Voces, rostros y temas para CADE, por Gonzalo Carranza

Para esta edición especial de Día1 por la celebración de la edición número 55 de CADE, nos propusimos una meta: introducir en la agenda del evento voces, rostros y temas nuevos, que complementen lo que se discuta desde este miércoles en Paracas.

Ello se pone de manifiesto, especialmente, en dos secciones de este suplemento. Una es la convocatoria que hicimos a 16 hombres y mujeres de negocios que, en los tres últimos años, han sido reconocidos por El Comercio, EY y Asbanc como Líderes Empresariales del Cambio (LEC), para que compartan con nosotros sus visiones sobre el Perú del bicentenario.

Los LEC no son, necesariamente, ‘cadeístas’ tradicionales. Muchos de ellos han surgido desde muy abajo, trabajando por años con perfil bajo, superando obstáculos e, incluso, viendo de cerca la bancarrota.

Pero los LEC comparten con el ‘espíritu de Paracas’ de CADE la vocación por el impacto social de sus emprendimientos y la preocupación por el destino del país más allá de las paredes de sus oficinas o fábricas.

Es por ello, además, que tenemos el gran placer de anunciar que la selección de los LEC 2018 ya está en marcha y que, en unas semanas, daremos a conocer la cuarta generación de líderes transformadores.

La otra sección donde priorizamos nuevos rostros e ideas es en la colección de breves artículos que comparten con nosotros tres representantes del sector privado y la sociedad civil junto a tres congresistas de la República.

Todos son de la generación que comienza a ocupar posiciones de liderazgo e influencia, mientras nuestro país se acerca al bicentenario. Siendo también parte de esa generación, tengo una inmensa confianza -espero que no demasiado ingenua- de que seamos nosotros los que logremos unir aquellas cuerdas separadas de las que habla este CADE y que aquellos que nos anteceden solo han logrado tensar en los últimos tiempos.

La agenda para esta generación puede estar marcada por los artículos que publican hoy los economistas Diego Macera y Carlos Ganoza. Por un lado, y pensando en el futuro, debemos todos alcanzar el consenso de que, como resalta Macera, sin mejorar la productividad del país, los sueños que podamos tener en cualquier lado del espectro político, seguirán siendo eso, sueños.

Por el otro, y viendo los años que faltan para el bicentenario, nos toca presionar para generar incentivos políticos a favor de reformas impostergables.

Como advierte Ganoza, esto aplica en forma especial al fujimorismo, que debe sentir en carne viva los costos de mantener el actual entrampamiento. “En esta edición nos propusimos complementar lo que se discuta desde este miércoles en Paracas”.

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