Gianella Neyra asegura que su hijo Salvador, de 11 años, la ha enfrentado en la etapa más complicada de la crianza. En #Dilo con Jannina Bejarano, explica que la pubertad le ha mostrado que la adolescencia será una etapa “terrorífica”. Además, contó cómo divide las responsabilidades de madre junto a su pareja, el también actor y conductor Cristian Rivero.
Producto de su extinto matrimonio con el actor argentino Segundo Cernadas, Gianella Neyra es madre de Salvador, su primogénito. Con 11 años de edad viene mostrando cambios de carácter propios de la pubertad. “Mi hijo de 11 está entrando a la adolescencia. La pubertad es una palabra horrible, tan horrible como la etapa de tu hijo. Por eso le han puesto una palabra tan fea”, expresa entre bromas.
En esa etapa previa a la adolescencia, la protagonista de la obra Madres, que actualmente viene presentándose en el teatro Mario Vargas Llosa, ha identificado un vuelco total en las actitudes de su pequeño. “Es un tipo que te empieza a contestar horrible, que te dice: ¡Cállate! No te soporto. Todo es contra mí”, refiere. Para ella también ha sido confuso. “Estoy como: ¿Qué pasó acá? Dónde está mi hijo al que le hacía cosquillitas, que le decía vamos a ver una película y era el mejor plan de su vida”, expresa en #Dilo con Jannina Bejarano.
El otro lado de la moneda es su segundo hijo Gaetano de 4 años, que se encuentra en una etapa distinta. Aun así, su vínculo de hermanos es muy cercano. “Son compañeros y se acompañan un montón a pesar de que tienen una diferencia de edad muy grande”. Al tener demandas diferentes, ella se preocupa por vivir momentos especiales con cada uno. “Así como separas tu espacio de pareja y para ti, tienes que separar espacio para tus hijos, pero para sentarte sin nada, tranquila y escucharlos”, explica.
Dividen la crianza 50 y 50
Un factor importante en su equilibrio ha sido la equitativa división de obligaciones con su pareja y padre de su segundo hijo, Cristian Rivero. El también actor y conductor de televisión confesó anteriormente en #Dilo que atender a un recién nacido en las noches fue una tarea muy complicada. “Me odió, pero en un momento miraba a otros padres que no tenían ni idea de cómo cambiar un pañal y me decía: la verdad me siento orgulloso de mi”, cuenta la exconductora de Mujeres sin filtro.
La talentosa actriz ha forjado su familia en base a la repartición igualitaria de deberes. “Yo lo cargué en la panza, pero lo hicimos los dos. Las malas noches también van a ser de los dos”, explica. “Siempre hablamos de la mujer empoderada, de cómo ha cambiado, pero también te está pidiendo otro tipo de hombre y otro tipo de padre”, agrega. Juntos han logrado seguir escalando en sus trabajos y entregando lo mejor a la crianza de sus hijos. “Es lo que toca. Yo le decía a Cristian que las responsabilidades se dividían 50 y 50”.
En otro momento de la íntima entrevista explicó el por qué decidió no exponer la identidad de sus hijos en las redes sociales. Por otro lado, reveló el pánico que vivió cuando grababa su primera telenovela Malicia, situación que la hizo consiente de la popularidad que había alcanzado a los 17 años. Además, en el juego de #Dilo, Impro en ABC, interpretó el papel de una madre muy intensa que visita a una amiga que acaba de tener a su primer bebé.