Tras el infernal incendio desatado en Notre Dame, las redes sociales, conversaciones de la tarde de ayer e incluso, Donald Trump no comprendían la estrategia de los bomberos para apagar las llamas que consumían la catedral francesa. Ellos se preguntaban por qué no se usaban aviones para extinguir el fuego.
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Ante ello, la Protección Civil francesa explicó que “todos los medios estaban siendo utilizados menos el avión porque técnicamente era inadecuado para extinguir este tipo de incendios”. Según argumentan, el despliegue de estos aviones diseñados para apagar incendios forestales sería peligroso aplicarlos en un área urbana.
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Peligrosos en el área urbana
La caída de toneladas de agua desde el aire en una edificación podría provocar el colapso de la estructura. Según explica en El País de España, Javier Ribera Blanco, catedrático de Historia y restauración arquitectónica y subdirector del Instituto de Patrimonio Cultural, la piedra absorbe la humedad y aumenta su peso provocando el desplome de todo el conjunto. “En León pasó lo mismo hace cincuenta años. El cantero dio la voz de alarma, se evitó mojar la piedra y la catedral se salvó”, manifestaba.
También están los riesgos de usar sistemas diseñados para apagar incendios forestales. Si bien extienden mucha agua son muy imprecisos. Eso, en un ámbito urbano integrado por bomberos, sanitarios civiles, policías y civiles cerca del terreno podría tener consecuencias lamentables.
De acuerdo con el especialista Gregg Favre, un problema para consumir el fuego es la forma en la que están construidas las iglesias como Notre Dame. Son estructuras que de piedra que usan grandes cantidades de madera para compensar el peso y que no tienen dispositivos para frenar el fuego.
A ello se suman los cuidados que se deben tener para apagar el fuego, debido al arte invaluable dentro de Notre-Dame y a las personas colindantes a la catedral.
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