Los ataques racistas o de cualquier otro tipo de índole discriminatoria pueden esconderse tras eufemismos, frases armadas o categorías no analizadas por Facebook. Así lo reveló el portal web de Pro Pública al filtrar una serie de documentos internos de la red social.
Los documentos filtrados por ProPublica son fichas para formar a los censores de Facebook. Con este material la empresa explica a sus empleados qué tipos de discursos de odio deben moderar.
El problema de estas rígidas normas es que Facebook termina protegiendo a “los hombres blancos”, pero no a los “sucios inmigrantes”, niños negros o las mujeres feministas.
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Para empezar, Facebook le enseña a sus empleados que hay categorías protegidas y no protegidas contra el odio. Así los usuarios solo están protegidos por género, afiliación religiosa, origen nacional, identidad de género, raza, etnia, orientación sexual, discapacidad o enfermedad grave mientras
Mientras que por clase social, origen continental, apariencia, edad, ocupación, ideología política, religiones, países no son categorías que merecen protección según Facebook.
Por su parte, Facebook reconoció sus falencias ante el volumen de usuarios que maneja. Señaló en un post de su blog que cada mes eliminan unas 288.000 entradas con contenido que fomenta el odio.
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