Las redes sociales se han vuelo la nueva plataforma por excelencia en donde los niños y jóvenes interactúan con sus pares. Sin embargo, también es una puerta para que extraños con malas intenciones se pongan en contacto con ellos.
Así lo señala una encuesta realizada en España por el Ministerio de Interior sobre los hábitos y seguridad en Internet. La cual reveló que dos de cada tres menores de edad no conoce a casi un tercio de sus contactos. Asimismo, indicó que el 60% los jóvenes, de 10 a 17 años, se conectan a la web diariamente, durante más de dos horas. La investigación encuestó a 1.006 padres con hijos y a 1.506 niños.
Los padres deben aceptar una realidad, sus hijos interactúan constantemente con desconocidos. De los encuestados, el 22,2% afirma haber agregado como amigo a personas que nunca han visto, un 4,1% reveló haber enviado fotografías a individuos que no conocen cara a cara.
La investigación advierte que los momentos en donde los jóvenes son más propensos a comunicarse con extraños son: mientras juegan en línea (25,4%), exploran las redes sociales (13%) o en chats (10%).
EL ROL DEL PADRE
Es imposible no evitar el riesgo de interactuar con extraños mientras se navega la web, ya que los conceptos de amistad e intimidad cambian en la Internet. “Estar en la red estar en el escaparate”, afirma el investigador Eusebio Megías, director del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud.
Según la encuesta, más de la mitad de los padres autoriza a sus hijos navegar en la web a cualquier hora y sin supervisión, inclusive, un 15% permite que hagan compras en línea. No obstante, el 54% les advierte del peligro de la Internet y el 62% revisa los sitios que los menores han visitado.
Para Raúl de la Cruz-Linacero, experto en hábitos de jóvenes en la red, los padres no deben estigmatizarla, ya que los menores la utilizan para casi todo. El rol del padre no es prohibir sino enseñar, indica el especialista.
Sin embargo, De la Cruz-Linacero indica que hay ciertas reglas absolutas que los padres deben enseñar a sus hijos: no compartir fotos ni información sensible o financiera (dirección, teléfono, rutinas).