Saul Padilla

En mis dos artículos anteriores de septiembre y octubre concluí que: “El desempleo puede empezar a aumentar a partir de aquí; la curva de rendimiento, que permanece invertida cuando las tasas de interés de corto plazo son más altas que las de mediano y largo plazo, debería comenzar a aplanarse, y las valoraciones del mercado de valores deberían ajustarse a la realidad de una recesión económica”.

Esto está sucediendo mientras escribo este nuevo comentario de mercado. En septiembre, la inversión de la curva de rendimiento fue de -0,76, en octubre fue de -0,46, el 1 de noviembre fue -0,18 y ayer (2 de noviembre) es de -0,30. Esto es importante porque una vez que la curva de rendimiento vuelve a la normalidad, donde las tasas de interés a corto plazo son más bajas que las tasas a mediano y largo plazo, la economía real entra en recesión y las valoraciones de las empresas deberían ajustarse a la baja. Si la historia se repite, tras esta última corrección, comenzaría un nuevo ciclo económico sin inflación.

No voy a especular sobre la posible profundidad de la corrección en los índices S&P 500 y Nasdaq, ambos en tendencias bajista, porque los niveles de soporte no siempre responden en este tipo de tendencias debido a que la correlación de activos se fortalece en la baja. Sin embargo, hay un par de variables simples que pueden ayudar al proceso de tocar fondo: la estacionalidad y el hecho de que las acciones de crecimiento (growth) siguen liderando respecto a las acciones de capitalización alta (value). No obstante, nuestros indicadores de tendencia a corto plazo indican que el riesgo está por encima del promedio normal para las acciones y los ETFs relacionados con acciones de bolsa. Por lo tanto, aumentar la posición de efectivo como mecanismo defensivo es prudente, principalmente cuando los diferenciales de crédito (spread) se están ampliando nuevamente no sólo en los bonos de alto rendimiento (high yield) y bonos basura (junk), sino también en las emisiones con grado de inversión (BBB-AAA). La elevada volatilidad (VIX) que hemos visto en los últimos días aumenta el riesgo de las inversiones en acciones. La tendencia actual del VIX es alcista y próximo a 20, incluso superando brevemente este umbral. El VIX por encima de 20 no es bueno para las acciones y confirma la tendencia bajista a corto plazo en el S&P 500 y el Nasdaq.

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En resumen, la tendencia a corto plazo de las acciones es bajista, la tendencia principal de los rendimientos del Tesoro estadounidense es alcista y el crecimiento económico es substancialmente más sólido de lo previsto. El miércoles 1, el FOMC (Reserva Federal) dejó las tasas de interés sin cambios con inclinación a un ajuste mayor, y el ritmo de crecimiento económico se elevó de “sólido” a “fuerte”. Sin embargo, si la fortaleza del crecimiento económico va acompañada de una desaceleración de la presión inflacionaria, lo cual podría ser la razón del aplanamiento de la curva de rendimiento, entonces esto puede terminar siendo una corrección cíclica (de corto plazo). Independientemente de la evaluación de la economía por parte de la FED, el rendimiento de los bonos de la Tesoreria ha bajado en los últimos dos días, por lo tanto, el mensaje del mercado de bonos a la FED parece ser: “Ya concluyó el aumento de tasas.” Durante el aplanamiento de la curva de rendimiento e incluso después que vuelve a su pendiente normal, históricamente, el mercado de valores sufre la caída final, y cuando el mercado de valores toca fondo y comienza a consolidarse mostrando signos de mejora, el efectivo previamente recaudado como movimiento defensivo, vuelve a invertirse en acciones de renta variable en busca de mayores rendimientos. Creo que este es el escenario más probable.

La alternativa es que la fortaleza del crecimiento económico venga acompañada de una presión inflacionaria que se acelera, tal vez debido a conflictos geopolíticos. A día de hoy, esto no es lo que el mercado de bonos parece estar indicando. Pero si así fuera, no me arrepentiría de haber aumentado mi posición defensiva de efectivo mientras la tendencia a corto plazo sigue siendo bajista. El riesgo en este escenario es que un mercado bajista cíclico se convierta en secular. Aunque no estoy sugiriendo que se esté gestando un mercado bajista secular, como gestor de riesgos, tengo que reconocerlo, aunque el escenario sea ligeramente probable.

Desde la perspectiva técnica, el índice S&P 500 rompió su primer soporte clave en 4200 y estaba sobrevendido y a punto de rebotar. Sin embargo, como nota positiva, el rebote se está produciendo y ayudó al índice a mantener el siguiente soporte clave en el área de 4050 a 4100. Para asegurarnos que se pueda recuperar la tendencia alcista, el índice debe recuperar los promedios móviles simples de 200 y 50 días para finalmente superar los 4350 a 4375 con un impulso sólido. Cualquier valor inferior debería considerarse un rebote de sobreventa a corto plazo y la pérdida de impulso indicaría que la tendencia bajista se está reanudando. Hoy, 2 de noviembre, antes de que suene la campana de apertura en Nueva York, el índice se sitúa en 4237,86 y los futuros del S&P 500 indican que el mercado de valores abrirá con una nota positiva mientras que los rendimientos de los bonos del Tesoro continúan bajando. El precio de cierre de hoy será más importante que el precio de apertura.

Por lo tanto, concéntrese en la evidencia para posicionar su cartera, no en lo que usted cree que debería hacer el mercado de valores sino en lo que realmente está haciendo. Además, tenga una estrategia comprobada de gestión de riesgos en su caja de herramientas; todavía es posible que necesite una.

Saul Padilla Managing Member and Portfolio Manager Greenwich Creek Capital Management, LLC

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