Andrés Link es ingeniero industrial y biólogo. Sin embargo, reconoce que poco ha ejercido la ingeniería y que la biología es su vida. Desde el año 2000, cuando se internó cerca de dos años en el Parque Nacional Tinigua, en el departamento del Meta, se enamoró de los primates. Quiso saber todo de ellos y no ha dejado de estudiarlos.
Durante dos décadas, Link se ha esforzado por entender mejor la biología y el comportamiento de los monos, no solo en Colombia sino también en Ecuador. Aunque ha trabajado con varias especies, el mono araña es su más grande pasión. “Fue el animal que más me gustó por la gracia que tiene para moverse, esa enorme agilidad a pesar de ser tan grande y el uso de su cola prensil. Todo eso me llamó la atención. En el sitio en que vivíamos [en el Parque Tinigua], los micos pasaban en frente del campamento todas las mañanas. Un día empecé a estudiarlos y ya llevo 20 años siguiéndolos”, comenta.
Hoy es profesor del departamento de Biología de la Universidad de Los Andes en Colombia y tiene un doctorado en Antropología Biológica de la Universidad de Nueva York. Junto a la Fundación Proyecto Primates, que él mismo fundó hace varios años, es uno de los científicos que más información ha generado sobre los monos en el país, centrando gran parte de sus esfuerzos en el mono araña café (Ateles hybridus), una especie que vive en la cuenca media del río Magdalena, en ecosistemas fuertemente intervenidos por el hombre y que se encuentra clasificada como En Peligro Crítico en la Lista Roja de la UICN.
¿Cómo están los primates en Colombia?Andrés Link (A.L.): Colombia es uno de los países con mayor diversidad de primates, con más de 30 especies. La situación de este grupo en el país no es muy buena y en general es grave alrededor del mundo. Más de la mitad de las especies están catalogadas con algún tipo de amenaza. Los ecosistemas en los que viven en Colombia están muy transformados y muchos que no lo estaban, están empezando a cambiar rápidamente. Varias especies están en la categoría en Peligro Crítico.
Es un grupo de animales a los que, por lo general, les ha ido mal. Requieren de bosques muy grandes para vivir y no son tan resistentes a los efectos de los humanos sobre los ecosistemas.
¿Cuáles especies son particularmente vulnerables?A.L.: Hay algunas que están muy amenazadas porque son muy sensibles, por ejemplo, los monos más grandes, como los araña, enfrentan muchas presiones por deforestación y cacería, ya sea en el Chocó, en el Magdalena medio o incluso en la Amazonía. El mico bonito o tití del Caquetá (Plecturocebus caquetensis) tiene una área de distribución muy pequeña, por lo menos de lo que se conoce hasta hoy. Se ubica en las zonas de Caquetá y de la bota caucana [departamento del Cauca] que tienen una alta deforestación actualmente.
Hay otras especies de las cuales no conocemos mucho. No sabemos si son verdaderas especies o subespecies. Por ejemplo, los monos cariblancos que están en la isla Gorgona probablemente sean una especie única, hay otros cariblancos en la Sierra Nevada y también podría pasar lo mismo. A veces se piensa que simplemente son poblaciones que están mal localmente, pero que en otros lugares están mejor. Sin embargo, si llegan a ser especies únicas, estarían gravísimas.
¿Por qué todavía no sabemos si son especies nuevas o subespecies?A.L.: Aunque se piensa que los primates son uno de los grupos más estudiados, todavía falta mucho por hacer. Tan solo hace 19 años se supo que el mono araña del Magdalena medio, conocido como mono araña café o choibo, era una especie diferente a la que habita en la Amazonía.
En ese momento se pensaba: el Magdalena medio está intervenido e impactado por actividad humana, pero como hay unas poblaciones muy grandes en la Amazonía, entonces la especie está bien. ¡Pero no! Nos dimos cuenta que era una especie independiente y estaba críticamente amenazada. La genética está empezando a responder muchos de estos asuntos, pero hay grupos de los que no se tiene mucho conocimiento. Se supone que hay tres o cuatro formas diferentes de monos cariblancos en el Magdalena medio y todavía no se ha concluido si son subespecies, si son muy cercanos o muy lejanos en términos de sus relaciones evolutivas.
¿Cuáles son las presiones que generalmente enfrentan estos primates?A.L.: El principal problema es la deforestación, cuando se transforman los bosques naturales ya sea para zonas agrícolas a gran escala o para ganadería, que es el principal uso de suelo en el país. Hay algunas zonas de cacería y otras presiones como el tráfico, pero lo que principalmente afecta a las poblaciones, hoy en día, es la rápida transformación de las selvas.
¿Cuáles son las zonas del país donde los monos son más vulnerables?A.L.: Muchas. Una es sin duda el Magdalena medio y el Caribe, por el grado de transformación que ya han tenido. Son zonas donde queda muy poco bosque y, lo que queda, como la serranía de San Lucas, es un sitio de máximo interés para minería legal e ilegal. Estas pequeñas ‘islas’ que quedaron para salvaguardar la diversidad de primates están supremamente amenazadas. Son lugares que ya están mal y por eso lo que queda es tan valioso.
Pero no solo esto. Zonas como la Amazonía e incluso el Chocó, que tienen mucha cobertura de bosque para proteger fauna, tienen hoy amenazas gigantes. Los monos son de las primeras especies que desaparecen de los bosques con estas presiones. La pérdida de hábitat hace que se aglomeren en sitios más pequeños y esto genera mayor competencia, problemas de depresión genética y endogamia.
Usted se enamoró de los monos durante el tiempo que vivió en el Parque Tinigua, ¿qué piensa ahora que esta área protegida es la más deforestada del país?A.L.: Lo que era uno de los santuarios en el corredor de los parques Macarena, Tinigua y Picachos hoy impresiona cuando lo ves satelitalmente. Genera angustia saber que lugares como este, que se pensaba iban a ser los oasis de protección del futuro, tampoco están blindados y tienen amenazas grandísimas por dentro.
¿Ha habido cambios en la forma como se utilizan los recursos naturales en el Magdalena medio?A.L.: Algunos ganaderos se han dado cuenta que sus fincas y proyectos no tienen sentido a largo plazo si no tienen agua y los bosques que permiten que estos ecosistemas sobrevivan. Se está viendo un mayor aprecio por el bosque y se están tomando mejores decisiones en las prácticas ganaderas. Falta vincular un poco más a los gobiernos locales que, en mi opinión, conocen el discurso pero sus acciones son mínimas o inexistentes.
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La versión completa de esta entrevista de Antonio José Paz Cardona fue publicada en Mongabay Latam. Puedes leerla aquí.Si quieres conocer más sobre animales de Latinoamérica y el mundo, puedes revisar esta colección de artículos de Mongabay Latam. Y si quieres estar al tanto de las mejores historias de Mongabay Latam, puedes suscribirte al boletín aquí o seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.