Que el tercer episodio de “House of the Dragon” empezara con una batalla entre las casas Blackwood y Bracken resume el estatus actual de la Danza de Dragones. La precuela de “Game of Thrones” eligió no acelerar la guerra; sí se ha enfocado en mostrar los pasos previos, en las fuerzas que se juntan, en las expectativas de los aliados. Y ahora en los intentos por detener el baño de sangre.
Tras la masacre entre las casas Blackwood y Bracken, Aegon II (Tom Glynn-Carney) envía a Criston Cole (Fabien Frankel) a la Tierra de los Ríos para tomar Harrenhal; acompañará al caballero en esta misión Gwayne Hightower (Freddie Fox), hermano de la reina Alicent (Olivia Cooke). Mientras tanto, los miembros del concejo de Dragonstone se impacientan por la guerra, piden dragones. Rhaenyra Targaryen (EmmaD’Arcy) está convencida de que estos sirven más como elemento disuasorio. Y más que pelear, le interesa poner a buen recaudo a sus hijos más pequeños; Joffrey será enviado al Eyrie, Aegon y Viserys a Pentos bajo la protección de Rhaena Targaryen (Phoebe Campbell). Mientras tanto, Daemon Targaryen (Matt Smith) toma Harrenhal sin resistencia, pero obtiene más de lo esperado: tiene visiones místicas. El episodio termina con un encuentro clandestino entre Rhaenyra y Alicent en el Gran Septo de Baelor. Allí la reina de los Negros comprende, finalmente, que este asunto ya es más grande que ella misma.
Cuesta abajo
Hay algo atractivo en ver cómo se derrumban las cosas. El horror de la destrucción, combinado con el interés malsano en las consecuencias, hace que esta clase de contenido esté entre lo más atractivo de internet, sea el video de unos sujetos empujando una roca de una montaña o la escena de una serie donde dos personajes se matan el uno al otro.
Si bien no vimos cómo el filo cortó la carne en la Batalla del Molino en Llamas, sí sabemos que este hecho, considerado el primer enfrentamiento de la Danza de Dragones, acelera la guerra en general. Las facciones están en movimiento, los aliados se impacientan; incluso los dragones mismos andan inquietos. Todos los actores armados son conscientes de que la guerra es inevitable; no Rhaenyra, quien busca una audiencia con la reina Verde para frenar el combate.
¿Por qué Rhaenyra es la única con esta idea? Tal vez haber crecido con el convencimiento de ser la legítima heredera la puso en una posición de superioridad moral. Tal vez solo sea ingenua. O tal vez es la persona más cuerda entre los suyos: el primer impulso del ser humano es desescalar el conflicto, encontrar una solución; o así debería ser. Solo entonces se puede pensar en una medida radical.
El encuentro que tuvo con Alicent no deja nada a la interpretación, ambas dijeron todo lo que tenían que decir y más. Pero sirvió para que no queden dudas de que nadie va a evitar la guerra; Alicent está convencida de que el conflicto es inevitable. Rhaenys Targaryen (Eve Best) ya le dijo a Rhaenyra que las cosas serán así, pero quiso creer en que su amiga de juventud vería las cosas de manera distinta. El encuentro de ambas mujeres en el septo, además, sirvió para el intercambio de información: ahora Alicent es consciente de que se equivocó, que el rey Viserys nunca mencionó que su hijo Aegon era el “príncipe que fue prometido”. En realidad el rey se refería a Jon Snow, cuya vida se cuenta en “Game of Thrones”.
Salvo este núcleo dramático, “El molino en llamas” ha sido un episodio para acomodar las piezas para el resto de la temporada de “House of the Dragon”. Y para establecer las relaciones interpersonales entre los personajes: Gwayne Hightower sospecha que algo ocurre entre su hermana y Criston Cole, Aegon II socava todavía más su relación con su hermano menor Aemond, Corlys Velaryon muestra más desinterés por lo que ocurra con la guerra, etc. Un episodio de momentos varios, escasamente brillante. Si la serie quiere cautivar, tiene que hacerlo mejor que esto.
Pensamientos sueltos
- Criston Cole usa un nuevo distintivo como Mano del Rey: la cadena de manos. Tyrion Lannister usó una similar en la temporada 2, durante la Batalla de Blackwater Bay.
- Aemond se ha encariñado con la moneda que encontró en el suelo de sus aposentos. ¿Qué nos quiere decir la serie con esto? Habrá que esperar para saberlo. Tal vez.
- Aegon II, por su parte, quiere probar su propio valor. Pero aun así acepta el consejo de Larys Strong de mantenerse al margen. Este último ahora está un paso más cerca del poder: es el nuevo Maestro de Susurros.
- La escena del burdel cumple doble función: deja el camino libre para que Aemond se vengue de Aegon II; al mismo tiempo presenta a Ulf el Blanco (Tom Bennett), quien asegura ser un bastardo Targaryen. Esto es importante, pues en la novela “Fire and Blood” (A CONTINUACIÓN, SPOILERS) se convierte en una semilla del dragón; bastardos con sangre de Targaryen y Velaryion capaces de montar a las bestias y que pelean en el bando de Rhaenyra.
- Salvo Rhaenys, Rhaenyra casi no tiene mujeres que ostenten altos cargos de poder entre sus aliados. Mysaria, que ahora la acompaña en su concejo, podría ser la persona que necesita.
- ¿Y qué hay de Baela? De momento solo sabemos que tiene muy claro su rol en combate. Con ella podría ocurrir cualquier cosa. Y con Rhaena la cosa no va mejor; está furiosa por el papel que le han dado en la guerra.
- Mis respetos para el departamento visual al mostrar Harrenhal como lo que es: una fortaleza imponente.
- La mujer que se le aparece a Daemon es Alys Rivers (Gayle Rankin), que en los libros es considerada una bruja. Bastarda de la casa Strong, su papel en la serie más allá de decirle a Daemon que morirá en Harrenhal es un misterio.
- Sobre eso, Daemon muriendo en Harrenhal es bastante coherente con la maldición del lugar: todos los que lo gobernaron conocieron un destino atroz, empezando por el que lo construyó.
- Y a todo esto, está la escena de Daemon viendo a una joven Rhaenyra coserle el cuello al fallecido Jaehaerys. ¿Por qué hizo llorar a Daemon? Una capa más para complejizar al mejor personaje de la serie.
- Me da mala espina que Corlys Velaryon (Steve Toussaint) se mustre tan lejano de lo que es la guerra.
- “Te perdono”. La escena de Helaena Targaryen (Phia Saban) es inquietante por el cómo se muestra deliberadamente alejada de la tragedia. Ella racionaliza el dolor, algo muy difícil de hacer. Y, sobre todo, no olvida lo que pasó entre su madre y Criston Cole.
- Los amigos de Aegon ahora son miembros de la Guardia Real. Mala idea por donde se le mire.
- Finalmente, tenemos un nuevo ingreso al Top 5 de personajes más odiados de “House of the Dragon”, y es nada más y nada menos que el rey de los Verdes. Puesto 1: Cole. Puesto 2: Aegon II. Puesto 3: Aemond. Puesto 4: Alicent. Puesto 5: Daemon.
CALIFICACIÓN
3 estrellas de 5
Puedes ver nuevos episodios de “House of the Dragon” todos los domingos por la noche en la plataforma Max.
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