"Puntos de vista", de Georges Rousse
"Puntos de vista", de Georges Rousse
Max Hernández Calvo

Puntos de vista, bajo curaduría de Marisa Sanabria, ofrece una revisión de la obra del artista francés Georges Rousse, desde 1982 hasta la fecha.

La exposición se articula alrededor de la aproximación metodológica del artista, cuyas fotografías son el resultado de una serie de intervenciones materiales en espacios arquitectónicos que transforman nuestra percepción de los mismos, vía juegos de perspectiva que recurren a la anamorfosis. En tal sentido, Rousse trabaja con una extraña forma de ilusionismo, donde la fotografía opera como un registro documental de una realidad manipulada. Las intervenciones del artista suponen el pintar estratégicamente distintos elementos de la arquitectura, o fabricarlos también, que desde un punto de perspectiva determinado forman una figura (geométrica, la mayor de las veces).

Estas figuras contrastan con los sitios en los que han sido creadas y que también son retratados, pues forman planos que niegan la profundidad del lugar al remarcar la superficie de la foto, análoga a la pared sobre la que está montada. Así, por ejemplo, “Londres” (2014), que ha sido tomada en un amplio espacio que parece abandonado y en el que vemos un buen número de columnas, muestra una franja rectangular, horizontalmente dispuesta y ubicada en el centro de la fotografía. Los colores verde, rojo, azul y amarillo de esta forma enfatizan la diferencia entre el espacio (blanco) y la figura ilusoria creada. Esta brecha es evidenciada por las fotos de documentación tomadas desde otro ángulo, que muestran que la franja en realidad está formada por elementos de distintos tamaños, separados físicamente entre sí, pero que adquieren coherencia en la imagen final.

En las obras en las que la forma geométrica es un círculo —como “Metz” (1994), “Santander” (2006) o “Las Vegas” (2016)—, la forma evoca el lente de la cámara con el que fueron tomadas, acaso como incidiendo en el punto de mira desde el cual se hizo la foto, es decir, desde donde los elementos convergen visualmente, componiendo esa figura.

Asimismo, cabe recordar que, si bien Rousse trabaja el medio fotográfico, sus obras se basan mayoritariamente en intervenciones con pintura (de pared). Pero esas intervenciones son posibles solo gracias a un conocimiento de la perspectiva y las ilusiones ópticas. En ese sentido, la obra del artista juega a la vez con y contra ese descubrimiento clave del arte renacentista: la perspectiva basada en la geometría. Ello porque, por un lado, aprovecha sus lecciones para generar estas figuras anamórficas, y, por otro, porque estas mismas figuras niegan la perspectiva, pues parecen estar en un único y primerísimo plano. Dicho en otras palabras, mediante el recurso de la pintura menos ilusionista que hay —la pintura de brocha gorda— Rousse crea una ilusión (la de una figura plana) que, irónicamente, niega el ilusionismo de la tercera dimensión que impulsara la pintura del Renacimiento, así como su correlato: la idea del cuadro como “ventana” al mundo. Esta ventana parece estar tapiada.

En “Lima” (2018), Rousse ha trabajado en un salón de clases de Huaycán, en Ate, que ha sido trasladado al museo y sustituido por un aula nueva (gracias a una alianza con la ONG The Light and Leadership Initiative), por lo que podemos ingresar en uno de esto espacios para entender mejor el proceso creativo del artista. En esta obra se ha trabajado con periódicos a los que se les han anulado las fotografías, pintándolas de negro, y que han sido ubicados de forma tal que desde un punto se ve un gran círculo. Al tapar las fotos, se pone atención en el rol de las imágenes en la prensa que, vía el uso del aula, lleva a pensar no solo en la tarea informativa, sino en el potencial educativo de la prensa —preguntas que adquieren relevancia en el contexto de la promulgación de la ley mordaza por parte del Congreso peruano—.

Acaso la cuestión fundamental que nos plantea Georges Rousse es que nuestras percepciones están determinadas por nuestras posiciones (ideológicas por extensión), y que esas realidades y verdades que creemos certeras se pueden desvanecer si tan solo damos un paso al costado de ese lugar que nos resulta confortable y que creemos objetivo.

Museo de Arte Contemporáneo

Av. Grau 1511, Barranco. Hasta el 21 de octubre.

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