“Un día, así de la nada, empiezas a sonreír y a ver todo de color rosa. Si eres correspondido se produce la magia, pero si no… caes en la limerencia”.Eso es lo que explica la lingüista española Laura García Arroyo en su libro “Funderelele y otros hallazgos de la lengua”.García Arroyo se refiere al estado de enamoramiento en el que aparecen la pasión, excitación, deseo, fascinación y un listado de sentimientos e impulsos a veces incontrolables.Y ahí surge la limerencia. ¿Qué es exactamente? ¿Todos somos o fuimos víctimas? ¿Tiene síntomas?En BBC Mundo consultamos a especialistas.
--- “La obsesión de ser amado” ---
La limerencia es el estado mental involuntario que resulta de una atracción romántica hacia alguien en el que se siente una necesidad obsesiva de ser correspondido.“Es la obsesión de ser amado. Y se la considera un trastorno porque la persona pasa del enamoramiento a la obsesión”, describe Marta Garrido González, psicóloga clínica del centro Psicólogos Málaga PsicoAbreu, en España.Este trastorno fue bautizado como limerencia por la psicóloga estadounidense Dorothy Tennov después de estudiarlo y publicar sus resultados en su libro “Amor y limerencia: la experiencia de estar enamorado” (Love and Limerence: The Experience of Being in Love), en 1979.Los psicólogos especialistas lo describen como un trastorno obsesivo compulsivo enfocado hacia el amor, aclara Garrido González.Para Jennifer Vencill, psicóloga especialista en terapia y salud sexual de la Clínica Mayo en Estados Unidos, la limerencia es “un sentimiento involuntario, con pensamientos obsesivos y con un deseo y búsqueda de correspondencia”, dice.--- ¿Cuáles son los síntomas? ---
La persona que padece limerencia tiene pensamientos obsesivos con la persona a la que ama. Y esa obsesión puede causarle malestar en su vida diaria.También puede experimentar miedo al rechazo de esa persona.La limerencia se puede dar con una persona que nunca se ha visto en persona o con una persona con la que se comparte una relación amorosa.“En este último caso, la persona obsesiva no respeta el espacio de la otra”, le dice Garrido González a BBC Mundo.Y entre los síntomas físicos, “la persona acude a la consulta con mucha ansiedad”.“Puede presentar temblores, tartamudeo, sudoración, que son típicos del enamoramiento, pero esto es algo que le afecta en todas las áreas de su vida”, explica Garrido González.
Y sobre todo, “la persona realmente sufre”, añade, y ese padecimiento puede durar años.“Sentirse atraído por otras personas puede convertirse en un problema cuando surge el factor obsesivo e interfiere con nuestras tareas diarias, no podemos trabajar hecho, no podemos dormir, etc.”, dice Vencill.Si te pasa algo de esto y te causa problemas en tu vida, tal vez es un buen momento para pedir ayuda.
--- ¿En qué se diferencia el enamoramiento de la limerencia? ---
“Todavía estamos investigando”, le dice Vencill a BBC Mundo.Según explica la especialista, al principio de la relación existe un periodo de “luna de miel”, que también se puede aplicar con la limerencia, y que puede durar un par de años.Luego las relaciones se vuelven más de compañeros, mas románticas, por “lo que hay una superposición entre los dos, una zona gris”, añade Vencill.Pero ambas psicólogas coinciden en que la gran diferencia es que la limerencia no es recíproca, ya que hay sentimientos de obsesión, un poco de soledad y miedo a sentirse rechazado.Otro punto a destacar es que la persona que sufre de limerencia no suele reconocerlo.“A las personas que lo padecen les cuesta trabajo darse cuenta. Están obsesionados con esa persona y con que esa persona los ame. Es muy difícil de detectar porque ellos mismos no se dan cuenta de que están obsesionados”, describe Garrido González.Y añade que las personas con limerencia pueden reducir su vida social y se van aislando de su entorno.
--- Tratamiento ---
El tratamiento psicológico es la recomendación.“Si la limerencia contribuye a la ansiedad o la depresión puede perjudicar la salud mental y hay que buscar ayuda psicológica”, dice Vencill.Según Garrido González, lo primero es encontrar la raíz del problema, como los pensamientos obsesivos y recurrentes.Y se van dando pautas y estrategias para que la persona vaya cambiando la conducta que surge del pensamiento obsesivo.
“Si la persona dice 'tengo miedo a que me deje' es el pensamiento, la conducta es 'aferrarme a esa persona, no dejarla salir'”, ejemplifica Garrido González.“Lo primero es parar ese pensamiento y buscar una distracción. Una vez que aprendes a distraerte, el malestar disminuye”.Entonces poco a poco, la persona se vuelve más racional. No se deja llevar tanto por las emociones. Y después de eso empieza a adquirir control, dice la especialista.Pese a que la limerencia es una experiencia muy común, ambas especialistas destacan que aún se sabe muy poco y se necesitan más datos e investigación al respecto para comprenderla.
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