Chile, El Mercurio / GDA
Si en los primeros encuentros románticos para los hombres una mujer sensible resulta más atractiva y femenina, para ellas la percepción que genera un pretendiente muy sensible o demasiado atento es diferente: tiene un carácter más negativo y lo asocian a una estrategia para agradar y lograr mayor intimidad, que a un sentimiento genuino.
Interesados en indagar un poco en la dinámica de las relaciones amorosas, investigadores estadounidenses de las universidades de Rochester (Illinois) y del Centro Interdisciplinario Herzliya (Israel) realizaron un estudio que demuestra que ser muy amable y considerado no es siempre la mejor estrategia.
”Nuestros hallazgos muestran que no es necesariamente cierto que una mayor sensibilidad y empatía sean relevantes en un encuentro inicial, porque la actitud de una potencial pareja tiene diferentes significados según la gente“, explica el psicólogo israelí Gurit Birnbaum, uno de los autores.
Así, por ejemplo, en un primer estudio observaron que mientras que la sensibilidad es percibida por los hombres como un rasgo femenino y por tanto atractivo, para ellas que un hombre se muestre sensible y atento no es relevante, incluso tienden a desconfiar de su verdadero propósito.
Para Graciela Rojas, especialista de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile, los resultados son interesantes en torno a las conductas de conquista. “Las mujeres siempre reclaman por conductas más sensibles de los hombres, pero lo que muestra este estudio es que una vez que se producen, no las creen. Al parecer, en el juego de la seducción se dan malas interpretaciones”.
“Aún no sabemos bien por qué, pero las mujeres quizá perciben la sensibilidad masculina más como una forma de manipulación o de intento de obtener favores sexuales, por ejemplo, o como una actitud más ansiosa y desesperada, que resulta menos atractiva sexualmente para ellas”, precisa Birnbaum, quien agrega que esto no significa que el hombre debe dejar de lado la sensibilidad.
Sin embargo, Rojas agrega que no hay que olvidar que existen diferencias culturales y que los cambios generacionales también son determinantes. “Las generaciones actuales tienen una aproximación diferente. Hay valoraciones distintas de las conductas de acercamiento. El hombre es hoy más sensible, mientras que antes sus emociones estaban más escondidas”, dice la psiquiatra.