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Atenuar las manchas, ocultar imperfecciones, hacer más duradera la aplicación de cosméticos durante el día y que nuestra piel no luzca opaca o cansada son algunas de las razones por las que las mujeres usamos una base de maquillaje. Para muchas es la aliada número uno cada mañana, pero muy pocas confían su belleza a la aplicación del primer o prebase. Sus usos son diversos y aquí te los explicamos.
Es necesario para acondicionar la piel y que esté preparada a la hora de aplicar los demás productos. Se encarga de suavizar el rostro y reducir aquellos signos de envejecimiento, acné o los poros abiertos. Además de esto, brinda un acabado perfecto.
Es por este motivo que el primer se vuelve un imprescindible a la hora de maquillarte y hará que todo tu trabajo con las brochas, sombras y rubor dure por más tiempo en reuniones de trabajo, bodas o eventos especiales como una cena con tu pareja.
Con el fin de brindar una mejor textura al cutis, los expertos en belleza recomiendan usarlo siempre antes de aplicar la base de maquillaje. Lo ideal es una capa fina donde sea realmente necesario, sobre todo en la zona T (frente, nariz y barbilla). Esto hará que el acabado sea natural, delicado, con un efecto radiante y disminuyendo las señales de cansancio.
La otra alternativa de aplicación es para aportar una cuota extra de luminosidad. Es aquí donde los especialistas de Natura, que ha lanzado el ‘Primer Glow Radiance’ de la línea UNA, recomiendan mezclar el producto con la base al momento de la aplicación. Al tener una textura leve no oleosa garantiza un maquillaje duradero y una piel saludable.
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