Jesús Rabanal ya anotó, corre a la derecha de la cancha del Grau estirando la camiseta de su torso, primero, para luego, con los brazos abiertos, acoger el alboroto de sus enloquecidos compañeros. El lesionado Fano, es el primero en abrazar al lateral que ha decretado el triunfo y clasificación crema a los cuartos de final de la Copa Sudamericana.

Corren Galván, Vitti, Morel, Galliquio, Gonzales, y en estallido de euforia conforman una torre humana, encima del larguirucho marcador izquierdo, de donde salen llantos y gritos de victoria. El Puma Carranza, expulsado durante el partido, burla la seguridad, irrumpe en el campo y también se agolpa al tumulto para abrazar a Ruidíaz y cachetear, de manera paternal, a Polo. Todo es fiesta en la U, la crema sacó adelante un partido que tenía perdido gracias al tino de su técnico en las variantes que aplicó para el segundo tiempo.

Chemo del Solar llega al grupo, grita algo así como el firmado eterno de su compadre el Puma: Esa es la U y vuelve sobre su posición para estrecharse en un abrazo con Llontop, otro héroe de la jornada, y hace lo mismo con Antonio Gonzales. Palmas, sonrisas y aire para seguir de pie. La U avanza en la Sudamericana, en medio de una crisis punzante, y así fue la explosión de júbilo por el acceso a cuartos.