“Atypical” es una buena serie de Netflix, y a diferencia de otras producciones originales de este servicio de streaming no se ha vuelto un éxito a nivel mundial, sin embargo, tiene todos los ingredientes para ser una historia perfecta para una maratón. Su buen guión y geniales interpretaciones son algunos de sus puntos fuertes.
La serie de Netflix narra la historia de Sam (Keir Gilchrist), un joven de 19 años con autismo que decide independizarse. Él empezará un camino de autodescubrimiento, mientras que su familia intentará ayudarlo sin involucrarse tanto.
Además, cada miembro de su familia intentará solucionar sus propios problemas y mantenerse unida.
En la tercera temporada, Sam inicia la universidad y debe aprender hacer nuevos amigos, y manejar la distancia con a su novia y mi mejor amigo. Además, no la tendrá fácil en la facultad, pues enfrentará a algunos profesores exigentes. El joven se dará cuenta que la independencia no es tan fácil como imaginaba.
En estos nuevos capítulos, Jennifer Jason Leigh sigue interpretando a su madre Elsa, quien continúa con su propio viaje de autoconocimiento a medida que sus hijos crecen y se tornan más independientes; Michael Rapaport, sigue interpretando a su padre Doug, y Brigette Lundy-Paine es la hermana de Sam, Casey. Completan el elenco con papeles recurrentes Sara Gilbert, que le da vida a la profesora de Ética de Sam, y Eric McCormack, su profesor de Arte.
A continuación cinco razones que la convierten en una de las mejores series de Netflix:
DA LECCIONES DE AMISTAD
Desde la primera temporada, vemos como Sam (Keir Gilchrist) y Zahid (Nik Dodani), tienen una amistad fuerte. Ambos tendrán que enfrentar cada uno a su manera nuevos retos tras salir del colegio tales como el ingreso a la universidad, la relación con sus novias y los cambios propios del crecer. Pero esta no es la única amistad sólida de la ficción, Sam crea vínculos sólidos con varios personajes, y demuestra una vez más que una persona con el espectro autista puede ser “diferente” en algunos aspectos, pero no debe ser tratado como un ser distinto a los demás. Ahí una de las grandes riquezas de la serie.
DA LECCIONES DE VIDA
Lecciones para todas las edades y para todas las circunstancias. La tercera temporada de la serie de Netflix ha potenciado sus mensajes positivos a la audiencia. Es uno de esos programas ligeros que puedes ver en maratón y que al terminarlo harán que te sientas contento. Sin duda, una de las mejores cosas que tiene esta ficción es que te deja enseñanzas de vida, aunque su principal función sea entretenerte.
LA FAMILIA ESTÁ SIEMPRE
La tercera temporada de “Atypical” hará que quieras abrazar a tu madre o hermano (a). Los diez episodios de la ficción de Netflix muestran que cómo una mamá se preocupa por el bienestar de sus hijos, y cómo los hermanos son tus primeros aliados cuando tienes un problema, aunque pases el 60% del tiempo peleando con ellos. Esta ficción podría ser la historia de cualquier familia en cualquier parte del mundo, con sus altas y bajas, pero siempre unidos.
DRAMA
La adolescencia está llena de cambios y drama. En la tercera temporada, Casey (Brigette Lundy-Paine) hermana menor de Sam tendrá que decidir entre la relación que tiene Evan ( Graham Rogers ) y el hecho de que está desarrollando sentimientos por Izzie ( Fivel Stewart ), su mejor amiga. El drama juvenil hará que más de uno recuerde sus primeros enamoramientos, y cuanto estos nos ayudaron a madurar.
Por su parte, los padres de Sam intentarán llevarse mejor, y arreglar sus problemas. Habrá mucho drama, pero del bueno, de los que hacen que por un momento te olvides de tus problemas y te pongas en los zapatos de otros.
LA UNIVERSIDAD ES DIFÍCIL
Las escenas que quizás harán que muchos se identifiquen con el protagonista de la serie son en las que él está retándose así mismo en la universidad. A diferencia que muchos pintan la universidad como la mejor de las etapas de la vida, este proceso puede ser muy duro para jóvenes que acaban de salir del colegio, que están acostumbrados a una metodología completamente diferente, y en la que deben ser completamente independientes. Todos, en algún momento, hemos sido Sam intentando descubrir cómo balanceamos el aprobar nuestros ocho cursos y nuestra vida social.