WILFREDO SANDOVAL Corresponsal
Hace unos 1.400 años, un terrible fenómeno de El Niño azotó los dominios del Señor de Sipán, especialmente en el complejo conocido hoy como Huaca Rajada. Por este motivo, el gobernante ordenó realizar sacrificios humanos y otras ceremonias insuficientes para aplacar la furia de los dioses.
Los daños fueron devastadores y varios grupos empezaron a sublevarse. Frente a ello, el poderoso gobernante mochica empezó a perder credibilidad. Entre los años 600 y 800 después de Cristo, el gobernante de Sipán de la época decidió abandonar Huaca Rajada e irse a un lugar estratégico donde se instaló por unos 150 años.
Este lugar es Pampa Grande, un complejo que ocupa unas 600 hectáreas. Luego de dos meses de investigación arqueológica, el gigantesco lugar donde se yerguen pirámides de más de 45 metros de alto empieza a develar los misterios que explican cómo transcurrió la vida y por qué fue la última capital de esta importante civilización.
HALLAZGOS REVELADORES Los investigadores lambayecanos tuvieron que esperar 25 años para recién el pasado 15 de julio empezar a excavar en tres frentes del complejo Pampa Grande, ubicado a unos 50 km de Chiclayo y a unos 20 km del lugar donde se descubrió la tumba del Señor de Sipán. La demora se debió a la falta de presupuesto, ya que la prioridad la tuvo la zona de Huaca Rajada- Sipán.
El arqueólogo Luis Chero siempre tuvo especial interés en este sitio mientras con el doctor Walter Alva desarrollaba estudios en el mausoleo de Huaca Rajada-Sipán, donde se hallaron evidencias de las fases Moche temprano, Moche medio y Moche tardío.
Las investigaciones de Chero indican que el apogeo de Sipán llegó hasta el final del Moche medio (unos 600 años después de Cristo) en que ocurre un ‘meganiño’ (un fortísimo fenómeno de El Niño). El gobernante de Sipán, al ver que el pueblo empezó a sublevarse, decidió trasladar la sede del reino a Pampa Grande, desde donde controló la distribución del agua y, de esta forma, calmó también el ánimo de los súbditos.
Las evidencias del fenómeno natural han quedado plasmadas en el mismo complejo Huaca Rajada-Sipán y en las huacas trujillanas de Cao y La Luna.
Luis Chero y un grupo de jóvenes arqueólogos han quedado gratamente sorprendidos porque en 60 días de labor han descubierto rampas, muros, pisos, celdillas, donde hay restos humanos de adolescentes, de camélidos, y ofrendas elaboradas con conchas de spondylus.
“Existen muchas ofrendas, pero aún no podemos decir si fueron colocadas para personajes de élite, o se dejaron allí como parte de una veneración a la impresionante arquitectura o para contextos funerarios, lo cual también es importante en la cosmovisión del mundo andino”, afirma Chero.
El aspecto más significativo de las investigaciones lideradas por Chero radica en haber encontrado una gran similitud de las tres principales estructuras de Pampa Grande y las que existen en el complejo de Huaca Rajada-Sipán.
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