Una de las noticias que está dando la vuelta al mundo y siendo objeto de debate es, sin duda, el reciente divorcio de Jennifer Lopez y Ben Affleck, dos íconos de Hollywood, quienes tras una intensa y mediática relación a principios de los 2000 y, cuya ruptura atribuyeron al escrutinio generado por la presión y atención constante que enfrentaron por parte de los medios de comunicación. Sin embargo, luego de 17 años de aquel compromiso fallido, la pareja conocida públicamente como “Bennifer” sorprendió al mundo al reavivar su romance y llegar al altar el pasado 17 de julio de 2022 en una capilla de Las Vegas, donde se juraron amor eterno.
En definitiva, este reencuentro marcó un hito en la cultura pop, pues su “gran historia de amor”, se convirtió en un símbolo de cómo el amor es capaz de superar cualquier obstáculo e incluso el paso del tiempo, demostrándonos que las segundas oportunidades también merecen ser escritas dos décadas después. No obstante, y pese a que solían mostrarse con frecuencia en público y explorar al máximo su relación, en los últimos meses los rumores en torno a una crisis matrimonial no dejaron de cesar, por lo que el 20 de agosto, fecha en que celebrarían su segundo aniversario de bodas religioso, la actriz y cantante de 55 años, decidió ponerle fin a la relación y dejar atrás al que siempre consideró como el amor de su vida.
Si bien se especula sobre los motivos de la separación, la realidad es que, su divorcio mediático ha dejado a muchos preguntándonos si el amor, por sí solo, es suficiente para sostener una relación saludable o las diferencias personales, las presiones sociales y una serie de factores pueden desgastar incluso los sentimientos más profundos.
¿El amor es suficiente para mantener una relación de pareja saludable?
En primer lugar, como señaló Paola Pelaez, psicóloga de la Clínica Internacional a Bienestar, es importante tener en cuenta que el amor en una relación de pareja es una combinación profunda de afecto, pasión, intimidad, compromiso y conexión emocional, por lo que más allá de ser únicamente un sentimiento romántico, es una decisión consciente que incluye respeto, cuidado mutuo y apoyo en el crecimiento personal de cada uno de las partes. Por ello, es un proceso activo que requiere de tiempo, esfuerzo y dedicación para que prospere y se mantenga saludable a lo largo del tiempo, mencionó la psicóloga clínica y experta en relaciones conscientes y gestión emocional, Madeli Santos.
Si bien el amor inicial es importante, no es suficiente por sí solo para sostener una relación saludable en el transcurso del tiempo. Según Fanny Abanto Casavalente, psicoterapeuta especializada en terapia de esquemas, una relación de pareja se trata de establecer y mantener un vínculo emocional perdurable, que necesita de otros componentes vitales, especialmente de una compatibilidad emocional.
“Incluso existiendo mucho amor en una relación, es posible que se presenten conflictos si no se toman las medidas necesarias en áreas donde se desarrollan patrones conductuales y emocionales conflictivos. Por ejemplo, una pareja puede sentir un profundo amor el uno por el otro; sin embargo, si no tienen la capacidad de resolver de manera saludable sus desacuerdos, o si no están en la misma sintonía en cuanto a sus objetivos y valores, es posible que su relación se vea afecta a mediano o largo plazo”.
¿Cuáles son los factores fundamentales para una relación sana y duradera?
De acuerdo con Pelaez, algunos de los factores fundamentales para lograr una relación saludable, incluyen:
- Comunicación abierta y honesta: Es importante tener la capacidad de expresar los pensamientos, sentimientos, necesidades y preocupaciones de manera clara y honesta, sin temer a la reacción de la pareja. Definitivamente, una buena comunicación fomenta la cohesión y la intimidad en la relación, lo que puede crear un vínculo más estrecho y duradero entre las personas. Igualmente, ayuda a establecer límites y expectativas realistas dentro de la relación, previniendo así posibles conflictos, malentendidos y resentimientos.
- Escucha activa: Escuchar a la pareja y ser receptivo a la retroalimentación también juega un papel crucial para construir y mantener la confianza, por lo que es necesario promover la empatía y la tolerancia.
- Cutivar la confianza: Implica ser confiable, cumplir con las promesas y ser transparente en las acciones y decisiones que se han acordado de forma común.
- Empatía: Comprender y compartir los sentimientos del otro, ayuda a fortalecer el vínculo emocional, además del apoyo y la compresión mutua.
- Respeto mutuo: Valorar y respetar las opiniones, deseos y necesidades del otro es vital. Cada persona debe sentirse valorada y aceptada tal como es. Sin duda, el respeto ayuda a mantener un relación equilibrada y equitativa.
- Apoyo emocional: Estar presente en los momentos difíciles, ofrecer consuelo y alentarse mutuamente son acciones que fortalecen el vínculo emocional.
- Compromiso: Ambas partes deben estar comprometidas, es decir, tener la voluntad de trabajar e invertir tiempo y esfuerzo en la relación, especialmente durante las situaciones difíciles, para mantenerla a largo plazo.
- Solución de conflictos: Saber manejar los desacuerdos de manera constructiva, sin recurrir a la crítica destructiva o al desprecio, es fundamental para evitar que los problemas se agraven. Si bien los conflictos son inevitables en cualquier relación, ya que cada persona trae consigo un conjunto único de experiencias, valores, expectativas y estilos de comunicación; sin embargo, la manera en que lo gestionan determina si la relación se fortalece o se deteriora con el tiempo.
- Intimidad: Es importante dedicarle un tiempo a la pareja, mantener una conexión emocional y física, así como compartir momentos de calidad, pues esto ayuda a fortalecer el vínculo entre ambos.
- Compartir actividades: Disfrutar de tiempo de calidad juntos para caminar, salir a cenar, viajar, montar bicicleta o alguna otra actividad en común, fortalece la conexión y la confianza.
- Compatibilidad: Este es un pilar muy importante porque asegura que ambos individuos estén alineados en sus valores, objetivos y expectativas, dado que fomenta un sentido de unidad y propósito compartido. Una falta de compatibilidad, como, por ejemplo, las diferencias irreconciliables en la visión del futuro, enfoques opuestos hacia la crianza de los hijos o conflictos constantes sobre los estilos de vida puede causar fricciones que el amor no puede resolver, por lo que se ver negativamente impactada la felicidad y estabilidad de una relación.
- Independencia: Aunque compartir es fundamental, también lo es mantener un equilibrio donde cada uno pueda tener tiempo y espacio para sí mismo.
“Podemos darnos cuenta que una relación está en problemas, pese al amor, cuando presenta las siguientes señales de alerta: cuando los miembros de la pareja mantienen una comunicación negativa, es decir, comienzan a criticarse mutuamente, culparse y defenderse en lugar de buscar soluciones juntos, así como también hay una ausencia de confianza y respeto. De igual manera, cuando dejan de mostrarse afecto o atención mutua, cuando los conflictos surgen con frecuencia y no se resuelven de manera constructiva o incluso si uno o ambos se alejan emocionalmente y dejan de compartir sus pensamientos y sentimientos, también pueden ser indicativos de que hay dificultades en la relación”, sostuvo la psicoterapeuta.
¿Por qué algunas personas insisten en mantener una relación solo por amor, incluso cuando hay otros problemas graves?
La realidad es que existen diversas razones psicológicas y emocionales que explican por qué algunas personas se aferran a una relación basándose únicamente en el amor, a pesar de la presencia de problemas serios que puede estar repercutiendo significativamente en su bienestar. Como aseguró la experta en relaciones conscientes, esta insistencia suele estar influenciada por una combinación de factores internos y externos:
- Idealización del amor romántico: Muchas personas han internalizado la creencia cultural de que el amor romántico es la solución a todos los problemas. En otras palabras, se cree que el amor puede superar cualquier obstáculo, lo cual únicamente hace que resten importancia a los conflictos en la relación y se centren en el amor como la base para seguir juntos.
- Miedo al fracaso: Para algunas personas, la idea de terminar una relación puede sentirse como un fracaso personal o social.
- Dependencia emocional: Las personas con alta dependencia emocional pueden sentir que no pueden vivir sin su pareja, y el amor se convierte en una necesidad para mantener su autoestima y equilibrio emocional. Esto puede llevar a soportar situaciones insalubres como el abuso emocional, con la esperanza de preservar la relación.
- Miedo a la soledad: Algunas personas prefieren estar en una relación, aunque problemática, antes que enfrentar la incertidumbre y el vacío que perciben en la soledad. Este miedo puede ser exacerbado por experiencias previas de abandono o por una baja autoestima, que hace que las personas se sientan incapaces de encontrar una nueva relación en el futuro.
- Vínculos traumáticos o ciclos de abuso: En algunas relaciones, especialmente en aquellas que incluyen dinámicas de abuso, las personas pueden desarrollar lo que se conoce como un “vínculo traumático”.
- Expectativas sociales y culturales: Las normas culturales y las expectativas familiares también juegan un papel en la decisión de permanecer en una relación problemática.
- Esperanza de cambio: En ocasiones las personas creen que, con el tiempo y el amor, las cosas mejorarán. Por ello, muchas continúan en relaciones insalubres con la esperanza de que su pareja cambiará.
Asimismo, este tipo de situaciones se pueden dar, por ejemplo, si una de las partes tiene una baja autoestima, por lo cual cree que no merece algo mejor o que nunca encontrará a alguien que la ame. También puede presentarse por el miedo al cambio, pues como refirió Abanto Casavalente, algunas personas temen la incertidumbre que puede traer poner fin a su relación, incluso cuando hay problemas graves, razón por la cual, puede sentir que es más seguro permanecer en una situación familiar, aunque no sea ideal.
“De igual forma, la culpabilidad por la idea de dejar a la pareja, por miedo a lastimar sus sentimientos o a abandonarlos en un momento difícil, así como también haber invertido mucho tiempo y emociones en una relación, pueden dificultar la toma de decisión de dejar a la otra persona”.
¿Es posible que una relación dañada, pero basada en el amor se recupere?
De acuerdo con la experta en terapia de esquemas, sí es posible, siempre y cuando aún haya amor, pues además de ser una base importante en las relaciones, puede ser la motivación que necesitan las personas para trabajar en áreas muy problemáticas. No obstante, es necesario que ambas partes estés dispuestas a comprometerse en trabajar la relación para superar sus diferencias y fortalecer la conexión.
“Hay algunos errores que suelen cometer las parejas al intentar salvar una relación que no está funcionando, como negar o ignorar problemas subyacentes, quedarse en la relación por los motivos equivocados, apegos no realistas al pasado, tratar de cambiar a la pareja sin trabajar en la aceptación, esperar que el amor solo sea suficiente para resolver todo, perdonar demasiado rápido o no perdonar lo suficiente y, sobre todo, no buscar ayuda profesional. Generalmente, se suele considerar la terapia de pareja cuando enfrentan problemas persistentes que afectan la calidad de la relación; sin embargo, es importante promover la prevención y asistir desde el inicio para aprender las herramientas necesarias que permitan una evolución sana de la relación. Además, una persona con salud emocional y mental, tiene la capacidad de contribuir positivamente a la relación. Por otro lado, en caso, una persona ame a su pareja y pese a los esfuerzos siente que la relación no es saludable, es importante que priorice su bienestar emocional y trate de explorar con el psicólogo sus sentimientos y opciones” ¸ destacó Santos.
¿Cómo pueden prepararse emocionalmente las parejas para una posible separación?
La separación puede ser un proceso emocionalmente doloroso, por ello, es recomendable antes de tomar la decisión de separarse, considerar la terapia de pareje, con el objetivo de decidir por una separación definitiva o si hay posibilidad de reconciliación. Sin embargo, si la pareja opta por romper con la relación, como indicó Fanny Abanto para prepararse emocionalmente, es vital que el individuo pueda expresarse con libertad, que priorice su bienestar, busque el apoyo con amigos, familiares o un psicoterapeuta y que realice un plan para considerar aspectos prácticos de la separación, como la custodia de los hijos, la división de los bienes y el lugar de residencia
“Es importante tener en cuenta que, si bien el amor puede persistir después de una ruptura, es necesario redirigirlo hacia el autocuidado y la aceptación del cambio, por lo que manejar estos sentimientos implica permitirse el duelo y la adaptación a una nueva realidad”, recalcó la especialista en gestión emocional.
Por lo tanto, para poder aceptar y seguir adelante después de una separación, las personas deberían considerar los siguientes puntos:
- Permitir y procesar las emociones: El primer paso es permitirse sentir y procesar todas las emociones que surgen después de una ruptura, ya sea tristeza, ira, confusión o incluso alivio. Es importante no reprimir estos sentimientos, sino aceptarlos como parte natural del duelo.
- Establecer límites claros: Después de una ruptura, es crucial establecer límites claros con la expareja para ayudar a ambos a avanzar. Esto puede incluir tomar un descanso de la comunicación, no seguir a la otra persona en redes sociales, o incluso evitar lugares que frecuentaban juntos.
- Reconstruir la identidad personal: En una relación, es común que las personas fusionen aspectos de su identidad con la de su pareja. Tras una ruptura, es importante redescubrir quién eres como individuo. Esto puede implicar retomar pasatiempos que se dejaron de lado, explorar nuevas actividades o metas, y reconectar con amigos o familiares que pueden haber quedado en segundo plano durante la relación.
- Reflexionar sobre la relación: Reflexionar sobre lo que funcionó y lo que no funcionó en la relación es un paso importante para aprender y crecer a partir de la experiencia. Esta reflexión debe ser honesta y libre de culpas excesivas hacia uno mismo o hacia la expareja. El objetivo es identificar patrones de comportamiento, expectativas o dinámicas que pueden necesitar ajustes en futuras relaciones.
- Fomentar el autocuidado y la autocompasión: Cuidarse física y emocionalmente es esencial durante el proceso de recuperación. Esto incluye asegurarse de dormir bien, alimentarse de manera saludable, hacer ejercicio, y dedicar tiempo a actividades que brinden alegría y relajación. Además, practicar la autocompasión es fundamental, por lo que en lugar de castigarse por lo que salió mal, es importante tratarse con amabilidad y entender que la ruptura es una experiencia difícil, pero también una oportunidad para fortalecerse y aprender.
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