra casi ninguna coincidencia en los marcadores genéticos de cada isla no lo tuvo claro.
Cuando las mismas características evolucionan de forma separada en dos poblaciones genéticamente distintas, los científicos describen el proceso como evolución convergente.
Otro ejemplo es la “lengua proyectil” de ciertas salamandras, que parece haber evolucionado de forma independiente en más de una ocasión.
Bailey dice que el caso de los grillos es inusual, porque ha ocurrido en lo que parece ser “un abrir y cerrar de ojos en términos de tiempo evolutivo” y los investigadores ahora pueden observar como continua la historia.
“Esta es una oportunidad fascinante para detectar la evolución genómica en tiempo real en un sistema natural, algo que ha sido siempre un desafío, debido a los largos plazos temporales en los que actúa la evolución”.