Un equipo internacional de paleontólogos ha constatado que los homínidos hallados hace más de un siglo en una cueva de Somerset, en el Reino Unido, eran caníbales que utilizaban los cráneos de sus congéneres como recipientes, probablemente como parte de un tratamiento ritual de los cuerpos.Seguir a @tecnoycienciaEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Los restos de esos humanos, de unos 14.700 años de antigüedad, fueron hallados en la cueva de Gough (Somerset), y desde entonces, los expertos han ido acumulando datos de estos fósiles.
Ahora, una nueva investigación liderada por el Museo de Historia Natural de Londres (MHNL) y la Universidad College de Londres (UCL), con la participación de científicos del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social), ha constatado que aquellos homínidos eran caníbales, informa un trabajo publicado en la revista Journal of Human Evolution.
Los restos humanos de la cueva de Gough se recuperaron en su mayor parte en la década de 1880, y el resto en 1903. Se trataba de huesos de todo el esqueleto de varios individuos, aunque también se encontró una talla de un mamut y miles de herramientas de sílex paleolíticas.
La investigación
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Resto humanos analizados. (Foto: The Natural History Museum)
Durante este estudio, los investigadores recurrieron a técnicas de imágenes tridimensionales para examinar los restos humanos encontrados en la cueva, y a la técnica de carbono 14 para datarlos.
“Así hemos identificado en los huesos de los homínidos marcas de corte (estrías hechas con las herramientas de piedra durante el desuello y descarnado de los cuerpos); fracturas de los huesos destinadas al consumo del tuétano y abundantes marcas de dientes humanos, que son la prueba más irrefutable del canibalismo”, sostiene Palmira Saladié, una de las autoras de la investigación.
Cráneos con forma de tazón
Los cráneos, sin embargo, recibieron un tratamiento distinto: fueron rotos con cuidado para darles forma de tazón.
“De hecho, su configuración muestra muchas similitudes con los recuperados en la cueva del Mirador, en la Sierra de Atapuerca (Burgos, España). Estos últimos, no obstante, tienen una edad más joven, ya que pertenecen a los pastores de la edad del Bronce, de hace unos 4.000 años”, observa Saladié.
En un contexto más amplio, el tratamiento de los cadáveres humanos y la fabricación de cráneos-copa en la cueva de Gough tienen paralelismos con otros sitios paleolíticos en Europa central y occidental.
Esto sugiere que el canibalismo durante el periodo Magdaleniense, al que pertenecen los restos humanos de esta cavidad, era parte de una práctica mortuoria habitual que combina el procesamiento y el consumo de los cuerpos con el uso ritual de cráneo-copa, concluyen el estudio.
Fuente: EFE