Este 2018 la agencia espacial de Estados Unidos, NASA, cumple 60 años y la celebración será no sólo con la exploración del Universo y el estudio de la Tierra, sino también la apuesta está en la colaboración con empresas privadas para la construcción de módulos espaciales y el envío de astronautas nuevamente desde el territorio norteamericano.
La NASA enviará un nuevo rover a la superficie marciana para continuar la exploración del planeta, si bien el lanzamiento está previsto para el corto plazo, no se espera que la sonda llegue hasta 2020 a Marte, debido a los dos años que tarda el viaje hasta su destino.
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El nuevo vehículo contará con ruedas más fuertes para recorrer zonas muy riesgosas para le Curiosity, además de un sistema que le permita analizar no sólo la superficie del planeta, sino también por debajo de la tierra.
Actualmente los científicos que llegan a la Estación Espacial Internacional (EEI) lo hacen desde Rusia y sus plataformas de lanzamiento, esto porque el gobierno norteamericano decidió terminar el programa de lanzadores espaciales en 2011 por su alto costo.
Sin embargo, esta situación va a cambiar en 2018 de acuerdo a la NASA y su intención de asociarse con empresas privadas para volver a volar a los astronautas desde territorio norteamericano. Estas negociaciones actualmente se están realizando con compañías como Space X, de Elon Musk, quien ya ha enviado cargamento a la EEI con sus cápsulas Dragon.
Esta sonda que fue enviada en 2016 finalmente llegará al asteroide Bennu para tomar muestras de su superficie, evidencia que será utilizada para estudiar las características químicas del cuerpo rocoso que data desde el inicio del Sistema Solar. Esta muestra llegará a la Tierra en 2023, de acuerdo al cronograma mostrado por la NASA.
La importancia de esta misión recae en las respuestas que Bennu podría entregar a los científicos sobre la formación de los planetas dentro de nuestro sistema estelar y el origen de la vida en la Tierra. Así como el impacto que los asteroides podrían tener en nuestro planeta.
Una de las grandes misiones que mantiene la NASA desde los últimos años es la búsqueda de exoplanetas, es decir, formaciones fuera del Sistema Solar que orbiten astros de diversas características. Este aspecto de investigación ha sido catalogado como fundamental gracias a que podría contribuir en el hallazgo de vida fuera de la Tierra.
Durante 2017, la NASA reveló el descubrimiento de exoplanetas como Proxima b y el sistema de TRAPPIST-1, ambos con posibilidades de albergar vida, es por esto que el énfasis nuevamente estará en hallar más de estas formaciones, de las que ya se tiene registro de al menos 2.500 exoplanetas.
La sonda “Parker Solar Probe” será lanzada este año desde Florida, Estados Unidos, con el objetivo de tomar fotografías y mediciones del Sol en un viaje lo más cercano al astro de lo que ninguna otra nave ha llegado. De acuerdo a la información entregada por la NASA en 2017, este instrumento podrá acercarse a una distancia de 6,4 millones de kilómetros de la superficie de la estrella.
Esto es 17 veces más cerca de lo que ninguna otra sonda ha llegado. Gracias a esta misión, los científicos podrán conocer nuevos aspectos del astro principal de nuestro sistema estelar.
Luego de la nueva política enviada por el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la que se postula el regreso de los astronautas a la Luna, la agencia espacial enfocará sus investigaciones y pruebas al lanzamiento en el futuro de una nave que contenga una tripulación hacia el astro.
Además, la NASA estipuló que no sólo se están preparando para este viaje, sino también para llegar “más allá”, dando luces de posibles planes para enviar humanos a Marte en el futuro.
Tras 27 años en operación, el telescopio espacial Hubble será remplazado por el James Webb Telescope, el que será lanzado el próximo año y permitirá nuevas mediciones y observaciones desde el espacio, tanto para la investigación de exoplanetas y lejanas galaxias.
Para esto, la NASA se preparará durante 2018 con los últimos detalles de este telescopio y todo lo necesario para su lanzamiento y próxima puesta en funcionamiento.
A pesar de que las propuestas de presupuesto para el 2018 en la NASA obligaron al cierre de algunos programas enfocados en la investigación de importantes aspectos dentro de la Tierra, como el ecosistema y los impactos del cambio climático, la agencia espacial continuará con algunas ramas de este sector.
Los estudios se centrarán en materias como el monitoreo del planeta, las mediciones sobre el estado de los océanos y el espesor de las capas de hielo, así como la medición y mapeo de las zonas boscosas gracias al uso de satélites en torno a la Tierra.(Fuente: El Mercurio / GDA)
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