Atravesar bosques cabalgando dragones, dirigir ejércitos de cosacos, pilotar naves espaciales a velocidades inimaginables…Los juegos de computador te transportan a cualquier lugar y te permiten hacer cualquier cosa.
Si puedes salir a pasearte de forma barata y cómoda en los escenarios más estimulantes y excitantes, ¿no parece raro que muchos elijan la repetición, los embrollos y el control meticuloso para sus citas digitales?
La lista de juegos más populares incluye una amplia gama de actividades: El Euro Simulador 2 de camiones permite manejar vehículos de largas distancias. Es muy popular y fue elegido como el mejor del año 2012. El Director de camping permite construir y manejar tu propio paraíso vacacional. El simulador de oso, todavía en desarrollo, permitirá a los jugadores simular que son osos que exploran y buscan comida en el bosque. El simulador de vuelo de Microsoft es quizás el más conocido de todos los simuladores de vehículos. El simulador de granja permite cultivar tierra, cuidar ganado y dirigir tu granja. Ganó el Outsold Medal Of Honor en 2013 El simulador de limpiacalles 2013 es para retirar la basura de las calles con diferentes técnicas de limpieza. El simulador de U-Bahn recrea la experiencia de navegar el metro de Alemania. El Arma permite experimentar las realidades de una campaña militar. El Vatsim es un simulador de vuelo en el que controladores aéreos manejan tus itinerarios aéreos hiperrealistas. El Limpiador de vísceras es para limpiar la sangre de los juegos de pistoleros en primera persona.
¿Pero quién juega a estos juegos? ¿Y qué lleva a la gente a jugar, cuando podrían hacer lo mismo en la vida real? La BBC lo averiguó con cuatro ávidos usuarios de simuladores.
“Forma de liberación”
Dale Chapman tiene 18 años y vive en Helston (Cornualles, Reino Unido). Trabaja como informático pero creció en una granja. Él y sus amigos granjeros empezaron a jugar al Simulador de Granja cuando estaban en el colegio.
“Te permite socializar y podemos utilizar nuestros conocimientos de labranza”. “Para mí es como una liberación. Trabajo como informático y no dedico el tiempo que me gustaría a cultivar. No tanto como mis amigos, en todo caso”. “Todo va de la variación y las modificaciones (los vehículos, tráileres, mapas, etcétera, hechos para la comunidad de jugadores) que están disponibles”. “He diseñado un tractor en el juego que es casi igual que el que manejamos en la granja de un amigo”. “Me encanta la granja. Es una de esas cosas que llevas en la sangre”.
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Experimentar otras realidades
Paul Fairhurst tiene 44 años y vive cerca de Chelmsford, en Essex (Reino Unido). Es consultor de informática, casado y con tres hijos. Conocido como Ardilla, juega con simuladores frente a grandes audiencias en un canal en directo de YouTube.
“Cuando juego a simuladores de avión, casi siento el entusiasmo de los pilotos”. “Es una herramienta que te permite sacarte las ganas. Puedes acercarte mucho a la experiencia de volar sin tener que aprender y sin tener que manejar un avión de verdad, o ni siquiera salir de tu casa”. “La gente suele jugar a juegos de manejar porque tienen una pasión o están interesados en grandes máquinas”. “Los juegos tienen muchos detalles, con tráfico y botones que funcionan de forma realista y recreaciones de las leyes de la física que aportan una sensación real”. “Yo juego mucho al Euro Simulador 2 de camiones”. “Me gusta la novedad. Todo el mundo sabe cómo son los camiones de larga distancia, ¿pero con cuánta frecuencia entras en uno?” “No quiero dejar mi trabajo ni a mi familia para manejar camiones en la vida real”.
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“Forma de escapismo”
Victoria Warrender , de 31 años, vive en Stafford, en West Midlands (Reino Unido). Tiene un tumor benigno en la columna vertebral y cicatrices en el cerebro. La enfermedad, que causa fatiga, mucho dolor y le impide mover las piernas casi por completo, la obligó a dejar su carrera de música de sesiones, en las que tocaba la batería, hace cuatro años. “Siempre me ha gustado manejar y la sensación de libertad que me daba. Me encanta viajar por Europa, también”. “Así que aunque al principio no me gustaban mucho los camiones, el simulador de camiones me permite ver y hacer cosas que no puedo en la vida real por mis restricciones físicas”. “Es una forma de escapismo. También me gusta la parte social de los simuladores militares, como Arma 2 y 3, que te permiten hacer amigos y jugar online con otros jugadores”. “A veces, el dolor que siento es demasiado fuerte y tengo que dejar de jugar. Pero si esto no me pasa, me sumerjo tanto que puedo jugar durante una hora y no darme cuenta de que me he olvidado de las incomodidades de la enfermedad”.
Poder hipnótico
Andy Kelly es periodista de 28 años. Vive y trabaja en Bath como escritor para la revista PC Gamer. “Hay algo hipnótico en los simuladores. He jugado mucho a Take on Mars, que simula la exploración del planeta con sondas y robots. Y también a Kerbal Space Program, una simulación de las leyes físicas de los viajes espaciales. ”Los videojuegos son cada vez más parecidos y predecibles“. ”Los fabricantes casi nunca se lanzan a hacer algo que no sean los juegos de pistoleros en primera persona. Por eso otra de las razones por las que me gustan los simuladores es que son un nicho rebelde y muy diferente“.
Vivir lo que no se puede vivir
Tyler Wilson tiene 17 años y estudia en la Alliance High School de Nebraska, en Estados Unidos. Vive con su madre y su hermana y quiere ser agricultor desde que tenía cinco años, pero dice que es imposible que lo consiga por culpa de la pérdida auditiva que sufre, que hace que ese trabajo sea para él peligroso. “El simulador me permite operar con maquinaria pesada con mis propias manos y me enseña el realismo de la agricultura”. “Es una oportunidad. Juego a muchos simuladores, como el Agrar, el de trenes, el de demoliciones, el de resort de esquí, y muchos otros”. “Pero al de la granja juego por mi pérdida auditiva”. “En la vida real, las máquinas requieren que puedas oír. Yo no podría sentir la vibración que hacen las piezas asociadas a un tractor si algo sale mal”.