La admiración que Sylvia Falcón siente por Yma Súmac se remonta a su adolescencia, cuando escuchó por primera vez el álbum “Mambo” (1955) y quedó maravillada. Por entonces, ni siquiera imaginaba que sería capaz de cantar alguno de los temas que consagraron a Súmac. Mucho menos que dos décadas después, un concierto suyo se convertiría en el solitario homenaje musical para el centenario de su nacimiento. “Tenía la idea de sumarme a las actividades oficiales que pensé se iban a gestar durante todo el 2022. Pero cuando regresé de una gira por Europa a fines de agosto, no había ningún festejo. Así que me pareció importante sumar esfuerzos para que los 100 años de una de las voces más grandes del mundo no pase desapercibido”, señala. Es así, que en alianza con el Ministerio de Cultura, este 24 de noviembre el Gran Teatro Nacional se convertirá en el escenario donde Falcón interpretará 19 temas representativos de la discografía de la Princesa Inca. Bajo la dirección de Pepe Céspedes, el espectáculo promete darle a cada tema un formato y atmósfera distintos que sorprenderá a los espectadores.
"La dificultad del repertorio de Yma Súmac la hace lejana a nuestra época, donde todo es más sencillo y tienes la tecnología que te puede afinar la voz, por ejemplo".
En realidad, Falcón ya había decidido rendirle honores a Yma Súmac desde el 2021. Lo primero que se le ocurrió fue reversionar aquellos temas con los que descubrió su voz. Este nuevo “Mambo”, que en su momento fue el álbum más exitoso y difundido de la estrella de los años 50, se grabó en Los Ángeles bajo la producción de Aníbal Seminario y Rayner Fernández, expertos en el formato de gran orquesta que necesitaba el disco. El trabajo original se enmarca en pleno apogeo del ritmo creado por Dámaso Pérez Prado, pero para esta versión moderna se le ha dado una sonoridad diferente. “Siento que ahora el sonido latino ha cambiado mucho. Por eso nos estamos yendo un poco más hacia la salsa. Es un disco más percutivo, con muchos instrumentos de viento, como saxos y trompetas. Puedo decir que este es el disco más comercial que he grabado”, apunta la soprano para luego confirmar que esta reversión verá la luz en diciembre próximo y también será parte del show “Yma Súmac 100 años”.
Dentro del programa que se ofrecerá este jueves se incluirá “Vírgenes del sol” y “El cóndor pasa”, temas que Falcón ha interpretará al lado de los franceses Erwann Tobie (acordeón) y Clotilde Trouillaud (arpa), con quienes ha formado el Trío Puku Puku como una demostración del aporte musical que los músicos foráneos pueden darle a la música peruana. Por su parte, la versión de “Chuncho” -pieza en la que Súmac imita el canto de las aves y el rugido de un jaguar- estará acompañada por Grimaldo del Solar y su set electrónico.
—¿Desde cuándo cantas temas de Yma Súmac?
Siempre he insertado de alguna manera algunas canciones del repertorio de Yma Súmac en el mío, pero nunca hice un concierto solo con su música. Fue ahora, en el marco de su centenario, que empecé a trabajar, desde enero o diciembre del año pasado. Nunca pensé que podría acercarme a un repertorio tan complejo. Me ha costado, es muy difícil. El cantante debe estar a plena voz, completamente saludable, fino para cantar, es desafiante y ahí es donde siento que ella nos toma la gran distancia porque es debido a la dificultad de ese repertorio que siento que no ha tenido más seguidores. Eso la hace lejana a nuestra época, en que todo es más sencillo, donde tienes la tecnología que te puede afinar la voz, por ejemplo. Las nuevas generaciones optan por eso, por maquillar y está bien porque son recursos, pero estamos hablando de una artista cuyo talento está exclusivamente en su voz y además fue autodidacta. Era realmente un fenómeno.
—¿Cuál es el primer tema que interpretaste de ella?
La primera canción de Yma que canté se llama “Karawi”, en mi primer disco “Killa Lluqsimun”. Esa canción era una especie de arawi sofisticado. Luego, estudiando un poco más, pude editar mi segundo álbum “Inkario”, que es un homenaje completo a la coloratura y cuya mayoría de canciones pertenecen a Moisés Vivanco, porque él fue el compositor estrella dentro de esta gama de repertorio.
—El proyecto Puku Puku, diálogo musical entre Francia y Perú, se enmarca en este homenaje.
Justamente en la gira de agosto en la Bretaña Francesa, hicimos una presentación en la iglesia de la Madeleine, de París, y luego siete más en la Bretaña junto a los músicos extraordinarios Erwann Tobie y Clotilde Trouillaud. Junto a ellos armé esta propuesta, que inicialmente estaba dentro de mi música porque tocábamos otros temas. Pero inserté dos o tres temas de Yma y así ellos se acercaron a su repertorio. De ella tocan “Chuncho”, “Vírgenes del sol”, “El cóndor pasa”. Me pareció una buena idea traerlos y mostrar también un poco de lo que nosotros vivimos en esa gira y poder compartir con mis compatriotas esta experiencia.
—De todos los temas que interpretas de Yma Súmac, ¿cuál dirías que es el que más te ha costado?
De los más difíciles ha sido “Chuncho”. Allí imita el trinar de los pájaros y también ronca como un jaguar. En esa canción hay que ir desde bien abajo, pasar por unos medios sólidos y luego ir por los agudos y sobreagudos. Yma es espectacular. Es uno de los temas más difíciles con los que me he enfrentado. Hay otro tema, se llama “Goomba Boomba” donde hay que sostener los ronquidos que ella tiene. Esto solo lo grabó en disco porque si lo escuchamos en vivo nos damos cuenta de que no lo hace porque la voz se extenúa mucho manteniendo ese registro.
¿Por qué reversionar “Mambo” y no otro álbum de Yma?
Porque fue el más exitoso y difundido. Y porque a Aníbal y Rayner, que manejan un formato de big band, les pareció muy interesante. Se me hacía muy complicado poder conseguir la sonoridad de este formato de orquesta porque mi repertorio es más tradicionalista. Aunque yo me he haya tomado licencias siguen enmarcados en el rango de música peruana. Sin embargo para “Mambo” quería esta otra sonoridad más latina, más internacional, se podría decir.
—¿Qué te genera el hecho de que el centenario de Yma Súmac haya pasado casi desapercibido, a pesar de lo que ella significó para la música peruana y del mundo?
A mí me asombra, pero hay que tomar en cuenta que estamos hablando de una estrella de los años 50. Es complejo que setenta años después si no la hemos cultivado ni difundido aquí en el Perú pretendamos hacer revivir esa admiración que algunos tenemos hacia su obra. Pero sí creo que ella tuvo bastante ingratitud de parte de los peruanos. La fama que alcanzó fuera del país compensa un poco todo lo que nosotros no le pudimos dar. Yo me siento muy cercana a ella porque es una mujer peruana, artista, se hizo en un ámbito muy difícil y fue pionera de un género inédito para el mundo como fue el exótico o la lírica andina. Trabajo mucho alrededor de su estilística, de su arte, de sus trajes, de todo lo que ella significaba. Me parece un gran referente para las artistas nacionales que tratamos de construir un proyecto propio que dialogue con lo nuestro y tenga un estándar alto a nivel internacional. Es importante porque ella es una gran embajadora del Perú. Siento que hay un despertar para reconocerle todo esto y creo que en algo hemos aportado las cantantes que cultivamos su repertorio.
Lugar: Gran Teatro Nacional. Dirección: Av. Javier Prado Este 2225, San Borja. Fecha: jueves 24 de noviembre, 8 p.m. Entradas: Teleticket.
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