Una de las principales dificultades que afrontan los países de ingresos medios y bajos, como el Perú, es asegurar el acceso a las vacunas suficientes para proteger a su población contra el COVID-19. Los países ricos tienen tal cantidad que les permitiría inmunizar a toda su población varias veces. Este es el caso de Canadá, que cuenta con dosis aseguradas para vacunar cinco veces a todos sus ciudadanos.
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Esta situación ha hecho que organismos como la Organización Mundial de la Salud afirmen que el mundo está al borde de un “fracaso moral catastrófico”, pues muchas personas sanas y jóvenes de países con altos ingresos accedan a vacunas antes que grupos vulnerables de los países más pobres del planeta.
Ante ello, India y Sudáfrica han presentado en la Organización Mundial del Comercio (OMC) una petición para suspender temporalmente las patentes de herramientas médicas para tratar el COVID-19 mientras dure la pandemia y hasta lograr la inmunidad de grupo en el mundo. Esta iniciativa será debatida entre febrero y marzo en dicha entidad internacional.
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El Comercio conversó con Felipe Carvalho, asesor de la Campaña de Acceso a Medicamentos para América Latina de Médicos sin Fronteras (MSF), respecto a los alcances de esta medida que, asegura, facilitaría un mayor y más rápido suministro de productos relacionados con el COVID-19, entre ellos las vacunas.
“Lo que hay ahora es exclusividad, escasez y exclusión [en el acceso a las vacunas]”, afirma.
- La propuesta respaldada por MSF es suspender temporalmente las patentes y otros derechos de propiedad intelectual relacionados con los medicamentos, las vacunas, los diagnósticos y otras tecnologías para enfrentar el COVID-19. ¿Esto solo se logrará a través de la OMC?
El objetivo es que superemos esta situación de extrema exclusividad sobre las tecnologías, donde unas pocas empresas las controlan y deciden los precios, cantidades y los plazos. También superar la situación de escasez porque estas empresas no logran producir lo suficiente para satisfacer la demanda. Y, más importante, superar la situación de exclusión que estamos viendo en varios países, varias poblaciones que están excluidas en el acceso. Sabemos que este derecho de propiedad intelectual es muy restrictivo para la investigación y producción. Si superamos estas barreras que estos derechos imponen, vamos a tener más investigación, más desarrollo, más producción y más suministros de productos médicos. Es una solución a mediano y largo plazo para tener sostenibilidad en la producción de vacunas. Lo que hay ahora es exclusividad, escasez y exclusión. Con esto sería posible que más compañías con la capacidad de producción estén habilitadas, ya que el problema de la escasez [de vacunas y equipos médicos] no es que no haya capacidad de producción en el mundo, sino que varias empresas están impedidas de actuar debido a los derechos de propiedad intelectual.
- Y esta decisión de suspender temporalmente las patentes depende de una decisión en la OMC, que no sería la primera de su tipo, ¿cierto?
Sí. A nivel de la OMC, hay un acuerdo internacional de propiedad intelectual (ADPIC) que tiene una medida que permite una suspensión temporal, incluso es una medida que ya fue utilizada antes. Los países están de acuerdo en que es una opción que se utiliza solamente en situaciones excepcionales, y nos parece muy claro que esta pandemia es una situación excepcional y justifica utilizar esto que está previsto en los acuerdos internacionales. Es necesario que gran cantidad de países lo demanden y así se pueda iniciar una negociación en la OMC.
- La decisión entonces depende de que se pongan de acuerdo. ¿Hay países que tienen un mayor peso en el momento de tomar la decisión?
Es un peso relativamente similar. En la OMC lo que se intenta es que las decisiones sean consensuadas. Es importante que tengamos un gran número de países que apoyen [la medida] y otros que no se opongan, que no bloqueen el avance, y eso es lo que estamos intentando buscar. A nivel de la OMC es posible llegar a votar la propuesta. El intento es que haya un consenso.
“Esta propuesta está enfocada para que todos los países alcancen un nivel aceptable de control de la pandemia”.
- ¿En qué otros casos se ha utilizado esta figura?
Tenemos una suspensión semejante que fue aplicada al principio de la epidemia de VIH/sida; fue para los países de renta baja y tuvieron la posibilidad de adoptar o no las reglas de propiedad intelectual por un período de tiempo. Esa fue una negociación que se dio bajo la crisis de acceso a medicamentos para VIH/sida. Muchos no usaron esta posibilidad, como Bangladesh, que es un país que produce medicamentos. Lo que puede pasar con esta propuesta [para COVID-19], si se aprueba, es que algunos países puedan aplicarla y otros no. Esta propuesta está enfocada para que todos los países alcancen un nivel aceptable de control de la pandemia. Es una propuesta más ambiciosa, pero está pensada desde el punto de vista de salud pública.
- Y dirigida a países como Perú, que han tenido muchas dificultades en las negociaciones…
Exacto. Hay muchos países en esta situación, pero creo que Perú es un ejemplo muy claro. Perú, como otros países, está negociando y se pone en una cola, la lógica de esta es que el que tiene más poder económico se pone más adelante. Ya hay contratos desde el año pasado entre las farmacéuticas y EE.UU. y Europa. La mayor parte de la producción está comprometida con estos países, para aquellos que están al final de la cola hay poca cantidad disponible. Dependemos totalmente de los planes de las empresas. Y vemos que ya están con dificultades para cumplir con sus compromisos con estos primeros países, por eso estamos planteando actuar en este nivel, que se abra la posibilidad para que otras compañías puedan producir. Y ahí, claro, Perú tendría más opciones de compra y a precios más bajos. Cuando Perú negoció con una empresa, esta pone las condiciones que quiere, como inmunidades legales, de precios, plazos. Y no hay otras opciones. La otra opción que tienen países como Perú es COVAX, pero la mayor parte están haciendo acuerdo afuera de este mecanismo, lo que sobra para COVAX es muy poco. Por ejemplo, COVAX va a tener acceso solo al 2% de todo lo que Pfizer va a producir. Y esta cantidad es para repartir a 145 países. Es muy poco y los países necesitan más opciones. Han intentado negociar directamente, han intentado a través de COVAX, esta propuesta es una tercera opción, con lo cual se busca ampliar la oferta para que se active la capacidad productiva real del planeta. Lo que plantean estas empresas multinacionales es que solo ellas consiguen producir esas vacunas, pero hay productores en otros países que puede hacerlo. Casi la mitad de las vacunas calificadas por la OMS provienen de países en desarrollo, como India, Indonesia, Brasil. Hay capacidad en estos países, pero hay barreras para que estos países actúen en toda su capacidad.
- Perú tiene experiencia, por ejemplo, negociando con laboratorios de la India, porque se les compra medicamentos genéricos. Entonces se cambia de actor en la negociación.
Se podría lograr una mejor opción de compra con las multinacionales o una opción de compra con un productor de Brasil o India. El punto es que están en un campo minado legal [pantano legal] porque no tienen derecho sobre estas tecnologías. Muchas empresas ni siquiera empiezan proyectos de producción porque saben que si lo hacen, pueden tener un litigio internacional con la multinacional que tiene la patente u otro derecho industrial. Esa capacidad de producción se queda ahí. Eso fue lo que pasó con otras pandemias. Sucedió con VIH/sida, hepatitis C. hace como 25 años que los tratamientos para VIH/sida están disponibles, hasta hoy tenemos 33% de las personas que todavía no tienen acceso a estos medicamentos. Esto se está repitiendo con el COVID-19. Si no cambiamos nada, vamos a vivir lo mismo. Es terrible pensar que esto se va a repetir.
“La verdad es que muchas de estas vacunas fueron desarrolladas con dinero público, inversiones de gobiernos”.
- Las organizaciones y expertos que se oponen a esta propuesta aseguran de que esto afectaría la innovación.
La suspensión no significa que mañana tendremos 20 empresas más en el mercado, pero es un punto de partida para cambiar este escenario de escasez y exclusividad, donde pocas empresas controlan las tecnologías que, además, no desarrollaron. Esto es importante decirlo, porque los que están en contra dicen: “¿Y la innovación?, ¿los incentivos?”. La verdad es que muchas de estas vacunas fueron desarrolladas con dinero público, inversiones de gobiernos. Las empresas entraron al final del proceso y obtuvieron las patentes. Necesitamos poner eso sobre la mesa. No estamos hablando de algo catastrófico para las empresas. Si algo ha sido impulsado con inversión pública, necesita estar disponible para todos en general. Con estos derechos [de patentes], esto no se puede.
- El otro factor es que hay miles de personas que han participado en los ensayos clínicos en varios países, entre ellos el Perú. Digamos que no solo ha sido el esfuerzo de las empresas, sino de todos para lograr una salida a la pandemia.
Sí. Es importante lo que planteas. La participación en ensayos clínicos con poblaciones de varios países es fundamental para que las empresas tengan los datos para conseguir la aprobación de las vacunas. Muchos de los que participaron en los ensayos están ahora en la situación de que no saben si van a recibir la vacuna. En Sudáfrica participaron de varios estudios y hace poco no tenían ninguna vacuna disponible, y están pagando precios altos para las pocas vacunas que se les ofrece. La población contribuyó con la ciencia, pero las empresas finalmente deciden privilegiar a algunos pocos países.
- Con este pedido, uno podría entender que se quiere que los laboratorios pierdan su patente, pero lo que se quiere es que los países con poco poder de negociación tengan más opciones, ¿cierto?
Exacto. En primer lugar, las patentes las otorgan los gobiernos. Y es un derecho de ellos suspenderlas si creen que hay un objetivo mayor de salud pública a alcanzar. El derecho a la salud es un derecho también, no es que siempre el derecho a propiedad intelectual está encima del derecho a la salud. En este tipo de situaciones, los gobiernos pueden decir que en este contexto las patentes no tienen sentido porque dificultan la respuesta a un problema de salud pública. Pero hay compensaciones para las empresas. En un tema como COVID-19 no es que las empresas que tengan la suspensión de sus patentes no van a actuar más o no van a vender. Por el contrario, van a vender todo lo que tienen porque son las primeras que ya están en el mercado, ya tienen contratos, lo que no pueden hacer más es bloquear a otras empresas. Es lo único que pierden. No pierden las patentes. En una pandemia, [bloquear a otras empresas] no es lo que se desea. No se puede decir: “No se puede tocar las patentes, no importan lo que pase, no importan cuántos mueran”. Se toma como un derecho sagrado, que está encima del derecho a la vida.
“Lo que pedimos ahora es que no bloqueen que otros países tengan esta posibilidad de acceder a la vacuna”
- En el caso en que se apruebe la propuesta, ¿en qué posición quedan las empresas?
La posición en que quedan no es muy distinta, porque aún tienen ventajas en el mercado. Son empresas con capacidad de producción y siguen con oportunidades para [firmar] más contratos con gobiernos y lo que pierden es el poder de bloquear a otros productores, y eso está bien porque es algo que hace que los precios disminuyan. Si hay competidores que ofrecen precios más bajos, las empresas que estaban antes normalmente también bajan sus precios. Eso genera sostenibilidad en el mercado y permite que todos los gobiernos puedan comprar estas vacunas de otros productos. Y también es importante que estas empresas utilicen esta suspensión como una oportunidad para impulsar la transferencia de tecnologías. Porque lo que pasa con las vacunas es que hay muchas patentes en muchas etapas del proceso y le pertenecen a muchas empresas distintas. Entonces hay una complejidad ahí.
- ¿Esto no afectaría la recuperación de su inversión?
No, porque para estas vacunas, y para la mayor parte de productos de COVID-19, la inversión no fue solo desde las empresas. Hay data que muestra cuánta inversión fue pública, cuánta provino de fuentes filantrópicas y cuánta fue de las empresas. Y es evidente que la inversión pública fue la más grande. Entonces, hay que esclarecer eso. Parece que hicieron la inversión solas y no es así. No hay perjuicio porque seguramente ya tienen beneficios con los contratos que han firmado ya. Es importante también que los gobiernos recuperen su inversión en forma de acceso y en cumplimiento de garantía de la salud para el control de la pandemia. Entonces, hay un beneficio público que no estamos logrando.
Farmacéutica | Inversión del gobierno de EE.UU. |
---|---|
Biontech/Pfizer | USD 1.950 millones |
Johnson & Johnson | USD 1.000 millones |
Moderna | USD 955 millones |
AstraZeneca/Oxford | USD 1.200 millones |
Novavax | USD 1.600 millones |
Sanofi/GSK | USD 2.100 millones |
Pfizer/BioNTech | USD 2.000 millones |
- ¿Cuál es la posición actual de las empresas que tienen patentes?
Hay empresas que están de acuerdo. Por ejemplo, Moderna ya declaró que no aplicará las patentes, pero aún no sabemos los alcances de su decisión. Políticamente esto demuestra que dentro de las empresas hay quienes piensan que es importante flexibilizar el tema de las patentes y tener otra mirada. Y también el CEO de la empresa alemana Curevac ha declarado que está de acuerdo con esta idea, piensa que es necesario compartir tecnología para que logremos realmente una equidad en la vacunación.
- ¿Qué posición tienen los países con mayor acceso?
Hasta enero, China estaba en realidad a favor. No han declarado un apoyo abierto, pero percibimos es que están más a favor que en contra. EE.UU., Europa y Brasil están en contra. Esto es parte de la injusticia, porque son parte de los países que están con las vacunas garantizadas y al mismo tiempo no quieren que avance la propuesta pensada en garantizar las vacunas para los países que no las tienen. Si no les gusta la suspensión de las patentes, y esa es una de las ventajas de esta propuesta, no están obligados a aplicarla. Hay que aprobar a nivel de la OMC para que todos tengan la opción, pero si un país como EE.UU. no quiere aplicar esta opción, que no lo haga. Lo que pedimos ahora es que no bloqueen que otros tengan esta posibilidad.
- Si se piensa a nivel de salud pública, se sabe que cuantas más personas estén protegidas, más lo estarán las personas que incluso ya han accedido a las vacunas. Nadie está protegido al 100% hasta que todos en todos los países lo estén.
Correcto. Esta pandemia se va a acabar cuando termine para todos y en todas partes. Desde el punto de vista de salud pública, necesitamos que todos estén protegidos. No hay solución local para un problema global. Es una ilusión que algunos países piensen que, si protegen a toda su población, así van a estar totalmente seguros. Como vemos, el virus sigue mutando y pueden escapar a [la eficacia de] las vacunas que tenemos. Entonces, cuanto más rápido logremos vacunar a todas las personas, terminaremos con esta crisis. Es un absurdo, porque hay países que ya están avanzando para vacunar a toda su población mientras hay países en África donde ni los profesionales de salud están vacunados. La solidaridad internacional debe comenzar, al menos por ahora, por vacunar a los profesionales de la salud y a los grupos de riesgo, y con eso no sobrecargar los sistemas de salud y reducir las muertes. Eso a nivel de salud pública global es muy importante, no solo para COVID-19 sino para otras enfermedades.
- En caso se lograra aprobar esta propuesta, ¿cuáles son los países de la región que podrían producir sus propias vacunas? ¿Están México, Argentina y Brasil en ese grupo?
Sí, hay países que tienen empresas [con esa capacidad]. En el caso de Brasil, hay laboratorios públicos que desde hace tiempo están involucrado con producción de vacunas. Hay vacunas como las de Moderna y Pfizer, que usan la tecnología moderna del ARNm, lo que hacía pensar que era una vacuna muy compleja de producir. Pero hay expertos que dicen que estas vacunas son más baratas de producir, más simples e incluso se pueden producir por empresas que no tienen mucha experiencia en fabricación de vacunas. Algunas fábricas en Europa, que hace pocos meses no producían vacunas ARNm, ya lo están haciendo. Son evidencias iniciales que muestran que pueden ser producidas y que empresas en América Latina podrían empezar a producir este tipo de vacunas, pero eso solo será posible con la suspensión de patentes y secreto industrial. Podríamos tener varios productores de la región y de otras regiones que pueden empezar a hacerlo.
“El hecho de que Perú esté callado no ayuda a que podamos avanzar al objetivo”
- En el Perú el tema de las vacunas es importante, pero no se habla del tema de las patentes y su suspensión. ¿Ustedes saben cuál es la posición del país?
Yo especialmente estoy siguiendo a los países de América del Sur. Tenemos a Brasil, que está en contra. En varias reuniones se manifestó en ese sentido. Pero en las últimas se quedó en silencio. Parece que están empezando a cambiar [de posición], al menos si no van a apoyar, no van a bloquear [la propuesta]. Lo mismo con Colombia. Los que apoyan oficialmente son Argentina, Venezuela y Bolivia. Pero hay varios otros como Perú, Uruguay, Paraguay, Ecuador y Chile, que están callados. Perú hasta hora no se manifestó. No sabemos qué piensan. En las reuniones están sin hacer declaraciones y nos parece que es un país que es muy importante que se manifieste, porque ha sido un país que en la región ha tenido una voz importante en cuanto a la defensa en acceso a medicamentos. Son países que normalmente son muy activos en este tipo de agenda, pero ahora están fragmentados. El hecho de que Perú esté callado no ayuda a que podamos avanzar al objetivo.
- Finalmente, ¿para cuándo se espera tener novedades respecto a la iniciativa?
Para inicios de marzo. En la OMC hay consejos temáticos, la propuesta está en el consejo que ve temas de derecho de propiedad intelectual. La expectativa es que en marzo este tema avance hacia el consejo general, que es el nivel más alto de la OMC, el espacio de decisión. Si hay mucho apoyo a nivel de ADPIC, este tema tendrá fuerza para llegar al ámbito general. Si no es así, en junio se podría ver el tema de nuevo en el consejo general. Hay motivación para que el tema llegue al consejo general el otro mes.
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