Cuando todo parecía un paseo tranquilo, la corriente del río Cañete arrastra la balsa hacia una roca enorme. El guía nos pide detener la remada y colocarnos dentro de la embarcación, pero esta se levanta abruptamente por la parte delantera. Gritamos. En cuestión de segundos el río nos devuelve a su cauce. Con el agua en la cara respiramos aliviados, pero no contamos con que otra roca está a punto de voltearnos. Esta vez hubo suerte y en lugar de eso nos quedamos atascados. Entonces toca movernos rápidamente para hacer contrapeso. Apenas salimos, el guía grita: “¡Adelante!”. Nosotros –obedientes– volvemos a nuestras posiciones y a remar con la adrenalina a tope.
Un chaleco, un casco y un remo es todo lo que tenemos para afrontar este desafío. Somos seis pasajeros y un guía quienes nos embarcamos para practicar canotaje en el río Cañete, en Lunahuaná. Donde no se necesita experiencia, pero sí coordinación y trabajo en equipo. Minutos antes, en tierra, nos orientaron para seguir las indicaciones del guía: “adelante, atrás o alto”, pronuncia para avanzar, retroceder o detenernos a lo largo del camino.
Ubicados en los bordes de la balsa y bien sujetados con los pies, remamos con fuerza para dirigir la embarcación hasta toparnos con algún rápido, una sección del río en la que aumenta la velocidad y la turbulencia del agua. “¡Alto!”, señala José, nuestro guía, y todos subimos los remos. Ese es el momento más emocionante de la ruta, cuando la corriente nos empuja con fuerza y toca sortear las rocas del camino y agarrarse fuerte para no caer.
En el trayecto nos encontramos con tres emocionantes rápidos. También nos metimos entre unas ramas, pero no hubo heridos. No faltaron los saltos, algunos pisotones, los gritos, las risitas nerviosas y un par de caídas dentro de la balsa.
El guía nos explica que por la ausencia de lluvias el río sigue bajo: “El mayor desafío ocurre de enero a marzo, cuando las aguas del río Cañete suben y aumenta el caudal. En esa temporada hay olas, se tiene que remar más fuerte y la experiencia es mucho más emocionante”, asegura.
Para nosotros, sin embargo, esta ha sido la aventura de la vida. Al terminar nos sentimos victoriosos. Aunque nadie se cayó al río, todos terminamos mojados de pies a cabeza. Por eso, es recomendable usar traje de baño y zapatos para el agua. Evita ir descalzo porque al regreso toca subir una veintena de gradas y caminar hasta la oficina de la empresa que hayas contratado, para devolver los equipos de seguridad usados.
A volar sobre el río Cañete
No creas que la oferta de aventura en Lunahuaná acaba con el canotaje. En este valle también se practica el canopy, un deporte que consiste en deslizarse de un punto a otro mientras estás suspendido en el aire, por medio de un sistema de cables de acero inoxidable que están incrustados entre la plataforma de salida y la montaña. Es sin duda, lo más parecido a volar.
Nosotros fuimos al canopy de San Jerónimo, uno de los circuitos más largos de la zona, que cruza el río Cañete y te ofrece los mejores paisajes del valle de Lunahuaná, desde una perspectiva que solo se obtiene a vista de pájaro. El recorrido incluye dos cables que transitas a unos 60 kilómetros por hora. Esta actividad tampoco requiere de experiencia ni destreza física. Solo se necesita ser intrépido.
Para total seguridad, la empresa te coloca un casco, que protege tu cabeza ante cualquier eventualidad; un arnés, que te ancla con el punto de conexión y mosquetones, que son anillos de metal que te ayudan a movilizarte.
¿Cómo llegar a Lunahuaná?
- Para ir por tu cuenta toma por la Panamericana Sur. A la altura del kilómetro 132, toma la salida de la carretera antigua y conduce hasta San Vicente de Cañete. Por último, cruza el distrito de Imperial. El viaje dura 3 horas.
- Empresas como Incatrek llevan grupos en full days. Los cuales incluyen la movilidad, el guía y algunas actividades como canotaje y canopy. Precios desde S/ 165.
- Para los deportes extremos contrata agencias registradas. Dos buenas alternativas son Travel & Tours Lunahuaná (992 706 247) y Candela Tours (989 403 808). El precio promedio para hacer canotaje es de S/ 60 por persona y para el canopy, S/ 50.
¿Dónde dormir y comer en Lunahuaná?
- Un buen lugar para alojarse y comer es El Refugio de Santiago, un ecolodge hecho de adobe y madera, ubicado a unos 200 metros del río Cañete y que cuenta con 8 habitaciones bien equipadas. Cuy, camarones, truchas y patos componen su propuesta gastronómica.
- Otro recomendado es La Confianza Hotel, que está en el ranking de los hoteles inusuales más populares del mundo de Tripadvisor. Cuenta con acogedoras cabañas y habitaciones construidas en lo que fue una antigua bodega. Su carta de comida incluye camarones y truchas frescas. Buen provecho.