Al año, cada familia de los centros poblados de San Juan, Nueva Acuracay y Florida –ubicados en Loreto– tala hasta 15 árboles. No lo hacen para conseguir dinero, sino para sobrevivir. Y es que la leña que obtienen es el combustible para sus cocinas tradicionales (a fuego abierto). Sin embargo, este hábito ha llevado a que en seis años pierdan 9 hectáreas del bosque que los rodea. Asimismo, el humo producto de la quema de la leña, contamina sus hogares. Pero una nueva iniciativa plantea una solución para ambas problemáticas.
—Antecedentes—
De acuerdo a un estudio de Prom-Perú del 2006, el 30,2% de la población peruana prepara sus alimentos a fuego abierto, exponiéndose a una gran variedad de contaminantes –que representan un riesgo para la salud de niños y adultos mayores–.
Con el fin de combatir esta contaminación intradomiciliaria, en el 2009 se inició el programa nacional Medio Millón de Cocinas Mejoradas por un Perú sin Humo. Su objetivo es reemplazar las cocinas tradicionales por cocinas mejoradas, las cuales evitan la contaminación dentro del hogar al poseer una cámara de combustión y chimenea. No obstante, aún necesita chimenea –lo que no detiene la tala– y solo permite cocinar una cosa a la vez.
—Proyecto verde—
Para Javier Rodríguez, fundador de la asociación sin fines de lucro La Huella en el Bosque, había otra alternativa. A través de una tecnología conocida como ‘rocket stove’ (cocina cohete), desarrolló un nuevo tipo de cocina mejorada, la cual ha sido bautizada como La Huella.
“La cocina cohete utiliza el humo como combustible, no como un desperdicio. Por lo tanto, parte del humo se consume por completo y el residual sale por la chimenea”, explica Rodríguez.
Al tener como base el humo –detalla el especialista–, el combustible ya no es leña, sino cualquier material que se queme rápido, como ramas, papel, hojas secas u otro desperdicio sólido. Del mismo modo, el diseño se adapta para el uso de hasta tres hornillas.
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Otra mejora es que las cocinas mejoradas convencionales pueden tardar de uno a dos días en instalarse, mientras que implementar este prototipo lleva un poco menos de dos minutos.
El objetivo de Rodríguez es instalar esta versión de cocina cohete en las viviendas de familias de San Juan, Nueva Acuracay y Florida. Sostiene que la implementación del sistema, y reemplazar el hábito de talar árboles por el de la recolección de ramas, puede reducir el avance de las tres comunidades en 1,5 hectáreas para el 2019.
“Si se logra conservar 1,5 hectáreas al año con estas 60 familias, eso significaría que el consumo de dióxido de carbono (CO2) por parte del bosque sería aproximadamente de 775,5 toneladas métricas al año”, predice.
Actualmente, Rodríguez busca apoyo para poder trabajar junto con las poblaciones en la implementación de 60 cocinas cohetes. 2 mlls.
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