El Viernes Santo, es el quinto día de la Semana Santa, en el que millones de católicos alrededor del mundo recuerdan la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret.
►Viernes Santo: Carmen Toledano, la primera mujer que predicará en el Sermón de las Siete Palabras
►Semana Santa: cómo ver los actos litúrgicos que oficiará el Papa Francisco en este Viernes Santo
Cabe señalar que en este día, la Iglesia Católica solicita a sus fieles guardar ayuno y abstinencia de carne como penitencia. Además, otros grupos cristianos como ortodoxos, anglicanos, luteranos, metodistas y ortodoxos orientales, también recuerdan esta fecha.
-SEGÚN LA BIBLIA-
El quinto día de la Semana Santa es considerado como el día del juicio, la condena, el viacrusis, la crucifixión y la muerte de Jesús. Según los Evangelios, los sumos los sacerdotes, conspiraban contra Jesús de Nazaret, porque este se proclamaba “el Hijo de Dios” y lo consideraban un “alborotador”.
Jesús fue entregado ante Poncio Pilato, quinto prefecto de la provincia romana de Judea. Este, en principio, no vio culpa en él para condenarle, pero tras presión de una multitud que clamaba por su crucifixión. Según el Evangelio de Mateo, Pilato se lavó las manos con agua a la vista del pueblo, proclamándose “inocente de la sangre de este justo”.
Como era costumbre liberar a un reo por la fiesta judía de la Pascua, Pilato decidió soltar a uno muy conocido llamado Barrabás, cediendo así a la presión de los manifestantes.
Según los Evangelios, a Jesús le despojaron de sus vestiduras, le colocaron una corona de espinas en la cabeza y lo flagelaron.
Asimismo, Jesús cargó su cruz hasta el monte Calvario, siendo auxiliado por Simón de Cirene durante el trayecto. Finalmente, fue crucificado entre dos ladrones y bajo un cartel que decía “Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos”, origen de las siglas y de la expresión INRI. Según el Evangelio de Juan, los pontífices de los judíos protestaron a Pilato, pidiéndole que cambiara la redacción por “él ha dicho: yo soy el Rey de los Judíos”, pero Pilato se lo negó con esta famosa réplica: “Lo escrito, escrito está”.
Según el Evangelio de Lucas, uno de los ladrones crucificados junto a Jesús le atacaba, diciendo: “Si tú eres el Cristo o Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros”. Pero el otro crucificado le reprendió diciendo: “¿Cómo, ni siquiera tú temes a Dios, estando como estás en el mismo suplicio? Nosotros, la verdad, lo estamos justamente, pues pagamos la pena merecida por nuestros delitos, pero Éste nada ha hecho”. Y se dirigió a Jesús: “Señor, acuérdate de mí cuando llegue a tu reino”. Y este le contestó: “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”.
Después de unas horas, Jesús fue bajado de la cruz y sepultado por José de Arimatea.