Como se ha realizado los últimos años, incluso institucionalizándose con un decreto supremo el año 2010, hoy 30 de julio se realizó el culto de Acción de Gracias por el Perú promovido por la comunidad evangélica en el marco de las Fiestas Patrias. En años anteriores, el acto contó con la presencia del entonces presidente Alan García.
Al evento en el local de la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera, en la cuadra 23 de la avenida Arequipa, en Lince, asistieron diversos congresistas –entre ellos la también primera vicepresidenta Marisol Espinoza- y autoridades del Ejecutivo, como el presidente del Consejo de Ministros, Juan Jiménez Mayor, y la titular de la Mujer, Ana Jara.
Sin embargo, como el año pasado, el gran ausente fue el presidente Ollanta Humala, al que se le había invitado. Fuentes de Palacio de Gobierno indicaron a elcomercio.pe que el mandatario estuvo en su despacho desde las 8 a.m. y participó de reuniones ya previamente programadas, incluso con ministros.
“ES UN DESAIRE” Al respecto, uno de los organizadores del evento, el legislador fujimorista y pastor Julio Rosas, criticó la ausencia de jefe de Estado, aunque resaltó la presencia de otros miembros del Ejecutivo.
“Es un desaire a la población evangélica en el Perú, ya que los cristianos evangélicos representamos el 15% de la población nacional. Entonces, él debe considerar un trato equitativo e igualitario. Me parece que resulta ser un presidente –con el respeto que merece- demagógico, porque así como asistió al Te Deum en la Catedral de Lima –y saludamos su presencia- de la misma manera, debió estar presente en el culto de Acción de Gracias de la iglesia evangélica. Él habla de inclusión social, pero esa frase se ha vuelto demágógica y cae por su propio peso”, señaló a elcomercio.pe.
Según añadió, la invitación fue enviada al presidente hace más de un mes y en Palacio de Gobierno tenían conocimiento de ello.
“Desconozco las razones por las que él no ha ido, pero juzgamos el hecho concreto, de que no estuvo presente y eso es un desaire para la gran población evangélica de país. Más allá de la falta del presidente, se ha orado por él”, concluyó.