Hoy en día los niños se pasan horas y horas delante de una pantalla, ya sea para jugar o para estudiar: consolas de videojuegos, tabletas, celulares y computadoras, por no hablar de la tradicional televisión.
Aunque todavía no hay muchos estudios científicos sobre el impacto del uso de pantallas en la visión -hay que recordar que el primer celular inteligente de Apple fue desvelado hace solo 10 años- los expertos están preocupados por el alarmante aumento de la miopía entre los niños, que en algunos países asiáticos ya es una epidemia.
En Singapur, Taiwán, y Corea del Sur el 90% de los jóvenes de 18 años son miopes.
Cualquier padre sabe que reducir el tiempo que los niños pasan ante una pantalla es una batalla diaria difícil de ganar a largo plazo y probablemente una aspiración poco realista, dado que la tecnología es cada vez más omnipresente.
Pero estas dos estrategias sí pueden ayudar a prevenir la miopía:
Los expertos sugieren que lo mejor que pueden hacer los adultos para prevenir o mitigar el desarrollo de la miopía es animar a los niños a pasar más tiempo al aire libre, practicando actividades deportivas o de ocio.
Según Annegret Dahlmann-Noor, consultora de oftalmología del prestigioso hospital de ojos Moorfields de Londres, la falta de luz natural es la clave en el aumento de los casos de miopía.
“El factor principal parece ser la falta de exposición a la luz solar directa, porque los niños que estudian mucho y que utilizan computadoras o selulares o tabletas mucho tienen menos oportunidades para correr al aire libre y están menos expuestos a la luz natural, y por ese motivo parecen tener un mayor riesgo de desarrollar miopía”.
En efecto, los países del este de Asia, que tienen los niveles más altos de miopía, son también los más adelantados en las ligas internacionales de matemáticas. Y eso, según Chris Hammond, cirujano y profesor de oftalmología en la universidad King´s College de Londres, seguramente no sea una coincidencia.
“Estos niños reciben una educación muy intensa desde una edad muy temprana y se pasan mucho tiempo en espacios interiores estudiando todo a una distancia corta, con un tiempo al aire libre muy limitado”, dijo.
“En un mundo ideal, de media durante la semana y el fin de semana probablemente pasar dos horas al día al aire libre protegería a los niños de desarrollar miopía”.
Según la doctora Annegret Dahlmann-Noor, la dieta es otra área en la que la familia puede ayudar a proteger la visión de los niños.
“Siempre le decimos a los padres que nutrientes como los ácidos grasos esenciales Omega-3 y las vitaminas A, C y E son buenas para el desarrollo de la parte de atrás del ojo”.
“Una dieta saludable es realmente importante: recomendamos consumir tanto pescado graso, aguacates, hortalizas y vegetales de hoja verde como puedan”.
“En el caso de los niños, todos esos suplementos vitamínicos que se venden sin receta médica para favorecer el desarrollo del cerebro también son buenos para los ojos, aunque no los publicitan así”, dijo la oftalmóloga.
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