A través de su cuenta de TikTok, Jose Antonio Vega Mamani (24) se ha encargado de enseñarle a sus seguidores el recorrido que hace día a día para llegar a la escuela IE. 86412, ubicada en la cima de una montaña a 3800 m.s.n.m. El colegio está situado en la comunidad de Cachir, Chavín de Huántar en Áncash, lugar donde enseña a niños de primaria los cursos de matemática, personal social, ciencia y tecnología, educación física, curso de creatividad y el programa de “expresarte” donde se desarrollan las competencias socio emocionales a través del arte. En el marco del Día del Maestro, conoce la inspiradora historia de este joven profesor.
En uno de sus videos en la plataforma de TikTok, Jose Antonio muestra la rutina que sigue para llegar a la escuela donde trabaja. Él cuenta que se despierta a las 5:15 a.m. para salir a correr por las calles de Chavín de Huántar y respirar el aire fresco de la zona. Luego, se alista para salir rumbo a una larga caminata de dos horas donde aprecia un valle lleno de vegetación y arboles de eucaliptos.
“El profe con sombrero” como es conocido en sus diversas plataformas, menciona: “He usado otras redes sociales para compartir mi contenido de pedagogía y no ha tenido el alcance que esperaba, cosa que sucedió en TikTok donde se puede crecer rápido. Cuando entro veo que la gente comenta, comparte y eso me motiva. Es muy enriquecedor pertenecer a una escuela rural... A través de los videos en TikTok quiero contar cómo es mi experiencia y poder invitar a que otros puedan hacerlo. No solo es mostrar lo bueno que sucede, sino contar también que tengo que hacer un recorrido de dos horas al día y que no es responsabilidad de los estudiantes ni mía, sino una chamba que le compete al estado para asegurar que los docentes lleguen de forma segura a sus colegios”, relata.
Sus primeros pasos en la enseñanza
“El profe con sombrero” nació en la ciudad de Tacna, lugar donde terminó la secundaria. Luego, viajó a Lima para estudiar la carrera de educación en la Pontifica Universidad Católica del Perú (PUCP). Su familia, la mayoría docentes, no estuvo de acuerdo con su decisión pues la educación en el país “es un trabajo en el que se da mucho y se recibe poco”, le advirtieron. Sin embargo, Jose Antonio no cambió sus planes.
Al terminar su carrera fue rumbo a Puno junto a su abuelo y su mamá y se quedó ahí durante la cuarentena. En el 2020 postuló al programa de liderazgo de “Enseña Perú” una organización que permite que los jóvenes profesionales puedan ingresar a la linea educativa en zonas de difícil acceso. “A mí me tocó trabajar en Ancash en el pueblo Cashi. Estoy aquí desde marzo. Este es mi primer año”.
“Uno de los primeros motivos que me llevó a estudiar educación fue que todos los niños merecen una educación de calidad que pueda llegar de la misma forma a todos. En mi experiencia pasé por muchos colegios con diferentes sistemas educativos, diferentes metodologías, unos eran buenos y otros precarios. Esa diferencia tan grande en la educación me llevó a tener la idea de que la educación de calidad de los colegios con mucho presupuesto puede llegar también a los colegios que no tienen tantos recursos… Lo mejor que se puede hacer como docente es no solo darle las mejores herramientas a los niños para poder desenvolverse, sino para que tomen sus propias decisiones”, menciona.
Su trabajo en una escuela rural en Áncash
Jose Antonio Vega confiesa que no es nada fácil enseñar en una escuela rural. Al llegar a Áncash se le presentaron diversas dificultades como el recorrido hacia el colegio, el idioma, el reciente deslizamiento de tierra y piedras que sepultó la casa donde habitaba y la falta de recursos que existen en el colegio donde se encuentra. “Es complejo porque debo conseguir un segundo trabajo para mantener el primero. Hay muchos materiales que el colegio no tiene, pero que debo y necesito llevarlos porque eso aportará mucho a los niños. Pero siempre digo que vale la pena lo que hago, porque veo su evolución y crecimiento. Siempre hay un día nuevo”, cuenta.
La gran mayoría de alumnos de la escuela IE 86412 del Centro Educativo Chavín de Huántar son quechua hablantes. Vega cuenta que el 80% habla quechua y el otro 20 % castellano. “Al inicio fue complicado”, indica. “En abril hice una estrategia para poder comunicarme con ellos. Tomamos una hora de la clase para que me enseñen y luego hacemos lluvia de ideas en quechua. Tengo una cuaderno donde apunto las palabras que ellos me enseñan. Ahora puedo saludarlos, entenderlos y despedirme”.
El colegio cuenta con cuatro aulas: tres para estudiantes y otro espacio que es la dirección. Ahí enseña varios cursos y el programa de “expresarte”, el cual está centrado en el desarrollo y competencia socio emocional. Dentro del último programa mencionado utilizan estrategias múltiples como narración de lecturas, creatividades artísticas, creaciones literarias, diálogos abiertos, reuniones grupales donde los niños expresan sus sentimientos y cuentan cómo se sienten. “Mi objetivo en este colegio era llegar a implementar este programa donde no es muy común verlo. Estoy convencido que la educación emocional es fundamental para cualquier edad. Además, es importante enseñarles la autonomía para que sean responsables, capaces de tomar sus propias decisiones y lograr lo que ellos se propongan”, sostiene.
“El profesor con sombrero” recalca que uno de los recursos que usa son los cuentos. “Tengo una colección de cuentos que arrastro de años y desde inicio de este 2022 los adécue a los niños a escuchar los cuentos todos los dias. El objetivo e que siempre disfruten las historias. El proyecto nació para que disfruten la lectura y a medida que les gustaba, no solo la escuchen sino que quieran contarlas”, recalca y menciona que este proyecto ayudará a reducir los indices de violencia y abordar de una mejor manera sus emociones.
En el Día del Maestro, Jose Antonio reflexiona sobre la importancia de su labor como docente e invita a los estudiantes de educación a seguir luchando por un país con más oportunidades para todos. “Cuando uno sale de la carrera tiene la idea de querer cambiar el mundo y cree que todo debe ser posible. No se desanimen de sus objetivos y nunca olviden de compartir todo lo que aprenden. Uno de los errores que puede cometer un docente es no compartir lo bueno, lo malo y lo feo que les sucede porque eso puede servir de experiencia para otros. Muchas cosas que he aplicado ha sido porque otros me contaron su experiencia y muchas cosas que estoy enseñando es porque lo escuche de otras personas”.