Deporte que marca, por Ximena Vega*

Estamos en medio de una fiebre mundialista, que la mayoría del país no ha vivido o no recuerda. Pero, ¿qué hay más allá de la búsqueda de figuritas o las coordinaciones para ir a Rusia?

La insaciable cacería de figuritas y álbumes de tapa dura ha sido capaz de capear hasta el temporal político, manteniendo mentes y emociones ocupadas, mientras nos quedábamos sin presidente y ocurría la transición hacia todo un nuevo bloque de protagonistas en la escena política peruana.

En un estudio que realizamos recientemente sobre el entorno deportivo, encontramos asuntos sumamente interesantes. Los padres consideran que vincular a sus hijos con el deporte los aleja de malos hábitos. Hasta ahí, puede no sonar tan revelador. Pero el dato estratégico tuvo que ver con la asociación del deporte para la vida.

Las personas están de acuerdo con que un niño formado en el deporte es en el futuro un adulto honesto y alejado de la corrupción. El deporte forma valores como disciplina, trabajo en equipo, persistencia, juego limpio y honor, tanto en la victoria como en la derrota. Es decir, el tipo de gerente general que le diría no a Odebrecht.

Así conseguimos la mejor materia prima para un trabajo estratégico altamente inspirador. Esta información se vuelve oro para marcas deportivas de alto valor, pero acostumbradas a vender elementos racionales o promocionales, en la mayor parte de casos.

Si aprendemos a mirar de nuevo, a profundizar en nuestros hallazgos, podemos mejorar considerablemente los contenidos de la comunicación de las marcas asociadas al deporte.

Tenemos a muchas marcas hablando todas al unísono de lo mismo: promociones para ir al Mundial, sorteos de pasajes, packs mundialistas, pelotas. Es momento de entender, de verdad, qué hay detrás de lo obvio y dar la milla extra en nuestro impacto creativo.

El tema deportivo viene fuerte. De nosotros depende que también venga un márketing emocionante.

*Ximena Vega es CEO de Claridad Coaching Estratégico