A falta de un minuto para que acabara el tiempo añadido, un tanto de cabeza del ghanés André Ayew dio al Olympique de Marsella ventaja en la eliminatoria de octavos de final (1-0) ante el Inter de Milán, que deberá remontar en San Siro para lograr su cuarta clasificación consecutiva a los cuartos de final de la Liga de Campeones.

El conjunto de Didier Deschamps sacó provecho de su mayor fe en la victoria e hizo bueno un gol logrado a balón parado, cuando todo hacía pensar que el encuentro acabaría en tablas. El triunfo fue justo a la vista de que los dos equipos dejaron pocas ocasiones en el campo, pero fueron los franceses quienes más buscaron el triunfo.

Los dos equipos demostraron que están lejos de las cumbres europeas, como demuestra que en sus respectivas ligas ni siquiera están en zona clasificatoria para la máxima competición europea.

El cuarto del campeonato francés demostró demasiado respeto por el séptimo del italiano, aunque al Inter le cuesta soportar el estatus que desprende su palmarés, con cinco ligas italianas en los seis últimos años y la Liga de Campeones de 2010. Apenas un buen remate de Forlán a pase de Cambiasso en el primer tiempo y una jugada a balón parado de Stankovic fueron las opciones interistas.

Hubo que esperar al descuento, a que los italianos empezaran a pensar que habían salido indemnes del Velódromo marsellés para que Ayew se beneficiara, en un córner, de la indolencia de Stankovic y batiera a Julio César, prolongando el sueño francés de derribar a un equipo italiano en plena descomposición.