El día en que Roger Loayza conoció en persona a Yma Súmac fue, quizás, el más importante de su vida. Lo recuerda a la perfección: ella llevaba un traje rosa pastel, sombrero de ala ancha y plataformas de acrílico. Ocurrió en el Palacio Torre Tagle, en mayo del 2006, cuando la cantante tenía 84 años y el modisto apenas 26. Era imposible que ese momento no fuera conmovedor, pues las irrepetibles notas de la cantante habían acompañado al modisto durante su infancia y juventud, representando su única conexión con el Perú mientras crecía en la ya disuelta Unión Soviética y Uruguay.
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“Nací en Bucarest, Rumania. Vine a Perú a los 4 años y a los 6 me mudé a la URSS, donde me quedé hasta los 10. Luego me mudé a Uruguay, hasta los 17 años, que volví a Perú. Yma me ha acompañado toda la vida. Ha sido mi inspiración. Estar frente a ella y poder decirle ‘Gracias’, será algo que jamás olvidaré”, comparte emocionado Loayza.
Este 2022, se celebra el centenario de vida de la cantante peruana que ha conseguido hitos como ninguna otra. Más de 40 millones de discos vendidos a nivel mundial, una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y la aparición en una obra de teatro musical de Broadway (cuando ninguna cantante latinoamericana aún lo había logrado) son solo algunos de ellos.
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Para celebrarlo, el diseñador ha decidido homenajear a su musa a través del arte, con una colección de piezas que celebran el exótico estilo que ostentó cada vez que pisaba un escenario. “Era una verdadera princesa. Sus orígenes andinos siempre estuvieron presentes en su estilo, en faldas, capas, sacos y accesorios. Su maquillaje también fue vanguardista, siempre se delineaba los ojos, sus cejas eran potentes e iluminaba sus facciones. No era una más del montón”, precisa Loayza.
Para la configuración de esta colección – que además representa el debut de su nueva marca ‘Eloy since 1980′ – el diseñador realizó una investigación profunda del estilo de Yma Súmac, recurriendo a archivos fotográficos, material de disqueras y personas cercanas a la artista; proceso que resultó complejo, pero no imposible.
-SOY LA EMPERATRIZ-
Aunque el mundo y las marquesinas la conocieron como Yma Súmac, nació como Zoila Emperatriz Chávarri Castillo. Parece curioso, pero todo apunta a que su destino, tal como su nombre, siempre estuvieron escritos para reinar. Es justamente este uno de los factores que también sirvió como inspiración para Roger Loayza, quien reivindicó el nombre original de la compositora en prendas de la colección, como gorras y tops.
“Aunque es lamentable, es cierto que Yma Súmac tuvo que dejar atrás al Perú para triunfar. La sociedad peruana de mediados de los 40 era muy conservadora, y ella se presentaba como una exótica cantante que introdujo la fusión al folklore, zona poco explorada e incluso mal vista. Sin embargo, nunca es tarde para reivindicarse. Yma siempre será talento peruano como ningún otro”, defiende el modisto.
Es así que, cien años después, el Perú tiene la oportunidad de devolver sus ojos a aquella princesa inca que jamás dejó de ser, que sembró éxitos como nadie más y que se atrevió a ser diferente para brillar.