En su memorable monólogo final en “Game of Thrones”, Tyrion Lannister diserta frente a los lores de Westeros reunidos en King´s Landing para elegir un nuevo rey. El personaje interpretado por Peter Dinklage reflexiona sobre lo que une a las personas: ¿Serán el tamaño de los ejércitos? ¿El oro? ¿Las banderas?, se pregunta. Y como respuesta, afirma: “Son las historias. Nadie, ni sus enemigos, las pueden parar”. Tal reflexión sirve también para pensar cómo se fabrica un millonario fenómeno televisivo. Desde las novelas de Charles Dickens y otros novelistas de folletín que publicaban semanalmente en los diarios de la época, la expectativa por seguir nuestras ficciones favoritas forman parte de nuestra cultura.
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Con sus arcos narrativos complejos, personajes sometidos a dilemas shakespearianos y recursos visuales cinematográficos, “Juego de Tronos” es un caso irrepetible, como afirma el guionista Eduardo Adrianzén. “En tiempos del 'streaming', 'Game of Thrones' es el único gran espectáculo esperado, a una hora fija, por millones de televidentes en todo el mundo. Eso es notable en términos sociológicos”, afirma el guionista, destacando que nunca una comunidad global ha coincidido en la espera de un programa televisivo desde la transmisión de la llegada del hombre a la luna.
—Razones para pegarse—Generosos o miserables, lúcidos o paranoicos, amorales o moralistas, piadosos o crueles, la personalidad de los diversos héroes y antihéroes nos han permitido identificarnos (o “pegarnos”) con los personajes de la serie concluida el pasado domingo. Como señala Adrianzén, esta pasión nos acompaña desde los años 90, cuando las viejas series autoconclusivas le “robaron” a la telenovela su técnica de dejar las historias inconclusas para resolverlas en los siguientes capítulos, con lo que provocaron una fidelidad del público a la historia mucho mayor.
A partir de allí, con la popularización del cable, el fenómeno se hizo mayor con la aparición de las comunidades globales, que HBO logró capitalizar mejor que nadie. Sucedió, a menos escala, con series basadas en protagonistas moralmente ambiguos, como “Los Soprano”, “Mad Men” o “Breaking Bad”. A diferencia de estas series, “Game of Thrones” planteó un regreso a la claridad moral, donde el bien y el mal están delineados con precisión, y a los villanos son fáciles de odiar. “El público de 'Juego de tronos' puede enojarse si uno le dice que el último capítulo de su serie tiene lo de cualquier telenovela de Televisa, pero es así en realidad: Hay moraleja y enseñanza moral, los buenos triunfan, los malos se retiran, el chico bueno se van con los pobres con su perro”, afirma.
—Que hay en la tele—Como nos demostró “El Show de Truman” de Peter Weir, poco duran las lágrimas cuando una serie llega a su fin. Más rápido que en el territorio de Westeros, en el mundo de la televisión a rey muerto, rey puesto. En ese sentido, el guionista de “Ojitos hechiceros” y “El último bastión” advierte que el filón inagotable que aprovecharán las series futuras, si buscan replicar el impacto global de “Juego de Tronos”, tendrá que ver con la elección de narrativas que apelen a la búsqueda del poder.
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“A la gente les gusta las historias de reyes porque éstas te permiten ver cómo vive aquel que no es como yo, pero sufren igual que yo. Es igual que los ricos de la telenovela o 'Los soprano', donde el protagonista es un rey también, solo que de la mafia. Una familia cualquiera, en la que haya gente con poder, será muy atractiva”, explica Adrianzén.
El fugitivo(1963-1967)El episodio final de una de las series más famosas de la década de los sesenta, fue visto por más de 78 millones de personas solo en Estados Unidos. El doctor Richard Kimble y su perseguidor, el implacable teniente Gerard, hacían vivir a los peruanos una persecución a tres bandas entre el doctor, el policía y el misterioso manco, uno de los primeros grandes villanos de la historia de la televisión. El final fue redondo y contentó a todo el mundo, pues cerró las tramas de forma coherente con el desarrollo de la serie. El manco es encontrado, Kimble demuestra su inocencia y su perseguidor se disculpa.
Marco (1976)A fines de los años 70, la ciudad se paralizó con aquél capítulo final, especialmente lacrimógeno. Después de pasar mil tragedias, de recorrer Italia y Sudamérica, Marco (adaptación al manga de un fragmento de ‘Corazón’, novela de Edmondo De Amicis) finalmente encuentra a su madre. Sin embargo, la señora se encuentra mortalmente enferma. Empero, gracias al reencuentro familiar, ella recupera fuerzas para luchar contra la enfermedad y se repone. Que la señora volviera a casa y Marco prometiera estudiar mucho para convertirse en médico, resulta profundamente conmovedor.
Alf (1986-1990)La divertida sitcom de los 80 duró 4 temporadas, en la que el alienígena glotón y vago ponía patas arriba la vida de la familia Tanner. En un intento de acabar bien la serie, los guionistas le dieron un giro inesperado al último episodio, cuando el alienígena recibe una transmisión que le comunica que su raza había encontrado un nuevo planeta donde reflotar su civilización. Él parte a buscarles, pero es inesperadamente atrapado por la Fuerza Anti-Alien de EE.UU.
Los años maravillosos (1988-1993)Aún hoy es posible rememorar las aventuras y experiencias de Kevin Arnold creciendo en un pequeño suburbio de Estados Unidos entre los años sesenta y setenta. La serie se basó en los recuerdos de infancia y adolescencia temprana, que significan el crecer y descubrir la vida. Las vivencias de Kevin duraron seis temporadas y se despidieron de la pantalla chica con un final tan emotivo y nostálgico como la serie, centrado en la confusión de Kevin Arnold frente al futuro. El protagonista acaba de terminar la preparatoria y por el momento se encuentra trabajando en la fábrica de muebles de madera de su papá, pero no se siente a gusto. Por ello decide dejar su trabajo y hacer un viaje para encontrarse consigo mismo. Sin embargo en el viaje descubrirá la dureza de la vida fuera del hogar y el fin de la vida que conoció desde niño, incluso su relación con su novia de toda la vida, Winnie Cooper. Bajo la lluvia, pasarán su última noche romántica, sabiendo que no seguirán juntos.
Seinfield (1989-1998)La mejor serie de comedia de todos los tiempos, finalizó tras nueve exitosas temporadas. Su éxito radicó en hacer un show televisivo sobre la nada, sin una temática específica, basándose únicamente en la observación y parodia de nuestro comportamiento egoísta, avaro, hipócrita o arribista. Su último episodio, ‘The Finale’, paralizó a Estados Unidos. Dividido en dos partes, en él Jerry Seinfeld (Jerry Seinfeld), George Costanza (Jason Alexander), Elaine Benes (Julia Louis-Dreyfus) y Cosmo Kramer (Michael Richards) son sentenciados a cárcel por su forma de ser a lo largo de la serie. Una pena de un año de prisión por, como sentenció el juez “su gran indiferencia y patético descuido ante todo lo que es bueno y correcto, socavando las bases de la sociedad”. Mientras el grupo se dirige a su celda, Kramer acaba de solucionar su problema de agua en el oído, poniéndose muy contento. Por su parte, Seinfeld empieza a hacer comentarios irrelevantes sobre botones. Así finaliza la gran serie de los años noventa. En la escena final de créditos, aparece Seinfeld en la cárcel, haciendo su show personal de comedia ante los presos. Luego es llevado a su celda por un guardia quien le dice “El show acabó”.
Friends(1994-2004)Una comedia de situaciones que definió la década de los noventa. Protagonizada por Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matt LeBlanc, Matthew Perry, David Schwimmer, la serie contaba las aventuras y desventuras de un grupo de amigos más bien peculiares en Nueva York Su episodio final, titulado “El último”, fue visto por más de 50 millones de espectadores en su primera emisión y sirvió para cerrar varias tramas e hilos sueltos que se habían prolongado durante mucho tiempo, por ejemplo, las amorosas. Ross hacía acopio de valor para decirle a Rachel (que estaba a punto de irse a París) que la amaba y ella, aunque dudando al principio, sucumbía a la declaración, volviendo a ser una pareja, como también ya lo eran Mónica y Chandler, que adoptaban a una pareja de gemelos y se mudaban a las afueras. Hay una última escena emotiva cuando todos ellos acuden por última vez al Central Perk a tomar una última taza de café.
Los Soprano (1999-2007)Abrupto y abierto, el capítulo final de las aventuras del mafioso Tony Soprano no satisfizo a todos. Después de 86 episodios, el destino del protagonista de la serie que comenzó en 1999 sigue siendo un misterio. En la última escena, Tony Soprano se encuentra disfrutando de una relajada cena familiar, cuando una figura en sombra entra en el encuadre. La tensión va en aumento. El espectador espera escuchar un disparo y ver un final sangriento pero, en su lugar, se encuentra con un fundido a negro de 10 segundos, sin sonido. Tras el paréntesis, los títulos de crédito pasan por última vez. ¿Qué pasó?
Six feet under (2001-2005)Para los críticos, se trata del mejor final en la historia de la televisión. El show de la HBO quizá no goce de la fama de otras obras recientes, pero sin duda está a la altura por su calidad. “Six Feet Under” terminó de la manera más lógica y coherente para una serie centrada en una familia dedicada al negocio funerario: mostrando el fallecimiento de cada miembro del clan, avanzando hacia el futuro de cada personaje.
Mad Men (2007-2015)Mad Men“ siguió el paso de Don Draper por los 1960 con su identidad como un publicista exitoso y carismático pero atormentado en su interior. El final de la serie también marca el final de esa fase en su vida. Y parece que tras años de correr y cambiar de identidad realmente se ha quedado fuera de cualquier relación importante.
Breaking Bad (2008-2013)Walter White ha decidido convertirse definitivamente en Heisenberg. El cambio radical se produce en una brillante secuencia filmada por Vince Gilligan, cuando Skyler le da cinco minutos a su marido para que expulse lo que sea necesario antes de irse. Ella cree, como todos, que Walter va a justificar sus actos como lo hizo siempre: argumentando que fue por el bien de la familia. Sin embargo, el verdadero giro, sorpresa, es la aceptación de Walter de que todo lo que pasó, todo lo que hizo, todo lo que generó, fue impulsado por una sensación de placer, de bienestar consigo mismo, de egoísmo puro. Nunca se trató del dinero o de las drogas, sino de cimentar un imperio, un nombre, una leyenda.
Big bang theory (2007-2019)No había mucho que desvelar: Sheldon y Amy ganan el premio Nobel, el ascensor del edificio en el que viven se arregla por fin y Penny está embarazada. En doce temporadas fue poco lo que dramatúrgicamente avanzó la serie, pero el valor de la serie está en su manera de normalizar la cultura geek y crear personajes de ficción potentes. El discurso final de Sheldon, para quien ha seguido la serie, resulta emocionante. Finalmente, contra todo pronóstico, el joven científico madura.
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