Brasil, O Globo/GDA
Este jueves, la sonda Messenger de la NASA se quedará sin combustible y colisionará con la superficie de Mercurio. De esta manera, finaliza una misión de cuatro años que tuvo como objetivo estudiar el planeta más cercano al Sol.Seguir a @tecnoycienciaEC!function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Pero antes de que la sonda se estrelle, los científicos divulgaron algunas imágenes sorprendentes obtenidas en el transcurso de estos cuatro años trabajo.
Desde el 17 de marzo del 2011, cuando entró en órbita, Messenger ha recogido mediciones de diferentes longitudes de onda de luz para que pueda averiguar qué minerales constituyen la superficie de Mercurio.
Los diversos colores que se observan en la imagen muestran las diferentes longitudes de onda de la luz.
NASA convierte las longitudes de onda en rojo, verde y azul para que el ojo humano puede ver la diferencia entre ellas. Los cambios de color son creados por las diferencias en la superficie.
La sonda Messenger es la primera en entrar en la órbita de Mercurio, y desde hace cuatro años se han utilizado siete instrumentos científicos a bordo para estudiar la historia del planeta.