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Sobre la repisa de mi baño yacen 20 potes. Cremas hidratantes, tónicos, sérums, mascarillas...y otros secretos que llevo para tener una piel luminosa y sana. Cada uno tiene una función distinta pero, en realidad- si lo pienso un segundo- no utilizo TODOS. A algunos los he dejado de lado luego de probarlos, pues no me gustó el resultado, y otros, simplemente fueron compras por impulso. Un castigo a mi billetera innecesario. ¿Soy la única o es un mal común?
Muchas mujeres tenemos el mismo problema. Debido a la gran oferta del mundo de la belleza- que cada día crece más- y al impulso natural por probar todo lo que nos ponen al frente, algunas optamos por llenar nuestro baño de productos de belleza que al final no usamos. Lo cierto es que esto no solo afecta a nuestra billetera, a nuestro rostro- el exceso de productos tampoco es bueno-, sino también al medio ambiente.
Por eso, el movimiento #NoBuy en el mundo de la belleza, adquiere cada vez más adeptos. Lo que busca es reducir el consumo masivo y optar por cantidad en lugar de calidad. Una lucha que va en contra de comprar todo lo que sale en el mercado, y en lugar de ello, anima al cliente a buscar las opciones necesarias y óptimas para el cuidado de su piel. Así, el gasto es menor y la compra es mucho más inteligente.
Pero esto no va solo por el tema económico, también se trata del ambiente. Al comprar productos que muchas veces no terminamos de usar, creamos un desperdicio innecesario que luego afecta al planeta. Por eso, la idea es terminar los productos que tenemos o, en todo caso, reciclarlos. ¿Alguna vez habías pensado reciclar el pote de crema hidratante que no usaste?
Al mismo tiempo, la iniciativa busca darle días de descanso a la piel bajo la filosofía ‘skin fasting’. Aunque la piel necesite de productos cómo tónicos y sérums, también es bueno darle algunos días de descanso. Así, impulsas la hidratación natural de la piel y otros procesos. ¿Te sumas al movimiento #NoBuy
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