La última intervención peruana en la fase oral por el diferendo marítimo con Chile estuvo a cargo del agente Allan Wagner, quien refutó lo señalado por la parte chilena respecto a que nuestro país no dijo nada durante 60 años sobre la controversia.
La historia muestra que el Perú no ha guardado silencio por falta de interés, ha actuado de la misma forma que cualquier estado, establece prioridades a la hora de ocuparse de asuntos delicados de su política exterior, refirió en su discurso final dirigiéndose a la Corte de La Haya.
Wagner comenzó señalando que el caso reviste la máxima importancia para el Gobierno peruano y para la población, porque están en juego derechos jurídicos fundamentales. Fue ahí cuando insistió en que el Perú pide una solución equitativa, aunque consideró que “más allá de estos aspectos técnicos, están en juego unos antecedentes de importantes asuntos políticos”.
Luego basó su intervención en varios puntos. Entre ellos, reiteró que el Punto de Concordia es el punto final de la frontera terrestre y también ha de ser el de partida para la delimitación marítima.
También reconoció que los recursos del subsuelo de la columna de agua situada a lo largo de las costas de ambos países son ricas, resultando beneficiada cada nación. “Sin embargo, la diferencia estriba en que Chile desea adjudicarse la mayor parte de esos recursos contradiciendo las normas ahora establecidas del derecho del mar y privando a las provincias meridionales de Perú de los recursos que les corresponden”, subrayó.
INTERÉS PERUANO POR LAS NEGOCIACIONES En tercer lugar, justamente, refutó la posición chilena de que el Perú había guardado silencio sobre el diferendo marítimo por tantos años tras la Declaración de Santiago de 1952.
Wagner descartó ese punto de vista señalando distintas acciones peruanas en su política exterior. Por ejemplo, dijo que en 1985, el gobierno peruano invitó a Chile a reabrir las negociaciones relativas a las disposiciones del Tratado de Lima de 1929 que todavía estaban pendientes de ser aplicadas. Pero un año después, durante una reunión ministerial en Santiago, Chile respondió que evaluaría el tema, aunque finalmente las negociaciones se vieron interrumpidas.
Las intenciones de diálogo continuaron en 1993, pero dos años después surgió un conflicto armado entre Perú y Ecuador, que culminó en 1998 tras un proceso para llegar a la paz en el que “Chile tuvo un papel importante”.
En 1999, el Perú pudo considerar nuevamente con Chile las disposiciones pendientes del Tratado de Lima de 1929 y a partir del 2000 tuvieron lugar varios actos en las relaciones entre ambas naciones. Estas “pusieron el asunto de la delimitación de la frontera marítima nuevamente en la agenda”, que por último llevaron el tema a la Corte de La Haya.
En otro momento, reiteró que el Perú se enorgullece de las consecuencias positivas de la Declaración de Santiago de 1952 respecto a la evolución del derecho del mar moderno, pero insistió en que “cuando los representantes del Perú lo firmaron no tenían la mínima intención –y no estaban preparados para hacerlo- de firmar un tratado de delimitación marítima con los dos países vecinos”. Respecto a Ecuador, apuntó que la frontera marítima se estableció por un intercambio de notas entre ambos países el 2 de mayo del 2011, lo que representó una solución equitativa.
Puesto que Chile se negó a entrar en negociaciones, el Perú se vio obligado a ir a la corte, agregó para señalar posteriormente que nuestro país espera confiado un fallo equitativo.
Y tras dar agradecimientos a los jueces y a la parte chilena por la “metodología profesional” y el “ambiente cordial” en las audiencias, recordó la solicitud peruana, que consiste en que la corte establezca el límite marítimo entre Perú y Chile desde el Punto de Concordia y determine que nuestra nación tiene derechos soberanos exclusivos más allá del punto donde termina la delimitación común y hasta una distancia de 200 millas marinas desde su línea de base.
La próxima audiencia será el viernes, Chile expondrá sus alegatos finales.
TENEMOS CONFIANZA A su salida de la audiencia en la corte, Wagner expresó su satisfacción en nombre del equipo peruano por haber cumplido de esta manera el honroso encargo de sucesivos gobiernos para esta delicada y trascendente tarea.
Wagner agradeció al ex presidente Alan García por su designación como agente del equipo peruano y recordó que luego fue ratificado por el presidente Ollanta Humala.
El equipo peruano tiene confianza de haber podido exponer ante la corte elementos de hecho y derecho que sustentan nuestra postura () confiamos que los jueces los recojan en su sentencia, manifestó.
También agradeció al Congreso, a los medios de comunicación y a todas las entidades que apoyaron y alentaron el trabajo del equipo peruano.