ELKIN SOTELO

Siempre es una voz sosegada, incluso a punto de salir de campeón. Pero Miguel Ángel Arrué no claudica en su intención y tira para adelante y nadie lo detiene. De pronto todos lo paraban para abrazarlo por el triunfo en Chiclayo, pero él es viejo; acepta el abrazo, lo complace, mas no entra en el terreno de la especulación: la teoría de que faltan 90 minutos durísimos gobierna todo su mensaje, aunque sí sabe lo que hará después de salir campeón. O perder.

¿Estaba en el presupuesto un triunfo en Chiclayo? De la manera como se dio, no. Pero los jugadores estaban muy preparados, les dije cómo iba a salir el Aurich, entonces nada los sorprendió. Fue un triunfo merecido por eso, por la concentración de los jugadores, por acatar el mensaje de manera correcta.

¿Alianza ya es campeón? No, eso sería el error más grande. Creo que una de las virtudes del equipo es que respeta a su rival, incluso en horas de triunfo. Estamos tranquilos sabiendo que faltan 90 minutos durísimos, pero que ya sabemos cómo se jugarán. En Chiclayo hemos dado un gran paso.

¿De Costas a Arrué, cómo se mantuvo la esencia? Siempre lo dijimos, Costas estaba haciendo un gran trabajo y yo conversé con los muchachos, les dije lo que venía y ellos visualizaron en mí a un hombre que les hablaba con sinceridad y eso fue… Alianza, además, tiene jugadores de experiencia que ayudaron mucho en ese trabajo.

¿Se queda en Alianza? Mira, tengo ocho hijos. Te mostraría las propuestas que tuve para dirigir en Asia los siguientes meses, pero no. A inicios de año estaba en México con un contrato ventajoso, pero estar en Perú era una forma de hallarme cerca a la familia, a mi hijo Claudio que salvó la categoría con el ‘Chino’ Rivera en la Universidad César Vallejo. Puedo decir que ahora tengo una edad en la que puedo escoger cómo vivir. Hace dos años vivo una luna de miel con mi mujer y quiero seguir así.

¿Renunciará a Alianza cuando acabe el torneo? Repito, mi último hijo acaba de graduarse de profesional. Mi economía me lleva a pensar que puedo hacer lo que más me agrada. En Alianza estaba asesorando, sobre todo, el tema de fútbol y eso me gusta hacer. Pero claro que quiero ser campeón antes.

¿Cómo se gana una final? Sin el apoyo de los jugadores que lideran el plantel no se puede. Nosotros tenemos una propuesta, pero ellos la hacen realidad. Hay, además, una forma de demostrar; hay jugadores que tienen una gran técnica pero no tienen inteligencia para acatar órdenes tácticas, en Alianza hay hombres que tienen gran inteligencia.

¿Le molestó que Jacinto Rodríguez diga que Forsyth iba en vez de Libman? Jacinto es un trabajador diez puntos, una persona fenomenal. Seguro que se equivocó, pero yo lo tomé como cosa que le puede ocurrir a cualquier persona. El tema de Libman y Forsyth son las cosas folclóricas del fútbol, la decisión la tomo yo. Y no voy a tocar más el tema por respeto a los jugadores.

¿Se siente artífice del éxito de este grupo que no cayó ante los problemas económicos y las deudas? Conversamos todos, asumimos la responsabilidad ante el pueblo. El jugador dio una gran respuesta.

¿Alianza ya es campeón? Estamos jugando, la clave está en respetar al Aurich que es un equipazo. Ganamos en Chiclayo, pero no el título, los jugadores lo saben. Hay confianza en nosotros, pero no triunfalismo, queremos darle el título a la gente aliancista, pero no vamos a cometer errores infantiles.