Miguel Di Campo

Las tecnologías conectadas están cada vez más presentes en nuestras vidas y es evidente la conexión que tienen con el progreso y con la mejora de calidad de vida de las personas. El acceso a Internet, posible gracias a la infraestructura de telecomunicaciones, juega un papel cada vez más relevante en un amplio espectro de temas primordiales que van desde el fortalecimiento de la democracia hasta el cambio climático.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) señala que alrededor del 70% de las metas contenidas dentro los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se pueden alcanzar en parte, gracias al uso de tecnologías digitales. Temas tan importantes para el mundo y para el Perú, como la mejora de la calidad educativa, disminución de la pobreza (que ha ido en aumento) y el cuidado del medio ambiente cuentan con una amplia gama de soluciones basadas en conectividad y datos, cuya implementación marcaría la diferencia en la velocidad en la que se logran los cambios para mejor.

Un ejemplo local que destaca la ONU es la implementación de una herramienta de monitoreo acústico llamada Rainforest Connection que combina el monitoreo de sonidos en los bosques (como motosierras y disparos) con data de emisiones y vistas satelitales para reducir la necesidad de patrullajes a pie, detectar inmediatamente actividad ilegal y analizar grandes datos para llevar a cabo estrategias de mitigación de tala ilegal.

En cuanto a Infraestructura de telecomunicaciones, de acuerdo con el Índice de Conectividad Digital Regional de DN Consultores, las regiones con mayor conectividad tienen una población rural equivalente al 5% de su población total y las regiones con menor conectividad tienen al 46 % de su población total viviendo en zonas rurales. Y el déficit no termina en lo rural.

Un estudio que presentamos junto con la consultora SMC+, reveló que el Perú necesitará casi duplicar la infraestructura de telecomunicaciones al 2032 para cubrir el crecimiento exponencial de la demanda de datos que se espera con las redes existentes y más aún con la implementación del 5G.

De ese modo se requiere invertir más en despliegue, pero de forma eficiente y sostenible. En las zonas urbanas será clave impulsar la compartición de infraestructura de soporte existente para prevenir una saturación ineficiente. Normas en esta Línea ya las estamos viendo en Costa Rica, por ejemplo, donde se ha establecido el “Principio de uso compartido” (Ley 10216).

Es importante señalar que la debilidad en el Perú, para reducir la brecha digital, no parte por falta de planes y buenas ideas, sino todo lo contrario. Tenemos muchísimos planes y poca articulación intersectorial.


Según el ranking de la ONU publicado el 2023, el Perú actualmente ocupa el puesto 65 de 166 países, a nivel de cumplimiento de las ODS, por encima de Colombia y México, pero por debajo de otros países de la región como Chile, Argentina, Brasil o República Dominicana. Vamos bien, pero podemos estar mejor y esto requiere que nos apoyemos en un sólido plan que comprenda el desarrollo acelerado, pero eficiente, de infraestructura de telecomunicaciones 4G y 5G, y que esto vaya de la mano del perfeccionamiento de habilidades digitales en escuelas y el financiamiento de emprendimientos y programas de adopción tecnológica para Pymes. Mucho de esto se ha hecho en el pasado, pero con iniciativas prometedoras que terminan siendo de corta duración.

El continente africano ya posee 120 empresas “unicornio” (startups creados hace menos de 10 años valoradas en más de US$1.000 millones), ¿cuántos unicornios tenemos en el Perú?

En el marco de la celebración por el Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, resulta oportuno invitar al diálogo a todos los actores del sector (público, privado, academia y sociedad) para comprometernos a ejecutar un plan para el desarrollo digital del Perú a largo plazo y que trascienda a los cambios de mando en distintos niveles y sectores. Existe un consenso cuasi absoluto de la importancia de lo digital para el desarrollo de las comunidades, entonces, pongámoslo en práctica.

Miguel Di Campo, gerente senior de Asuntos Públicos de American Tower para Perú, Colombia y Costa Rica.