Conocer los peces que habitan en los ríos es una tarea muy complicada porque, básicamente, son muy difíciles de ver. “Están ocultos porque están dentro del agua, y para poder verlos uno tiene que buscarlos”, dice el biólogo Guido Miranda, coordinador de Manejo de Vida Silvestre de la Wildlife Conservation Society (WCS), quien se ha dedicado a explorar la ictiofauna en los ríos de Bolivia.
Uno de los lugares explorados por Miranda, junto con otros científicos, ha sido el Parque Nacional y Área de Manejo Natural Integrado Madidi, como parte de la expedición identidad Madidi, un proyecto que duró cuatro años y que ahora está dando luces sobre las especies terrestres y acuáticas de flora y fauna que habitan en esta área protegida de gran importancia.
Como resultado de esta investigación en los ríos del Madidi se ha logrado la identificación de 333 especies de peces y, de ellas, por lo menos 35 son consideradas posibles nuevas especies para la ciencia. Estas conclusiones han sido incluidas en el estudio Ictiofauna del megadiverso Parque Nacional Madidi en los Andes Amazónicos de Bolivia.
“Uno de los objetivos de la expedición era visibilizar la biodiversidad que tiene Bolivia, y poder hacerlo ha sido gratificante porque ha logrado hacer visible especies que tal vez nunca nadie las hubiese visto, pero que están aquí y son parte de nuestra riqueza”, agrega Miranda, autor principal de la investigación.
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Nuevas especies para la ciencia
“Identificar una nueva especie en el mismo campo es difícil porque los peces son muy parecidos entre ellos, pero hay algunas que sí saltan a la vista por sus características y dices: ‘esto es totalmente diferente’”, narra así Miranda los hallazgos durante la expedición científica.
Una de estas especies que sospechan son nuevas para la ciencia y que llamó la atención de los científicos fue una suerte de lenguado de agua dulce, “como los lenguados marinos”, dice el investigador de la WCS. “Es [una especie] súper chiquitita, su tamaño más grande es de unos 20 centímetros, pero la que sacamos era un juvenil de menos de dos centímetros. Era pequeña y apenas se podía ver. Fue una locura revisarla, y cuando la pudimos identificar incluso algunos amigos empezaron a gritar de emoción”, cuenta Guido Miranda.
Otras parecen serpientes porque no tienen aletas y son muy particulares, pero son peces —continúa con la narración— y también están las especies que viven en el fondo de los ríos y que no suelen salir a la superficie. Una de ellas pertenece a “un grupo que se llama Astroblepus y que obviamente son muy raras”, agrega el biólogo.
Entre las 35 nuevas especies que podría sumar Bolivia está también la Trichomycterus lauzannii, encontrada en el río Beni, que ya ha sido descrita, además de otras cinco que están en medio del proceso de evaluación e identificación.
“Hemos publicado un artículo sobre un pequeño bagrecito que ha sido nombrado Trichomycterus lauzannii en honor a un investigador francés, un ictiólogo que ha sido uno de los promotores de los estudios de peces en Bolivia. Y es solo una de esas 35 especies”, comenta Miranda. El proceso de descripción de una especie toma tiempo, explica el científico, por lo que trabajar en las 35 tomará varios años, pues se trata de una labor que involucra muchas revisión. “Creo que incluso hemos sido un poco conservadores”, dice el investigador con respecto a la cantidad de nuevas especies que podría haber encontrado en esta expedición. “A medida que se vayan revisando los peces, seguro de que habrá más candidatos y ese número puede ir cambiando”.
Según la publicación, las dimensiones de los peces encontrados durante la expedición varían desde especies en miniatura que miden menos de 3 centímetros de longitud, como el Hyphessobrycon eques y el Tyttocharax tambopatensis, hasta peces que pueden llegar a 3 metros como el bagre goliat gigante o Brachyplatystoma filamentosum y hasta de 4 metros como el Arapaima aff. gigas.
Esta investigación sobre la biodiversidad del Madidi empezó dos años antes de realizarse las expediciones en el campo —cuenta Miranda—, con una revisión de la información de las especies de peces que se habían registrado anteriormente en este parque nacional.
“Inicialmente se tenían registradas 192 especies de peces en el parque Madidi, pero luego de las revisiones esa cifra bajó a 161. Esto se debe a que hay cambios taxonómicos [agrupación ordenada de organismos vivos] y había también registros que no estaban dentro del parque sino en lugares aledaños y que habían sido incluidos, por eso la cifra bajó”.
Con esta línea de base, los investigadores ingresaron al Madidi y recorrieron 13 lugares en los ríos Beni, Madre de Dios y la cuenca del río Madeira, dentro del parque nacional. En las expediciones, se registraron un total de 257 peces, que fueron sometidos a una revisión y comparación con la línea de base, así se determinó que había 172 especies adicionales a las que ya se tenían en lista. De esta forma, considerando las 161 que se tenían registradas y las 172 halladas durante la expedición se logró llegar a la cifra de 333 peces para el Parque Nacional Madidi.
“La cantidad de especies registradas en el Parque Nacional Madidi ha convertido a esta área protegida boliviana en la más rica en ictiofauna”, señala el artículo académico publicado en la revista científica Hidrobiología Neotropical y Conservación Acuática. “La lista de 333 especies presentada aquí duplica la ictiofauna previamente conocida en el Parque Nacional y Área de Manejo Natural Integrado Madidi”, se lee en el artículo. La publicación también señala que la cantidad de especies potencialmente nuevas para la ciencia indica que el Parque Nacional Madidi es un área protegida “rica en especies endémicas”.
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Una zona de alta biodiversidad
El Parque Nacional Madidi cubre un área de 18 957 km2 en Bolivia con un gradiente de altitudes que varía desde los 184 metros de altura, en la zona del río Heath, hasta los 6044 metros sobre el nivel del mar que corresponde al pico del nevado Chaupi Orco. “Debido a su alta diversidad de hábitats, en su mayoría producto del gradiente altitudinal, el Madidi es considerado el área protegida con mayor biodiversidad de la región”, se lee en la publicación.
Soraya Barrera, investigadora del Museo Nacional de Historia Natural de La Paz, explica que esta diversidad de pisos ecológicos que va desde los Andes, las cabeceras altas hasta la llanura de la Amazonía permite que el área protegida presente una mayor diversidad de peces. “Tiene zonas de cabecera de cuenca y también planicies, por lo tanto, la distribución de las especies es muy diversa”.
Barrera agrega que el Madidi forma parte de un corredor biológico muy interesante porque colinda con otras áreas protegidas como el Área Natural de Manejo Integrado Apolobamba y la Reserva de la biosfera y tierra comunitaria de origen Pilón Lajas, así como con el Santuario Nacional Pampas del Heath, en Perú.
“Con todas las exploraciones se está conociendo toda la biodiversidad que tiene el Madidi. Creo que como muchas zonas en Bolivia, no había sido explorado, sobre todo en lo que respecta a los peces”, agrega Barrera, quien formó parte de las investigaciones que se hicieron en los años 2001 y 2002 para conocer la diversidad de esta área protegida, información que ahora ha servido como línea de base para el trabajo realizado por Identidad Madidi.
“La riqueza de especies puede aumentar si se realizan estudios en cuencas hidrográficas más aisladas, incluidos métodos que promuevan el registro de especies más crípticas, como especies bentónicas [que habitan en el fondo] dentro de los principales cauces fluviales”, señala el estudio.
Según las más recientes estimaciones —se indica en el documento—, Bolivia tiene un total de 908 especies de peces, lo que significa que el Madidi alberga el 36,7 % de la ictiofauna boliviana documentada. En las cuencas de los ríos Beni y Madre de Dios se han reportado un total de 509 especies de peces, de las cuales el 65,4 % están presentes en el Parque Nacional Madidi, se indica en la investigación. “El número de especies potencialmente nuevas para la ciencia es un indicador de que el Madidi es también un área protegida rica en especies endémicas debido a su diversa topografía y conectividad de cuencas que en conjunto brindan una gran variedad de hábitats para peces”.
Sin embargo, esta área tan biodiversa también está bajo amenaza. Entre los problemas que se mencionan en el estudio está la creciente actividad minera aurífera que está afectando su área núcleo, la infraestructura y la pesca no sostenible con métodos devastadores como dinamita, redes de deriva y sobrepesca en criaderos. Amenazas que, según se indica en la investigación, se ven potencialmente exacerbadas por el cambio climático.
Imagen principal: una de las 333 especies de peces que habitan en el Parque Nacional Madidi, la Anablepsoides beniensis. Foto: Rob Wallace / WCS.
El artículo original fue publicado por Yvette Sierra Praeli en Mongabay Latam. Puedes revisarlo aquí.
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