Llegó el verano. La temperatura se eleva y miles de personas, entre ellos niños y adolescentes, acuden a playas y piscinas para disfrutar del Sol junto a toda la familia.
Para que esta experiencia no termine siendo desagradable, es importante protegernos de la radiación solar y otros peligros como el ahogamiento. Los menores son los más vulnerables, por ello presentamos a continuación una serie de recomendaciones para cuidar su salud.
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¿Por qué cuidar la piel de los niños?
Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que la piel de los niños es más fina y sensible “e incluso períodos cortos de exposición a las horas centrales del día pueden causar quemaduras graves”.
Si los pequeños están más expuestos a la radiación UV durante su infancia, el riesgo de desarrollar cáncer de piel y cataratas cuando sean mayores aumenta. “Estudios epidemiológicos demuestran que la exposición frecuente al Sol y las quemaduras solares en la infancia predisponen a mayores tasas de melanoma durante su vida”.
Según la entidad, “se calcula que más del 80% de la exposición solar de una persona a lo largo de su vida ocurre antes de los 18 años”. Por tanto, es clave que el cuidado de la piel comience desde muy pequeños.
“Es muy importante proteger la piel de los más chicos principalmente del Sol en el verano. Más daño reciben los niños hasta los 15 años, y los bebés hasta los 6 meses no deben exponerse al Sol”, explica a El Comercio Valerie Dammert dermatóloga de la Clínica Ricardo Palma.
Preferir la sombra
En general, los dermatólogos recomiendan que cuando nos encontramos en espacios abiertos debemos preferir la sombra. En el caso de los menores, siempre deben mantenerse alejados de la luz solar.
“A partir de los 6 meses podrán usar protector solar, el cual debe reaplicarse cada dos horas o cada vez que el niño se haya metido al mar, piscina o haya sudado. Igual de importante es el uso de ropas que protegen contra los rayos UV: gorros, politos manga larga y en niños más grandes lentes de sol”, señala Dammert.
Los niños menores de seis meses no deben ser llevados a la playa o piscina.
En tanto, las cremas de protección solar o bloqueadores deben tener un factor mayor a 30 y deben ser aplicados como mínimo 20 minutos antes de la exposición en todas las áreas que no están cubiertas por la ropa. “Que sean específicamente para niños (pueden tener nombres como ‘kids’ o pediátrico) porque son cremas que contienen menos químicos”.
De ninguna manera los niños deben estar bajo el Sol en las horas cercanas al mediodía. “Recomiendo no exponerse al sol directamente entre las 10am y las 4pm”.
Si bien recibir luz solar es saludable en cierta medida debido a la vitamina D que brinda, eso no justifica la exposición prolongada, aún más en ambientes con radiación extrema como Lima o Arequipa, alertan los expertos.
El riesgo del agua contaminada
Algunas veces los lugares que visitamos con nuestras familias no guardan el cuidado debido, por lo que el agua de la piscina o servicios higiénicos puede estar contaminada. También existen playas que no son saludables debido a que el mar tiene presencia de coliformes (bacterias fecales). Cuando la piel entra en contacto con estos patógenos, entonces puede ocurrir una reacción alérgica, infecciones, vómitos, diarrea, etc.
Antes de ir a la playa, debemos averiguar cuáles son las playas y piscinas aptas para bañarse determinadas por la Dirección General de Dirección Ambiental (Digesa). Para ver la lista de playas saludables, CLIC AQUÍ.
“Pueden usarse ropas de protección y zapatos de agua o sandalias. Una vez dado el chapuzón es necesario enjuagarse con agua potable”, aconseja Dammert.
Por otro lado, en las piscinas públicas y privadas se utiliza el cloro para tratar el agua. ¿Es perjudicial para la salud?
“El cloro contenido en las piscinas nos ayuda a mantenerlas libres de bacterias. El cloro está a una concentración muy baja para el humano y por lo que en general no causa ningún perjuicio en los niños; sin embargo, también es necesario enjuagarse con agua potable después de cada baño en la piscina”, agrega la especialista.
El peligro del ahogamiento
El agua es un lugar muy entretenido para los niños, pero a la vez puede ser muy peligroso. En los países de ingresos bajos y medios, como el nuestro, se concentra el 90% de las muertes por ahogamiento no intencional, según la OPS
La clave, de acuerdo con los especialistas, es la supervisión. Aunque el niño sepa nadar, no es prudente dejarlo solo en el agua. Siempre debe estar un adulto cerca de ellos.
Mayo Clinic recomienda que en ambientes como piscinas o playas, los adultos que saben nadar deben turnarse para vigilar a los niños. En el caso de los menos de 4 años, “deben permanecer a no más de un brazo de distancia del adulto responsable, aunque sepan nadar”.
Otro factor importante es no confiar en los flotadores o juguetes inflables ni de gomaespuma, ya que estos no previenen el ahogamiento.
Además, no se debe beber alcohol si tienen un menor bajo su responsabilidad, pues ante cualquier emergencia la capacidad de respuesta no será la misma y esto puede poner en riesgo no solo al niño, sino a ti mismo.
En las piscinas y playas, los pequeños deben nadar solamente en las zonas designadas para ellos. Esos lugares han sido diseñados y evaluados por especialistas para protegerlos.
Al seguir estas recomendaciones podemos reducir en gran medida los riesgos a los que están expuestos los niños y adolescentes.
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