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Al visitar la ciudad de Ámsterdam lo primero que debes hacer, antes de perderte por sus encantadoras calles, es un recorrido por la obra de su artista más conocido, el que retrató mejor que nadie los paisajes de Holanda: Vincent Van Gogh. En el museo que lleva su nombre encontrarás la mayor colección de obras del artista, que incluye más de 200 pinturas, además de sus cartas.
Otro museo básico de la capital holandesa es el Museo Nacional de Ámsterdam, el Rijksmuseum, que posee la más famosa colección de pinturas del siglo de oro holandés y de los grandes maestros holandeses de los siglos XV al XVII con un gran repertorio de Rembrandt y de otros artistas europeos.
El diario escrito por la niña judía Anna Frank desde su escondite en esta ciudad durante la Segunda Guerra Mundial es uno de los más emotivos relatos que retratan el sufrimiento ocasionado por los nazis. La casa museo de Anna Frank está abierta al público y es una parada indispensable en un viaje a Ámsterdam.
Ámsterdam es una ciudad donde el vehículo oficial es la bicicleta. En sus calles vemos a toda la población utilizando bicicletas, tanto hombres con terno o mujeres en minifalda en pleno invierno moviéndose de un lugar a otro. Para los visitantes, la mejor manera de moverse también es en dos ruedas. Es bueno saber que hay zonas de estacionamiento cercano a las estaciones de los trenes.
Ámsterdam tiene más de 100 kilómetros de canales, 1.500 puentes que los cruzan y alrededor de 90 islas, por lo que navegar por los canales es una de las mejores maneras de ver la ciudad. Muchas de las lanchas que ofrecen este recorrido están cubiertas de vidrio. Esta es una opción también para transportarse por la ciudad ya que uno puede desembarcar en los puntos de mayor interés como museos o simplemente para una caminata por sus calles empedradas, donde se levantan casas que datan del siglo XVI y XVII.
Definitivamente, lo mejor es descubrir la ciudad a pie. Recorrer a cada paso su arquitectura y los colores de Van Gogh retratados en sus calles. Cuando llega la noche, es hora de ir de tertulias en uno de los tantos entretenimientos para adultos en Leidseplein. La Calle del Cuero, La Calle del Pecado o sus famosos coffee-shops son puntos obligados de los turistas.
Con seguridad no podrá evitar sucumbir ante la curiosidad del barrio rojo, ubicado a pocas cuadras de la Station Central y cerca de la iglesia católica apostólica de San Nicolás, ambas de enorme belleza arquitectónica como su molino de viento que conservan muy orgullosos.
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